Mientras la campaña calienta motores con las internas a la vuelta de la esquina, los principales partidos comienzan a mostrar sus cartas y a exponer sus proyectos de gobierno. Hay un punto de coincidencia: la pobreza infantil aparece como el problema más grave a resolver y allí tienen puestos sus ojos tanto el Partido Nacional (PN) como el Frente Amplio (FA), pero las estrategias tienen claras diferencias metodológicas en la búsqueda de una solución.

La más importante es que el PN considera que un punto central para el combate de la pobreza es el crecimiento económico por medio de la producción y el empleo, mientras que el FA pone énfasis en la redistribución de la riqueza y en la participación del Estado por medio de políticas sociales.

Esto surge de consultas a técnicos de ambos sectores y del análisis del programa de gobierno del precandidato por el PN Álvaro Delgado y las Bases Programáticas del FA.

El coordinador del programa de Delgado, Agustín Iturralde, consideró que hay una visión macro sobre el desarrollo en la que el Partido Nacional “tiene algunas diferencias sustantivas” con el FA. “El gran asunto de Uruguay es cómo crecemos más, y en ello el FA es bastante evasivo”, señaló el economista, y mencionó que el programa de la fuerza de izquierda hace referencia a aumentar la carga tributaria de forma progresiva con impuestos al patrimonio, por lo que “parece claro que va en línea de poner nuevos impuestos que claramente afectan a la radicación de inversiones”, afirmó el economista, en diálogo con la diaria.

En el FA la situación se ve diametralmente distinta y se cree que la política redistributiva no necesariamente ataca al crecimiento. La redistribución de la riqueza es una “variable clave desde el punto de vista económico” y forma parte de la “concepción central” del partido de izquierda, respondió el coordinador de la Comisión de Programa del FA, Álvaro García.

Para el FA, “la derecha política plantea una falsa dicotomía entre crecimiento y distribución”. “Lo que estamos proponiendo es una fuerte política procrecimiento, como lo demostramos en los 15 años de gobierno con algunas herramientas, como, por ejemplo, los cambios en la Ley de Inversiones, que llevaron a que las inversiones, por lo menos en los primeros diez años del Frente [en el gobierno], llegaran a niveles récord”, dijo García.

“Nosotros ponemos en pie de igualdad las dos cosas [crecimiento y redistribución], no son contradictorias. En general, la derecha política ha contrapuesto el crecimiento a la distribución, con la teoría del Presidente de la República de que el ‘malla oro’ después va a traccionar al país, pero eso no ha sucedido, [sino que] las distancias se agrandaron, y eso está medido por el indicador de Gini. Hubo una retracción, un retroceso [en materia de desigualdad], por primera vez, después de 15 años”, afirmó a la diaria el exministro de Economía del primer gobierno de Tabaré Vázquez.

García consideró que es “tan importante el crecimiento económico como la distribución”. “Lo voy a poner de manera comparativa con algo que está diciendo Delgado en su campaña: que se crearon 70.000 empleos más en Uruguay. Ahora, eso no necesariamente implica una mejor distribución del ingreso. Porque también salió un informe del [Instituto] Cuesta Duarte, hace un par de días, que señala que la economía uruguaya creció, hay más empleo –no sé si son 70.000 puestos o no, pero hay más empleo–, pero también hay 100.000 personas más en Uruguay que ganan menos de 25.000 pesos, comparado con 2019. Entonces, decir que un mayor empleo implica que la gente está mejor no necesariamente es así. En este caso, implica más desigualdad. Es un ejemplo claro de lo que plantea una campaña y de lo que decimos nosotros”, agregó, y remarcó que el FA tuvo 15 años de crecimiento económico y de aumento de los salarios y jubilaciones reales.

¿Nuevos impuestos?

Iturralde se diferenció de la postura frenteamplista y sostuvo que en las Bases Programáticas del FA se “abre muy nítidamente la puerta a crear nuevos impuestos” con respecto al tema redistributivo.

