Hace un tiempito llegaba a los alquileres digitales la primera parte de La Liga de la Justicia: Crisis en las tierras infinitas, una aventura animada basada en los personajes de DC Comics, inspirada en una historieta de los años 80 que sirvió para barajar y dar de nuevo a algunos de los superhéroes más famosos del mundo. De todo eso hablé en profundidad en su momento.

En ocasión del estreno de la segunda parte, disponible en plataformas como NS Now o similares, el foco del análisis estará en la animación, que también se prepara para un cambio, de los más grandes desde que se estrenan películas de dibujos animados protagonizadas por los personajes de la mencionada editorial.

Todo comenzó en 2007 con el estreno en DVD de Superman: Doomsday, una adaptación algo libre de aquella historieta en la que el Hombre de Acero peleaba hasta la muerte contra un monstruo gigantesco criado en Kriptón, y que por lo inusual muchas personas creyeron que el personaje no volvería del más allá. Angelitos.

Desde esa entrega y hasta 2013 hubo 17 películas más o menos independientes, algunas que adaptaban arcos concretos del cómic y otras que tomaban inspiraciones un poco más vagas. Con La Liga de la Justicia: La paradoja del tiempo, que a su vez adaptaba un relanzamiento editorial, llegaba lo que se conoce como el Universo Cinematográfico Animado de DC, que desarrolló su propia continuidad entre películas (intercaladas con títulos independientes) hasta el cercano 2020.

Allí comenzó una tercera etapa, una segunda continuidad conocida como Tomorrowverse (Mañanaverso), que comenzó a sembrar semillas hasta llegar a este gran final, que son las tres partes de Crisis en las tierras infinitas. Con la siguiente, que será el título 55 desde Doomsday, se bajará una cortina. ¿Por qué? Porque James Gunn, el nuevo emperador de las adaptaciones audiovisuales de DC Comics, anunció que las próximas películas animadas, al igual que las series televisivas, se acompasarán con lo que ocurra en el cine. No necesariamente contarán una gran historia, pero al menos no habrá contradicciones.

Esto significa que la trilogía que muestra cómo infinitos universos están siendo destruidos por una ola de antimateria será el canto del cisne de una era. Aunque sabemos que estos cisnes nunca se mantienen callados por mucho tiempo.

Lo que comenzó en la primera parte, continúa sin darnos explicaciones. Se recomienda encarecidamente ver la película anterior, disponible para alquiler y compra en Google TV. Los personajes seleccionados desde diferentes universos por el Monitor (uno de esos seres que juran no intervenir y viven metiéndose en nuestros asuntos) están encargados de proteger unas torres vibracionales, única solución para que las tierras no sean arrastradas por las olas cada vez más frecuentes.

La historia va hacia atrás y adelante, incluso a momentos anteriores a la parte uno, y muestra la aparente coordinación entre los guionistas de las películas estrenadas en los últimos cinco años para dejar en los lugares correctos a personajes como Supergirl, la Legión de Superhéroes y el mismísimo Flash, que aquellos que conocen las historietas saben que cuando hay un evento con crisis en el título, los velocistas de DC llevan todas las de perder.

A diferencia de lo ocurrido en el papel, no se apostó por peleas entre cientos de personajes, sino por momentos más íntimos, incluyendo el arco de un personaje clave en este arco como es el Psico-Pirata, que protagoniza algunos momentos que explican por qué la película está recomendada a partir de los 13 años.

Con respecto al aspecto visual, como el resto del Mañanaverso cuentan con una animación de colores un poco más planos y serifa, si se me permite la comparación con el mundo de las tipografías. Imagino que, en una crisis multidimensional, hasta el mundo de las tipografías está en peligro de ser destruido.

Sobre el cierre llegan las esperadas sombras demoníacas y se establece el gran villano de la historia, que obviamente coincide con el material original. Menos grandiosa que la historieta, de todas formas visita universos muy diferentes y quizás el principal problema que tiene es que los saltos de uno a otro podrían estar señalados en forma más explícita.

Quedan un par de meses para que llegue la última entrega, donde se esperan algunos cameos vocales en el idioma original y un cierre que dejará la mesa pronta para que llegue Gunn con sus Creature Commandos y todo vuelva a empezar. Algo que los fanáticos de DC conocen (conocemos) muy bien, porque estamos acostumbrados a volver a empezar a cada rato.

La Liga de la Justicia: Crisis en las tierras infinitas - parte dos. 90 minutos. Alquiler digital.