El 10 de agosto, además de aprobar la controvertida fórmula presidencial de Álvaro Delgado y Valeria Ripoll, la Convención Nacional del Partido Nacional (PN) tendrá en su orden del día la aprobación del programa de gobierno del partido, que por estos días está en etapa de elaboración. De la coordinación entre los equipos técnicos de los distintos sectores blancos y la redacción está al mando el economista Agustín Iturralde, quien, entrevistado por la diaria, habló de los principales puntos de acuerdo entre los sectores y de algunos disensos, entre los que destacó, como principal, la propuesta del exprecandidato Jorge Gandini de dotar de mayor protagonismo a las Fuerzas Armadas en el combate a la inseguridad.

Iturralde también habló de las principales apuestas del programa en materia económica –en el que se apela a la continuidad, aseguró– y en políticas sociales, punto en el que resaltó la promesa de una inversión de 200 millones en el quinquenio destinada a la primera infancia, que definió como “la prioridad política y presupuestal número uno”. Sin embargo, advirtió que el plan de gobierno sobre el que se trabaja no tiene en cuenta un eventual triunfo del plebiscito para reformar la seguridad social, en el entendido de que “sería un combo raro” que la ciudadanía elija al PN “para un gobierno más y aprobar esta reforma que todo el PN, unánimemente, rechaza”, pero aseguró que, en ese escenario, el Estado uruguayo corre el riesgo de terminar “absolutamente desfinanciado”.

¿Cuáles han sido hasta ahora las principales coincidencias y los temas más difíciles de conciliar entre los sectores en el ámbito de coordinación?

En cuanto al consenso, creo que el tema económico. Es claro que hay un énfasis en todos del tema de la competitividad, en particular, de bajar el costo de vida y cómo hacemos que este sea un país más barato para vivir. Laura Raffo lo trabajó mucho, en el programa nuestro también estaba muy presente; temas de empleo, empleo de baja calificación, los problemas de empleo juvenil están muy presentes en diversos programas, temas de políticas sociales, la inversión en primera infancia también aparece bastante transversal, temas de apertura e inserción internacional... Hay un proceso natural de convergencia programática que es muy notorio, que se está dando en toda la coalición, pero en particular dentro del PN. En general no hay puntos contradictorios, hay un tema más de enriquecimiento que de otra cosa.

¿Cuál va a ser el corazón de la propuesta de gobierno? ¿Hay un caballito de batalla?

Ahí también juegan los temas más políticos, la discusión del momento, pero la propuesta de la interna de Delgado es esto del segundo piso de transformaciones, entender que en casi todos los temas que uno mire estamos hoy mejor que en 2019, pero hay una segunda etapa y hay que hacer no simplemente lo mismo, sino que, en muchos temas, hay que tratar de hacer cosas nuevas. Hay un par de énfasis bien notorios en la agenda económica y en la agenda social. Este círculo virtuoso entre el salto de competitividad y el salto de bienestar que la sociedad uruguaya tiene que dar para salir de la llamada trampa del ingreso medio es, capaz, el corazón del programa: una agenda económica y una agenda social potente que se retroalimentan y permiten a Uruguay salir de esa trampa del ingreso medio.

Decías que todo esto viene muy de la mano de lo político, y generalmente la preocupación de la ciudadanía por la inseguridad hace que sea protagonista en la campaña. ¿Cuáles son las principales propuestas en materia de seguridad pública?

Estamos en un gobierno en que [Luis] Lacalle Pou es el primer presidente desde la vuelta a la democracia que va a entregar la banda con menos delitos de los que recibió, hay menos rapiñas y ligeramente, muy ligeramente, menos homicidios. De todas formas, los niveles de homicidios, en particular, que estamos manejando son inaceptables, claramente no podemos estar conformes. Uruguay no puede tener en el orden de 400 homicidios al año, no es aceptable. Entonces, hay una parte que es de continuidad: el respaldo a la Policía, el respaldo a las modificaciones legales para la actuación policial que se han hecho, el respaldo presupuestal a la Policía, pero en lo que es el abordaje del crimen organizado y el narcotráfico hay que innovar y hay que plantear cosas nuevas.

