Cuatro actores en escena encarnan una propuesta para niñas y niños que juega entre la realidad y la ficción. Con la danza como lenguaje escénico y la improvisación como herramienta, Sucundún “juega con la acumulación de pequeños percances cotidianos” y “explora entre el humor y el absurdo, lo inesperado en la escena”, según describen sus responsables.

Estrenada en el Centro Cultural de España en setiembre de 2022 y luego de presentarse en los festivales Marea y Rodamundo, el domingo a las 17.00 se podrá disfrutar en el espacio Fantástico 1490, en la Ciudad Vieja, donde ya se había presentado en otras ocasiones. Producida por Lupita Pulpo y el CCE, cuenta con la dirección de Marchand, la colaboración de Ayara Hernández en la dramaturgia, el diseño escénico de Erika del Pino y la cocreación de Felix Marchand, Alexandra Galceran, Santiago Bozzolo y Fabrizio Rossi ―este último, además, se encarga del diseño sonoro―.

La obra es parte de un proyecto más amplio enfocado en la creación de obras para el público infantil: “Felix Marchand ya ha producido varios espectáculos para niños en Alemania, desarrollando un lenguaje artístico que busca conectar con los más jóvenes desde el humor, el juego y la exploración del movimiento. Recientemente, junto con Alexandra Galceran, y bajo el sello Error Producciones, se continuó en la creación de nuevas propuestas para las infancias, con la intención de abrir un espacio para que los niños y niñas descubran el arte escénico desde una perspectiva cercana, lúdica y estimulante. Nos interesa desarrollar producciones que los inviten a ver el mundo desde una óptica creativa, explorando tanto lo extraordinario como lo cotidiano”, explican.

Sucundún explora el concepto de acumulación: por un lado, los incidentes que se van sumando impulsan la dramaturgia; por otro, los tres intérpretes y el músico Fabrizio Rossi se valen de una máquina de loops para crear la banda sonora en tiempo real.

Foto: Ayara Hernández, difusión.

Foto: Ayara Hernández, difusión.

“Es una performance que combina danza, humor y música en vivo, pensada específicamente para una audiencia infantil. Sabemos que el movimiento es una forma de expresión natural para los niños y queríamos ofrecerles una obra que pudiera conectar con su sentido de la curiosidad y el juego. La pieza gira en torno a situaciones absurdas y percances cotidianos, generando un espacio en el que los pequeños espectadores puedan reírse y sorprenderse con cada giro inesperado, y puedan ver el error como una oportunidad para el juego y la diversión. Buscamos que la danza no se presente como algo rígido o lejano, sino como un lenguaje accesible y cercano, que invite a disfrutar del cuerpo y del movimiento”, cuenta Galceran a la diaria.

Los cuatro artistas están listos para subir al escenario. Sin embargo, problemas imprevistos de uno de los intérpretes retrasan el comienzo. A partir de ese momento, todo empieza a salir mal. Sin embargo, con ingenio e improvisación, el grupo logra una y otra vez retomar la actuación, intentando presentar el espectáculo original... hasta que, al final, todo se desmadra. Este punto de partida, que juega con la ambigüedad de actores y personajes, permite desarrollar la acción en escena al instalar cierta tensión en ese comienzo que no se produce, que interpela a los espectadores, los hace parte.

Foto: Ayara Hernández, difusión.

Foto: Ayara Hernández, difusión.

Al respecto, Galceran comenta que la obra apela a la interacción con el público, “aunque no en el sentido convencional de invitar a los niños a subir al escenario”. “En Sucundún, la interacción sucede a través del humor, la improvisación y las sorpresas que van emergiendo en la obra. Los intérpretes se convierten en personajes tanto dentro como fuera de escena, y esto permite que el público se sienta parte de la situación. Los niños ven cómo los personajes intentan una y otra vez presentar el espectáculo, a pesar de los obstáculos y pequeños desastres que ocurren, lo que los mantiene atentos. Cada vez que los performers no logran interpretar la obra, se muestran como personas y por tanto en un plano compartido con el público. En cierto modo, los pequeños son cocreadores de la experiencia, ya que reaccionan y participan emocionalmente en cada escena. Al final de la obra, los niños y niñas terminan sintiéndose convocados a subir al escenario”.

Sucundún. Domingo 10 a las 17.00 en Fantástico 1490 (Colón 1490). Para niñas y niños de cinco años en adelante. Colaboración: $ 300. Reservas: 099 079 896. Más información en su Instagram.