“Nosotros no vamos por ahí. Nosotros tuvimos una política importante en el tema macroeconómico en general que logró bajar la inflación del 8 y pico al 4%, a menos de la mitad. Y queremos que el año que viene cierre con una inflación del 3%. Hay un foco claro en consolidar la estabilidad macroeconómica que permitió que Uruguay pague menos tasa de interés que Chile y que Perú, algo que no sucedía en 2019”, afirmó.

El coordinador del programa blanco sostuvo que la política de impuestos no fue la “línea con la que el FA gobernó anteriormente”, pero “todo hace suponer que es a la que irían en un próximo gobierno, lo que claramente tiene una afectación en las inversiones”.

“Este gobierno tiene récord de inversión, creemos que es el camino, porque repercutió en el mercado de trabajo y en el empleo, y vamos a continuar por ahí. En este tema hay una diferencia [con el FA]. Hay que discutir algunos temas distributivos, sí, pero el tema clave es cómo crecemos más; no vamos a tener una puja distributiva y un estancamiento, que es lo que ha pasado en algunos países. El tema clave es cómo logramos crecer al 3% anual sostenidamente. Tenemos algunas diferencias importantes, que es razonable y saludable que existan en democracia, y no descarto que pueda haber un espacio para los acuerdos, pero hay diferencias no menores”, expresó.

Por su parte, García negó la posibilidad de impulsar impuestos y dijo que eso es lo que “Delgado quiere hacer en nuestro país”, pero aclaró que la postura frenteamplista es que “pague más el que tiene más”.

“No hay ningún anuncio de impuestos en el FA. En el programa está claramente establecida la política general que el Frente Amplio llevó y va a llevar en materia tributaria. No es sorpresa para nadie: queremos que pague más quien tiene más, básicamente, por decirlo de alguna manera, pero considerando absolutamente que la política procrecimiento es más importante. Entonces, no hay ningún anuncio de aumento de impuestos como se pretende decir”, agregó.

En el documento que establece sus bases programáticas, el FA propone avanzar en la “transformación del sistema tributario reduciendo impuestos al consumo y fortaleciendo la imposición a la renta, el gran capital y el patrimonio con el criterio de progresividad”. Lo plantea “con el objetivo de avanzar en la reducción de la desigualdad, estudiar las formas para incrementar el aporte fiscal por concepto de dividendos y utilidades, así como los patrimonios y las transferencias patrimoniales de muy alto porte y los depósitos en el exterior”.

Salarios y jubilaciones

García adelantó que las Bases Programáticas del FA son las líneas generales y posteriormente vendrá un plan de gobierno. “Claramente, el programa del FA pretende retomar el crecimiento de los salarios y jubilaciones en términos reales. Eso también tracciona el mercado interno, a un montón de gente que es trabajadora contratista, o sea, unipersonales, empresas, que no figuran como trabajadores pero trabajan en pequeños comercios, en servicios, que se van a ver beneficiados por una mejora en la capacidad adquisitiva de la población, y todo eso es distribución primaria”, añadió.

En cuanto a la distribución secundaria, explicó que “hay que retomar las políticas públicas que básicamente tienen que ver con los puntos de educación, de salud, de seguridad social, de protección social, de cuidados, que están directamente vinculadas con servicios que la gente recibe y que hoy están destinados a equilibrar las situaciones de los más vulnerables”.

En el documento de la coalición de izquierda se establece que uno de los “ejes rectores del programa del FA” es la reducción de la pobreza y la desigualdad en todas las esferas de la distribución del ingreso y de la riqueza.

Para ello, se propone desarrollar políticas “activas” de combate a la pobreza, combinando el corto y el largo plazo, para lo cual la política salarial apuntará al incremento de los mínimos, se impulsará una asistencia a la búsqueda de trabajo, capacitación, apoyo a pequeños emprendimientos, creación y subsidio de empleo.