Lo principal que se está planteando en ese sentido es la creación de un grupo multifuerza, a partir de la experiencia italiana del trabajo antimafia, liderado por el Ministerio del Interior y que tiene funcionarios de Prefectura, de la Fuerza Aérea, del Banco Central, de la Senaclaft [Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo], de Aduanas, de una cantidad de gente que opera de una forma mucho más eficaz y eficiente en el abordaje del combate al narcotráfico. Lo otro es hacer que el trabajo en cárceles con liberados tenga otro orden de magnitud. Creemos en la represión, no hay ninguna buena razón para no reprimir el delito, no importa cuáles sean las causas, pero también sabemos que el abordaje sostenible requiere esta parte de reinserción y rehabilitación.

Este gobierno va a cerrar con un récord histórico de personas en prisión. ¿Es una tendencia saludable o un segundo gobierno del PN tendría que tender a revertirla?

No nos hace felices, es una tendencia que casi todos los gobiernos han tenido, pero no nos hace felices. No creemos que la solución es que haya menos personas en la cárcel, no creemos en desprisionalizar, por usar una palabra que está en el programa del Frente Amplio [FA]. En la cárcel estarán las personas que tengan que estar, lo que creemos es que el trabajo en esas cárceles y las condiciones en las que esas personas están presas es sobre lo que hay que trabajar. Capaz que hay una diferencia bien marcada en nuestro programa con respecto a las bases programáticas del FA en que, si bien entendemos que no es un buen síntoma, no creemos, en ningún caso, que la solución sea sacar gente de ahí, sino el trabajo en cárceles y con liberados.

Jorge Gandini está proponiendo un rol más activo de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública, ¿cómo se posiciona Delgado ante esta propuesta?

Claramente no es la propuesta de Delgado, no es lo que estaba en el programa de gobierno de Delgado en la interna y tampoco es lo que está en el documento programático de Raffo para la interna, es una propuesta de los compañeros de Por la Patria y Gandini que la han trasladado al trabajo programático, la han hecho llegar y han explicado cómo es y cuál sería su alcance. Vamos a ver cómo termina, quizá alguna de las cosas en algún sentido pueda tomarse. Como propuesta, no creo que sea lo que predomine, dado que es claramente uno de los temas en que hay una diferencia bien marcada, de las pocas cosas, y obviamente la postura del candidato que ganó la interna, con el margen que ganó, tiene un peso en este tipo de casos.

Volviendo a la política económica, ¿dirías que en un eventual segundo gobierno del PN se va a proponer un cambio sustancial?

No, la línea económica es esta. Claramente, en materia económica creemos en el cuidado de los fondos públicos, la promoción de la inversión, que tuvo implicancias en el ahorro, en el empleo, en el salario, que claramente es la línea económica actual.

¿El incumplimiento de la regla fiscal en dos de sus tres pilares es una falencia de este gobierno que no se debe repetir, o qué lectura hacés?

Obviamente no es lo óptimo que este año no se haya cumplido la regla fiscal en dos de sus tres pilares, hay un problema, necesitamos volver rápidamente; si se confirma esto, en 2025 habrá que ver cómo se vuelve. El incumplimiento no es el fin del mundo, las reglas fiscales tienen previsto cómo, cuando hay desvíos, se vuelve. No hay carnaval electoral, uno mira y el aumento de gasto es el que se votó en la Rendición de Cuentas de 2023, que es un aumento del gasto muy modesto, y no hay un aumento del gasto que pueda ser calificado de carnaval electoral. Sí hay una afectación grande de los ingresos, y el mal resultado fiscal viene más por el lado de los ingresos que del gasto. Eso tiene varias razones, pero una muy notoria es la caída de la inflación, que es un buen aliado para recaudar. La caída de una inflación tan fuerte hizo que en los últimos meses haya tenido un aceleramiento el salario real, una caída del consumo, y tiene algunas implicancias positivas, la mayoría, en las que creemos, por algo se hizo una política inflacionaria que va a terminar con la inflación en el orden del 5%, que es un escalón bien significativo por debajo de donde estaba. También tiene algunas implicancias negativas, como puede ser esta. Hay que trabajar para corregir eso; no es el fin del mundo y la línea económica general, obviamente, es de continuidad.

