El guionista, actor, director y profesor Daniel Hendler es una de las figuras uruguayas más destacadas en el Río de la Plata: a lo largo de tres décadas, ha sabido cómo instalar su estilo, centrado en la creación de personajes que transmiten una incomodidad y una torpeza que, en un punto, resultan tiernas y provocan mucha empatía. Desde sus personajes y su rol en la dirección retrata cierto heroísmo corriente y cotidiano y, con un tipo de humor directo e inteligente, consigue mostrarse entrañable y cercano por aquello de que “podría ser uno de nosotros”.

En su cuarto largometraje (debutó con Norberto apenas tarde en 2010 y luego vinieron El candidato y Un cabo suelto), Hendler protagoniza, dirige y guiona 27 noches, rodeado de un enorme elenco: Carla Peterson, Humberto Tortonese, Julieta Zylberberg, Paula Grinszpan, Alejandra Flechner, Alan Sabbagh, el uruguayo Roberto Suárez y la infinita Marilú Marini.

La película está basada en la novela homónima de la psicoanalista Natalia Zito, que narra la historia real de Natalia Kohen, una artista plástica de 87 años que en 2003 fue internada por sus hijas en contra de su voluntad, tras un diagnóstico firmado por el divulgador científico y político argentino Facundo Manes. Comienza como una comedia dramática, pero se va transformando en una tierna e intensa historia de amistad entre un aprendiz y su mentora. Martha Hoffman (Marini) es una mujer de 83 años, adinerada, alegre y de espíritu libre, cuya original vida llena de generosidad y transgresión es abruptamente interrumpida cuando sus hijas deciden internarla en una clínica psiquiátrica, alegando que Martha tiene demencia y no puede valerse por sí misma ni administrar sus bienes. El perito judicial asignado al caso, Leandro Casares (Hendler), tiene que investigar y discernir si esa decisión es un acto de real protección o un intento por controlar el dinero y la futura herencia de su madre.

“No voy a pasar ni una sola noche acá”, sostiene Martha justo antes de que el título aparezca en pantalla con gran ironía. Las 27 noches en el hospital, donde se le niega el contacto con sus amigos, se entrelazan, con gran humor y sarcasmo, con los eventos posteriores al regreso a su casa, donde sigue siendo prácticamente una prisionera. El eje es su singular vínculo con Leandro, cuyo veredicto ayudará a decidir si será internada en forma permanente). Afable, dubitativo, torpe y reprimido, Leandro visita a Martha en su casa con una lista de preguntas bastante burocráticas y rutinarias, pero se da cuenta de que esta mujer ingeniosa y subversiva se pone al hombro la situación y lo ayuda para que se relaje: con la ayuda de sus amigos bohemios, Leandro aprende desde a desabrocharse un poco la camisa hasta a abrirse emocionalmente e incluso a liberar su sexualidad.

Hendler brilla en su rol, mientras que Peterson y Grinszpan se destacan como las hijas de Martha (una burguesa controladora y una neurótica influenciable) y Zylberberg como la hábil asistente de Leandro.

En 27 noches, Hendler muestra una notable habilidad para entretejer la importancia del hedonismo y la felicidad con una punzante crítica social sobre el consumismo, el funcionamiento de las instituciones mentales y residenciales, el escaso poder de decisión que se les da a los adultos mayores. En definitiva, la película es una defensa del principio de autodeterminación.

27 noches. 107 minutos. En Netflix.