“La estructura impositiva, el nivel y composición del gasto público cumplen un papel fundamental para mejorar la distribución de ingresos. En el marco de implementar un programa integral para la reducción de la desigualdad, además de la política salarial mencionada, se evaluarán y rediseñarán los programas de transferencias para mejorar su impacto, procurando que estén más y mejor articulados entre sí y con otros programas que procuren la redistribución progresiva de los ingresos, para completar y fortalecer el piso de protección social de alcance universal, incluyendo mecanismos contributivos y no contributivos”, indica.

Se proponen “transferencias de alto impacto” hacia los hogares pobres, fortalecer las políticas sociales que atiendan las situaciones de mayor vulnerabilidad, como los programas de atención a personas en situación de calle y la integración sociolaboral.

También se establece desarrollar una “estrategia integral” de apoyo a las infancias y adolescencias con “la finalidad de que ningún niño o niña transite etapas fundamentales de su desarrollo en hogares con carencias críticas. Esto implica una fuerte inversión en políticas públicas con impacto específico y transferencias monetarias para estos hogares tomando como base las actuales Asignaciones Familiares del Plan de Equidad”.

Se propone, por último, ratificar el compromiso del país para erradicar el hambre en 2030 y estipular acciones relacionadas con el curso de vida en lo referido a las personas mayores.

La propuesta del PN

Por su parte, Iturralde consideró que está comprobado que “el mayor redistribuidor de la riqueza es el crecimiento genuino del salario, y en particular de la masa salarial”.

“La masa salarial en sus dos componentes: el valor del salario y la cantidad de puestos de trabajo. En ese sentido, creo que lo ocurrido en los últimos 18 meses de mejora del salario real, de crecimiento del empleo, hizo que la masa salarial esté a niveles récord medida como porcentaje del PIB. La proporción de la riqueza que genera Uruguay que queda en manos de los trabajadores ha crecido también. Y creo que en ese sentido no hay mucha innovación. Nosotros creemos en eso. Creemos que un mercado laboral fuerte y vibrante es el camino”, aseveró.

El economista puso énfasis en que en términos redistributivos el programa de Delgado pone un “fuerte acento” en la primera infancia. “Es la prioridad número uno. El único número claro que ya comprometimos en blanco sobre negro es llegar a una inversión de 200 millones de dólares por año destinados a la pobreza infantil, que obviamente esperamos que tenga un impacto fuerte en los indicadores de pobreza infantil”, dijo.

Con respecto a las transferencias, consideró que son un “instrumento indudable que nadie pone en cuestión y que se seguirá utilizando”, pero señaló que hay “restricción presupuestal”, por lo que “la prioridad número uno” es el combate a la pobreza infantil.

En el programa de Delgado, uno de los primeros aspectos que se señala está vinculado con el crecimiento: se sostiene que Uruguay puede ser “el primer país desarrollado de América Latina” y asegura que “no hay ninguna razón por la cual debamos conformarnos con menos”.

“Nuestro país está a mitad de camino: tenemos una calidad democrática y una estabilidad institucional asimilables a las de un país desarrollado, pero indicadores económicos y sociales que nos separan por mucho de ese horizonte. Además de explicitar la voluntad de alcanzar la meta, es imprescindible señalar cuál es el camino para acercarnos a esa aspiración de ser un país desarrollado. En concreto, ser desarrollados implicaría al menos tener un nivel de riqueza 30% mayor, reducir a la cuarta parte la pobreza infantil, universalizar la educación secundaria y generalizar la terciaria, y reducir a la mitad las rapiñas y homicidios”, se agrega.

También se afirma que se va a “redoblar la agenda para lograr un modelo de protección social adaptado a los principales desafíos de esta época, con tres grandes énfasis: primera infancia, pobreza y el desafío demográfico”.