“Todavía Uruguay tiene un problema de gasto público sesgado a la vejez; ni que hablar si se aprueba el plebiscito del PIT-CNT”

Durante este gobierno aumentó la desigualdad medida por el índice de Gini y aumentó la pobreza infantil entre 2022 y 2023. ¿Es un debe del gobierno? ¿Qué acciones habría que tomar para enfrentar ese problema?

Cuando uno mira los niveles de pobreza y también de pobreza infantil del segundo semestre de 2019 y los compara con el segundo semestre de 2023, las diferencias están dentro del margen de error, con datos del INE. Pero, dicho eso, no son aceptables los niveles de pobreza, y en particular de pobreza infantil, que todavía tenemos. Tenemos una pobreza que hace diez años está entre el 8% y el 10%, y el nivel de pobreza infantil hace diez años está entre el 17% y el 21%. Estructuralmente, hace diez años, uno de cada cinco niños es pobre, y no ha bajado, y obviamente ahí tenemos un problema grande. Yo diría que este gobierno hizo algunas cosas importantes, innovadoras, en particular todo lo que fue la experiencia del Bono Crianza, un énfasis en la primera infancia que no había tenido Uruguay. Todavía Uruguay tiene un problema de gasto público sesgado a la vejez; ni que hablar si se aprueba el plebiscito del PIT-CNT. Hubo un intento de tratar de cambiarlo y este programa plantea cuadruplicar esa apuesta de forma muy fuerte, es la prioridad política y presupuestal número uno para nosotros.

¿De cuánto estamos hablando en dinero?

Estamos hablando de que al final del quinquenio haya un aumento de 200 millones de dólares en el Plan Familia, que es el que está enfocado en este tema.

¿Coincidís con el análisis que hizo Gabriel Oddone en una columna en Búsqueda en el sentido de que en el próximo gobierno las prioridades deberán atenderse mediante la reasignación de gastos?

Creo que sí, que las prioridades tienen que salir de ahí y no del aumento de impuestos.

¿Percibís que, en general, el pensamiento económico de Oddone está alineado con lo que proponen desde el PN?

En muchas de las cosas que ha escrito sí, uno puede encontrar acuerdos generales bien relevantes, bien claros, en la forma de ver el mundo, de valorar el comercio, la apertura [internacional]; sin dudas. Lo que dice el programa del PN no tiene nada que ver en términos económicos con las bases programáticas del FA, pero no me meto en los problemas de nadie...

Lo decís porque se maneja su nombre como posible ministro de Economía del FA.

Evidentemente. De las cosas que uno saca, en tres, cuatro cosas, en la mirada del comercio, las virtudes de la apertura o no al mundo de un país como Uruguay, la visión del tema tributario y la oportunidad de nuevos impuestos... Hay diferencias abismales muy claras entre lo que dice esto [el programa de Delgado] y lo que dice ese documento. Sí con algunas cosas que ha escrito Oddone uno puede estar de acuerdo.

El próximo gobierno va a tener un escenario bien diferente si se aprueba o no la reforma de la seguridad social. ¿Cuánto estiman que comprometería la planificación programática de aprobarse y qué sectores cree que serían los más afectados?

