El triunfo del Frente Amplio (FA) en el balotaje de este domingo abre un nuevo escenario para los próximos cinco años en el país y una serie de desafíos y oportunidades para el gobierno encabezado por Yamandú Orsi, que comenzará el 1º de marzo de 2025. Como se había marcado en la campaña, el FA tiene la ventaja de haber conseguido la mayoría en la Cámara de Senadores en la primera vuelta de octubre, pero no así en la Cámara de Diputados, lo que lo obligará a negociar con la oposición para aprobar sus proyectos de ley clave.
Luego de la derrota del plebiscito de la seguridad social en la elección del 27 de octubre, con 39% de los votos, y tal como lo prometió la fuerza política en su programa de gobierno, el diálogo por la seguridad social será otro de los desafíos que tendrá el gobierno electo. Debido a que es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, según lo marcan las encuestas, la inseguridad también será un asunto en el que el futuro gobierno deberá enfocar energías, y, por lo que también han planteado desde el FA, la pobreza y especialmente la pobreza infantil estarán entre las prioridades.
Según marcaron en diálogo con la diaria las politólogas Camila Zeballos y Micaela Gorriti, el desafío de negociar en el Parlamento con una mayoría parcial es “manejable” y se dará “ley a ley”. Gorriti apuntó que el FA intentará negociar con Cabildo Abierto (CA), mientras que Zeballos consideró que el FA “puede llegar a tener un vínculo más cercano” con Identidad Soberana, de Gustavo Salle, en algunas áreas, como la seguridad social. “La negociación estará marcada por el tipo de política” que se impulse, planteó.
Otro de los elementos que serán determinantes para la negociación es si la coalición se mantiene como tal, en tanto el líder de CA, Guido Manini Ríos, ha manifestado públicamente sus dudas sobre el propósito de mantener la alianza en caso de perder el gobierno.
En esa dirección, ambas politólogas coinciden en que el gobierno del FA tendrá activos para poder llevar adelante esa negociación. Zeballos comentó que el propio Orsi tiene un perfil “capaz de negociar con actores muy diversos, que atraviesan el eje derecha-izquierda”, mientras que Gorriti apuntó a la posibilidad de que los senadores electos puedan impulsar las negociaciones en la cámara baja. En ese sentido, dijo que visualiza al senador Alejandro Sánchez, del Movimiento de Participación Popular (MPP), como un articulador.
“No creo que haya problemas de gobernabilidad, vamos a ver algunos actores clave como senadores que pueden participar indirectamente como mediadores, como Pacha [Sánchez], Mario Bergara o Alfredo Fratti. Me imagino a Sánchez como el gran articulador de la bancada del FA y que puede llevar adelante el rol que llevaba Lucía Topolansky”, dijo Gorriti. Para Zeballos, la bancada del MPP “es un gran espaldarazo para Orsi, porque protegerá las políticas del presidente y le facilitará mucho las cosas”, señaló.
La seguridad social: Orsi “asumió” el compromiso y lo tendrá que “implementar”
Sobre el desafío de impulsar el prometido diálogo de la seguridad social y lograr su aplicación, Gorriti apuntó que la experiencia muestra que los diálogos sociales muchas veces terminan siendo “ad hoc”, por eso será importante cómo y cuándo se lleva adelante, y si es “sólo deliberativo o consultivo”. “Creo que va a ser una fuente de conflicto”, aventuró la politóloga, mientras que Zeballos apuntó que Orsi “asumió” ese compromiso y lo tendrá que “implementar”.
“Un dilema que se presenta es que 60% de la población dijo que no [a la reforma impulsada por el PIT-CNT], entonces será importante ver cómo va a ser el mensaje político y que sea suficientemente claro para los dos públicos. Tiene un gran desafío y creo que necesitará más que sólo el respaldo de la bancada del MPP, sino de todo el FA, además de ver qué tipo de articulaciones con otros actores sociales, como los sindicatos y las cámaras empresariales”, continuó Zeballos. En esa línea, consideró que en este proceso, Orsi “va a tener que demostrar ese mote de dialoguista”.
Durante la campaña electoral, Orsi presentó en el departamento de Colonia unas 48 medidas prioritarias que se desprenden de su programa de gobierno. Esas propuestas se estructuran en tres ejes: desarrollo económico, seguridad y protección social. Durante los meses de campaña, además, el presidente electo ha focalizado sus iniciativas en la necesidad de que el país tenga un crecimiento económico que le permita mejorar la distribución.
