Ya podemos asumir que el momento de auge de los superhéroes ha pasado. Atrás quedaron los grandes eventos de Marvel (su mayor cucarda, Avengers Endgame, significó también su punto de no retorno) y los diferentes intentos de Netflix de generar su propio universo superheroico. Aunque se siguen realizando –y seguirá así bastante tiempo más– productos de este género, aquella emoción, expectativa y atención que suscitaban ya no parece mantener los mismos niveles de intensidad. Sin embargo, hay una plataforma en la que los superhéroes encontraron cabida y continuidad, más allá de este momento gris.

La plataforma es Prime Video y sus historias de superhéroes son distintas. Sea en The Boys y su spin off Gen V, con la visión distorsionada del género y esos héroes que son brutales, sombríos, sádicos y perversos, o sea en Invincible, una estupenda adaptación animada del cómic de Robert Kirkman (el creador de The Walking Dead), Cory Walker y Ryan Ottley.

La principal baza de esta adaptación nace del mentado cómic: con 144 números publicados entre 2003 y 2018, no le falta a Invincible material para llevar a la pantalla chica. Que el propio Kirkman haya estado a cargo de la reescritura para la pantalla, junto a Simón Racioppa, se refleja en la cantidad enorme de tramas que avanzan en paralelo, los muchos personajes con historias propias y la posibilidad de una narrativa rotativa en la que siempre se siente que hay más para mostrar y que eso que se muestra nunca aburre.

De todos modos, el relato principal se centra, obviamente, en el personaje Invincible. Mark Grayson es el hijo del mayor superhéroe de la Tierra, Omniman, y al momento mismo de estrenar sus propios poderes descubre que en realidad su padre es la cabeza de playa de una invasión extraterrestre. En esta segunda temporada Invincible lidia con lo que fue aquel sangriento y brutal enfrentamiento con su padre y con el permanente terror de Mark por volverse algo similar a su progenitor. Esto, más el propio trauma de casi haber sido asesinado a manos de Omniman, lleva a Mark a pasar toda esta temporada inseguro y buscando su lugar en un mundo que ahora está más desprotegido, justamente porque Omniman no sólo resultó ser un villano, sino porque eliminó prácticamente a todos los superhéroes más poderosos. No van a faltar nuevas amenazas, además.

Esta enorme variedad de posibilidades hace de Invincible una serie permanentemente entretenida que aporta humor negro, violencia descontrolada, sangre al por mayor, protagónicos queribles y estupendos secundarios, todo en una muy buena animación. Si los superhéroes van a seguir así, que sigan por mucho tiempo más.

Invincible, segunda temporada. Ocho episodios de una hora. En Prime Video.