“Dos familias se ven obligadas a migrar dejándolo todo atrás. Durante ese periplo el autor somete a los personajes a asumir otras conductas, roles que no les son propios, pero que tampoco les son ajenos”, escribe el director Daniel Spinno Lara en el programa de mano de Desaparezco. La pieza del noruego Arne Lygre construye su acción con palabras –dice Spinno Lara, integrante del elenco estable de la Comedia Nacional–, ya que es el único recurso que el autor deja a los actores.

Mediante un cambio de luces van apareciendo, agregándose uno a uno en sus sillas, sentados de frente a la platea, en este caso las gradas del teatro Victoria. Acompañados por valijas, los personajes carecen de nombre: son Yo (interpretada por Pelusa Vidal), Mi Amiga (Carla Moscatelli), La Hija de mi Amiga (Gal Groisman), Mi Marido (Sergio Pereira) y Una Mujer Desconocida (Isabel Legarra). Aunque distanciado, su discurso demanda atención.

Mientras que la estructura de la pieza va revelando una manera de transcurrir y de contar, las coordenadas temporales son transmitidas por una puesta en escena que maneja leyendas y veladuras (con la ayuda de los telones pintados de Gustavo Petkoff).

Señala la investigadora Laura Pouso, a propósito del estreno en idioma español de este dramaturgo: “El teatro de Arne Lygre es profundamente emocional, crudo y divertido al mismo tiempo y nos devuelve de alguna manera y con mucha fuerza a nuestra individualidad, a nuestro punto de vista singular, exponiéndonos en nuestra imposibilidad de aceptar otras posturas, las de los otros. Todo esto sin olvidarse de dejar una luz encendida, una especie de cartel luminoso que insiste en anunciar, para quien quiera o pueda verlo, que todo es relativo”.

Lygre, nacido en 1968, hizo su debut en 1998 con Mother and Me and Men; desde entonces creó nueve obras de teatro, dos novelas y una antología de cuentos. Es uno de los nombres noruegos que resuenan en el extranjero, sobre todo en Francia, donde estrenó más de un espectáculo; fue el caso de Desaparezco, que subió a escena por primera vez, bajo la dirección de Stéphane Braunschweig, en 2011 en el Teatro Nacional de la Colina, de París, y antes de _Dager under (Days Beneath), montado primero en Dinamarca, en 2009.

“Previo a convertirse en escritor, Arne Lygre quiso ser actor. Esa podría ser la razón por la que sus piezas, especialmente las más recientes, dan la impresión de que los personajes están inventando sus propias ficciones a medida que la obra se despliega: como si el dramaturgo les hubiera puesto la tarea de crear su propio mundo”, observa la profesora en estudios teatrales Anne-Françoise Benhamou. Con la sombra de Henrik Ibsen, el dramaturgo noruego más representado, y el premio Nobel de Literatura concedido a Jon Fosse el año pasado, el segundo más conocido, esta es una oportunidad de acercarse a la precisión y la singularidad de Lygre, cuya obra fue definida como enigmática y accesible, al mismo tiempo. Además, como Brigitte Salimo dejó asentado en Le Monde: “Sabe cómo pegar donde duele”.

Desaparezco (traducido por María Ana Windingland) en el teatro Victoria (Río Negro 1477) los viernes y sábados a las 21.00 y los domingos a las 19.30. Hasta el 3 de marzo. Entradas $550 (2 x 1 con Comunidad la diaria) en boletería y RedTickets.