En ese sentido, Gorriti señaló que una de las claves del próximo gobierno será la “rehabilitación del rol social del Estado”: “Me parece que va a hacer un esfuerzo, sobre todo en la conformación de un Estado de bienestar”. Gorriti dijo que otra de las claves será el impulso de los acuerdos nacionales, entre los cuales habrá algunos más fáciles de concretar, como lo que concierne a la primera infancia, la creación del Ministerio de Justicia y la propuesta de quitar al Instituto Nacional de Rehabilitación del Ministerio del Interior. “Si se logra, puede sentar un precedente interesante para generar acuerdos en otros asuntos”, dijo.
Hay otros asuntos, dijo Gorriti, en los que se le dificultará más generar acuerdos interpartidarios, como la educación. “Si consigue otros acuerdos puede empezar a discutir otros temas como educación, pero por el tipo de actores y por el sistema político, incluso en la interna del FA, no sé si podrá generar acuerdos nacionales”, expresó.
El relacionamiento con los ministros y las posibles tensiones internas
Tanto Zeballos como Gorriti comentaron que el actual gobierno tuvo un funcionamiento “radial”, en tanto el presidente Luis Lacalle Pou mantuvo un relacionamiento “uno a uno” con sus ministros y no generó ámbitos colectivos de negociación en el gabinete. Las analistas entienden que el perfil de Orsi hace pensar en un regreso de la implementación de los Consejos de Ministros de forma periódica.
“Cuando ejerció el poder esa era su herramienta en el diseño, implementación y ejecución de políticas. Si bien tiene este espaldarazo de legisladores, la forma de negociar a la interna es el Consejo de Ministros. Va a ser muy distinto al ejercicio de poder de Lacalle Pou”, reflexionó Zeballos.
“Me imagino una dinámica colegiada, entre muchas comillas. Es muy posible que se retomen los Consejos de Ministros. Orsi ha enfatizado en el trabajo en equipo, colaboración institucional. Me parece que puede llevar adelante algo más colaborativo”, dijo, por su parte, Gorriti.
En cuanto a la conformación del gabinete y la administración de las tensiones entre el gobierno nacional y la fuerza política, Zeballos auguró que “van a estar las tensiones que siempre existieron” en los gobiernos, pero acotó que en este caso estarán “atravesadas” por el diálogo por la seguridad social. La politóloga señaló que también pueden existir discusiones por la conformación del Poder Ejecutivo, un armado que en parte estará determinado por la votación de cada sector.
Para Gorriti, el “principal foco de tensión” interno va a ser la gestión del ministro de Economía, Gabriel Oddone, que desde el primer día provocó resistencias en la interna partidaria. “Orsi ya anunció que no va a haber cambios drásticos [en comparación con el actual gobierno], y puede haber frustración de expectativas, como en el Partido Comunista del Uruguay y el Partido Socialista. Va a ser un foco de conflicto interno, lo mismo para la seguridad social y la reforma educativa”, añadió, y complementó: “Si no hay cambios notables en estas áreas va a haber conflictos internos. En el tema seguridad y cárceles, si se sigue apostando al enfoque punitivo y no se refuerza el trabajo sobre las causas, puede llegar a ser otro foco”, marcó.
Precisamente, la seguridad pública, como desafío “inminente” para el gobierno, implicará tomar medidas inmediatas. “El gobierno tendrá que nombrar el equipo tres días después del resultado”, analizó Zeballos.
Política exterior: “Orsi le va a dar más importancia al Mercosur”
En lo que respecta a las relaciones internacionales, la politóloga Gorriti planteó que se imagina un escenario en el que el presidente electo tendrá un rol de “mediador” entre los presidentes de Brasil y Argentina, Lula da Silva y Javier Milei, respectivamente. “Si bien no junta votos, ya el día después de la elección es un tema importante. Con [Donald] Trump en el horizonte, hay que modernizar el Mercosur. Hay que hacer algo mientras esté Lula”, evaluó Gorriti.
Para la politóloga, el Mercosur es el “principal asunto” a atender en esta área del gobierno, y el acuerdo con la Unión Europa “resolvería muchos temas” si se concreta. “Creo que Uruguay en un gobierno de Orsi le va a dar más importancia al Mercosur para generar más acuerdos. Me parece que el acuerdo con China ya no es viable. Además, deberá perfilarse como mediador entre Lula y Milei, va a tener que desplegar sus talentos negociadores”, coincidió.
Gorriti señaló también que Orsi tiene una “perspectiva proglobalización y organismos internacionales”. “Va a tener que ir descubriendo cómo se maneja en un mundo en el que va a estar Trump de nuevo, que piensa ‘estás conmigo o sin mí’, y Uruguay creo que va a intentar no alinearse tanto con Estados Unidos como lo hizo Lacalle Pou. Va a buscar más autonomía y evitar alinearse y buscar un equilibrio”, analizó.