Creo que el plebiscito, como quedó redactado, tiene un cúmulo de defectos que es difícil abordar brevemente, pero lo principal y más obvio es que el peso de la seguridad social, que va a caer sobre la carga de los trabajadores, jóvenes y niños, va a ser absolutamente insoportable. El principal problema que uno debería plantearse es: si ningún país de Europa, mucho más ricos que nosotros, mucho más productivos que nosotros, con estados de bienestar muy desarrollados, ha logrado traer la edad de retiro a los 60, ¿qué polvo mágico descubrimos nosotros que nos permitiría tener el retiro menor, con jubilaciones dignas, de la que pueden tener los países europeos? Pero, además, se suma otro cúmulo de defectos: uno es la confiscación de los ahorros de las AFAP, que viola el derecho de propiedad, pero, además, está cantado para una apertura de juicios millonarios contra el Estado, que el Estado va a perder, y que va a ser un problema reputacional brutal. La tercera es que inmediatamente esto va a tener consecuencias sobre la tasa de interés que paga Uruguay, el riesgo país, el grado inversor; todo lo que son los costos de financiamiento del Estado uruguayo y de las empresas uruguayas va a aumentar. Y después hay una cosa muy injusta socialmente: lo que se propone de la jubilación mínima para todas las prestaciones, como les quedó escrito, no es sólo para quien cobra una jubilación mínima, sino para cualquiera que cobra una prestación que está por debajo del salario mínimo, que puede tener muchas otras cosas…

Esto termina con un paralelismo con lo que hizo Cristina Fernández de Kirchner en Argentina en 2008, es inevitable, es muy parecido. A la larga, eso termina con un aumento de la carga tributaria brutal o financiado con inflación, o la herramienta que va a tener un gobierno absolutamente desfinanciado puede ser dejar de aumentar el salario mínimo, entonces, dejamos expuesto el gran instrumento de protección que tienen los trabajadores, que es el salario mínimo. Es nuestro Brexit: es una amenaza muy clara y muy latente.

¿A la hora de pensar el programa ya se está pensando en un escenario por si se aprueba?

La verdad, todavía no, estamos trabajando sobre la base de que esto no se va a aprobar, porque sería un combo raro de la ciudadanía elegir al PN para un gobierno más y aprobar esta reforma que todo el PN, unánimemente, rechaza. No es imposible, puede ser, porque a veces la gente cruza votos; no es lineal, pero sería un combo raro. Nosotros, si ganamos, confiamos en que va a ser con el sentido común.

“No está en cuestión la negociación colectiva”

Iturralde fue entrevistado en la edición del jueves de Ciclo, el periodístico de la diaria, donde habló de otros aspectos del programa, como la lógica de bajar el costo del Estado a través de la reducción del empleo público. Sobre este punto, aseguró que no se plantea “echar a nadie”, sino una “reducción de la cantidad de funcionarios públicos gradual”, con el objetivo de, al final del quinquenio, tener 15.000 funcionarios menos en el Estado. Todavía no se ha terminado de afinar el procedimiento por el que se llegaría a esa cifra, pero adelantó que no se apuntará a los “funcionarios en la operación, sino en todo lo que es la burocracia y los cargos administrativos”.

Otro de los ejes programáticos del PN es “modernizar las relaciones laborales”. Consultado sobre si se van a mantener las relaciones tripartitas o se va a apostar a los descuelgues o las negociaciones bipartitas, Iturralde aseguró que “no está en cuestión la negociación colectiva, ni la cuestión tripartita ni por rama”, y resaltó que, por ejemplo, “en la pandemia la negociación colectiva demostró más flexibilidad para adaptarse de la que se podría haber esperado por quienes menos creen en ese tipo de instrumentos, por mérito de la central sindical y de la Confederación de Cámaras Empresariales”.

En cambio, aseguró que se pretende modernizar aspectos laborales como la cantidad de horas trabajadas, donde identificó “oportunidades”. “La central sindical plantea la reducción de la jornada laboral, yo creo que puede ser razonable en el marco de una discusión más amplia”, apuntó el economista, y puso como ejemplo que en la normativa “la licencia [vacacional], según la norma, se toma sólo de a diez días”, pese a que “como empleados y empleadores se le hace trampa a eso”.