La historia puedo contarla sin googlear, porque DC Comics ya forma parte de mi ADN. A fines de los años 30 surgieron las historietas de superhéroes, encabezadas por Superman, Batman y Wonder Woman, pero con el tiempo otros géneros cobraron popularidad y la mayoría de los personajes dejaron de publicarse, excepto esos tres. A mediados de los 50, DC Comics decide relanzar a algunos de sus personajes de la segunda línea, manteniendo los nombres pero cambiando orígenes, trajes y poderes. ¿Hasta ahí vamos bien?

El comiquero siempre fue un tipo nostálgico, así que seguramente los que crecieron con la primera camada de personajes un día se convirtieron en guionistas y editores, y quisieron volver a escribir sobre ellos. Pero ¿qué hacer con los Flash, Átomo, Linterna Verde, Hombre Halcón y otros personajes duplicados? Fácil, dijeron que unos vivían en una Tierra y los otros en otra Tierra paralela. Había Superman, Batman y Wonder Woman para ambos, por supuesto.

Pasaron los años, DC Comics adquirió personajes de otras editoriales, y a cada grupito lo dejaba en una Tierra independiente. Y no tanto, porque llegó el día en que los personajes (ayudados por los poderes de Flash) empezaron a cruzar, a mezclarse, y a conocer más Tierras con versiones distintas de los nombres cada vez más repetidos.

A principios de los 80 (y está claro que he estado hablando del siglo XX), la compañía cree que los lectores están mareados con tantas Tierras y pone en marcha un plan ambicioso para volver a un único universo, una única dimensión con una única Tierra, que, por supuesto, reunirá a los personajes más populares del puñado de Tierras que valían la pena.

La maxiserie se llamó Crisis en Tierras infinitas y tuvo a Marv Wolfman en guiones y George Pérez en el dibujo. El esparadrapo duró poco, porque el multiverso de DC tiene vida propia (el guionista Grant Morrison está convencido de eso) y termina volviendo una y otra vez. Pero quedó establecido el concepto de “evento”, de esas historietas que traen consecuencias a toda la línea, además de fijar la palabra crisis para ellas y a Flash como el superhéroe que suele sacrificarse para que las crisis no terminen tan mal.

En 2019 el “Arrowverso” (universo que englobaba series de televisión como Arrow, The Flash, Supergirl y Legends of Tomorrow) homenajeó a aquella crisis con sus propias Tierras infinitas, aprovechando para presentar a personajes de series basadas en personajes de DC pero que no tenían nada que ver. Y acaba de llegar al alquiler digital una segunda adaptación, que pretende ser un poco más fiel en la trama central, pero que hasta ahora no ha sorprendido en cameos y apariciones estelares. Hasta ahora, porque se estrenó la primera de tres partes.

Para terminar con un número infinito de universos hay que haber establecido al menos uno, y esta Crisis está ambientada en el llamado “Mañanaverso”, ya que comenzó a formarse en 2020 con el estreno de la película animada Superman: el hombre del mañana. A diferencia de otras animaciones de DC (van más de 50), tienen un diseño particular que recuerda por ejemplo a la animación de la serie Archer, con bordes más gruesos, rostros y cabello con menos movimiento, paleta de colores ligeramente apagada y objetos animados en 3D.

La Liga de la Justicia: crisis en las Tierras infinitas. Parte 1 es la séptima aventura del Mañanaverso, pero puede disfrutarse por separado. Tiene algunos guiños, sobre todo porque Flash (protagonista absoluto) se refiere a su paso por la Segunda Guerra Mundial en otra de las películas. Pero lo que aquí importa es el final de ese universo… y de todos los demás.

Claro que, al tratarse del primer tercio de historia, la parte cósmica tarda un poco en arrancar. Flash anda a los saltos temporales entre sus comienzos, el día de su boda y sus días de veteranía junto a Iris West. La pelea contra un androide capaz de absorber superpoderes será la excusa que enganche con la amenaza universal, que tiene ese condimento tan especial de juntar a decenas de personajes en un solo sitio. Para poner pausa y jugar a reconocerlos.

Habrá un primer triunfo para darnos algo de esperanzas en este tercio, pero suficientes semillas para que germinen y sean cosechadas a lo largo de este 2024, con algunos cameos prometidos que, mejor, no serán revelados. Siempre con la liviandad y el espíritu adolescente que ha caracterizado al género durante gran parte de su existencia, como lo demuestra la máquina que te hace un supertraje a la medida. Muy útil para cualquier crisis.

La Liga de la Justicia: crisis en las Tierras infinitas. Parte 1. 88 minutos. Alquiler digital.