En el programa se propone “revisar y priorizar” la organización del Mides, “agilizar la burocracia para dar respuesta inmediata”, expandir el modelo de Centros de Referencia de Políticas Sociales y avanzar hacia un sistema único de prestaciones y de más fácil acceso para la población promoviendo el uso de herramientas de cobro digitales.

Además, establece el “modelo de seguimiento de trayectorias” y propone el “Plan Familias”, al que se destinará 200 millones de dólares y será asignado de forma incremental durante el quinquenio.

Política comercial e inserción internacional

Con respecto a la inserción internacional, ambos asesores coincidieron en la necesidad de una mayor apertura de Uruguay y de una visión “pragmática”.

“La visión general del FA es de un país abierto. Cuanto más abiertos al mundo quedamos para colocar nuestros productos, mejor, y así lo hemos perseguido en nuestros años de gobierno, con una actitud muy pragmática, sobre todo no tratando de competir en términos de cantidad, sino en calidad”, afirmó García.

Sostuvo que en un futuro gobierno del FA, Uruguay va a continuar trabajando para tener un mayor grado de relacionamiento con China y se va a seguir apelando a una flexibilidad del Mercosur.

En la misma sintonía, Iturralde aseguró que el programa de Delgado establece una “postura muy pragmática”, debido a que Uruguay tiene una “necesidad imperiosa” de lograr un mejor acceso al mundo.

“Uruguay tiene que avanzar todo lo que se pueda en esta oportunidad que parece que se está teniendo con Estados Unidos. Tiene que tratar de que con China también se pueda avanzar. Se tiene que hacer todo lo posible para que el Mercosur pueda, en algún momento, concretar el acuerdo con la Unión Europea. Tiene que seguir buscando otros mercados que puedan aparecer. Creo que en eso no hay que elegir”, subrayó.

Un futuro gobierno de Delgado buscaría que Uruguay tuviera una “agenda que no dependa de alguien más”, afirmó. “Hay una agenda que depende sólo de Uruguay, que es una agenda de apertura unilateral. Uruguay todavía es un país que tiene temas proteccionistas importantes, y para un país pequeño el proteccionismo es mucho más caro que para uno grande. Es mucho más costoso en términos de costo país, de costo de vida, de pérdidas de eficiencia”, consideró el economista.

Mordecki: “Hay consensos sobre los problemas, pero no sobre sus causas”

La política económica que piensan aplicar los principales aspirantes a la próxima gestión de gobierno quedó plasmada en la mesa de discusión “La política económica en el debate electoral”, que organizó el equipo coordinador de Contexto: observatorio de coyuntura económica y política del Uruguay, integrado por Gabriela Mordecki, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República (Udelar), y Daniel Chasquetti, docente de la Facultad de Ciencias Sociales.

Los expositores en el evento fueron Martín Vallcorba, asesor económico del FA, Julio de Brun, asesor económico del Partido Colorado, e Iturralde.

El encuentro se llevó a cabo en la sala de conferencias de la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar y los disertantes coincidieron en que la pobreza, y en particular la pobreza infantil, es uno de los primeros problemas que tiene que buscar resolver el futuro gobierno.

Gabriela Mordecki explicó a la diaria que entre los temas tratados los panelistas discutieron si es significativa la diferencia en los datos entre 2023 y 2019. “Es un tema que no podemos resolver porque depende de los márgenes de error”, comentó.

La docente universitaria estimó que la principal diferencia observada en los planteos de los asesores fue que mientras que algunos optan por resolver el problema de la pobreza por medio del empleo y el crecimiento, el FA pone en primer lugar las políticas sociales.

“En el debate, Vallcorba mencionó el tema de la redistribución de la riqueza, pero no fue el foco del debate. Este se basó en disminuir la pobreza. Los otros asesores no hablaron de redistribución ni de desigualdad, esas palabras no aparecieron”, observó. “Durante el intercambio hubo consensos sobre los problemas, pero no en la solución o en cuáles son sus causas”, concluyó.