Pasada la medianoche del domingo, el ganador de las elecciones internas del Partido Nacional (PN) y candidato a la presidencia, Álvaro Delgado, confirmó que su elegida para completar la fórmula es Valeria Ripoll. El anuncio rompió con el hermetismo y el clima de tensión que se vivió durante las horas previas en la sede de Sumar, el sector liderado por la precandidata nacionalista Laura Raffo, una vez que las primeras proyecciones de escrutinio confirmaron que la dirigente había tenido una votación apenas más baja de la que preveían las encuestas: con 94% de los votos escrutados, la cifra era de 19,3%.
Raffo estuvo reunida cerca de tres horas con integrantes de su equipo y distintos dirigentes que se acercaron a la sede, como los senadores Luis Alberto Heber, Carlos Camy y Gloria Rodríguez, el diputado Sebastián Andújar, la directora general de Trabajo y Seguridad Social, Valentina Arlegui, y el expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera, que se sumó en la recta final del encuentro.
Lejos de esa reunión a puertas cerradas, el clima entre los militantes que esperaban en el local fue cambiando. Al principio, cuando se conoció la primera proyección de escrutinio de la Usina de Percepción Ciudadana, el ambiente era de sorpresa y, a la vez, de cierta tranquilidad. “Vamos a llegar al 20%, nos tengo fe”, le comentó un joven a otro. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo y que la reunión se extendía más de lo esperado, aumentaron el nerviosismo y la ansiedad. Algunos escroleaban las pantallas de sus celulares buscando alguna respuesta, otros seguían las transmisiones en vivo en los tres televisores instalados en la sede de Sumar. La mayoría hablaba bajito en pequeños grupos, dibujaba hipótesis, caminaba en círculos.
Finalmente, minutos antes de las 23.00, Raffo salió de la sala y se subió al estrado acompañada por sus compañeros. “Hoy comienza una nueva etapa, una etapa de unión de todo el partido, de cara a octubre y a noviembre”, señaló la dirigente nacionalista en un brevísimo discurso en el que abundaron las generalizaciones y no hubo ninguna referencia a la fórmula presidencial.
“A partir de ahora, todos unidos en un mismo barco para poder asegurar un segundo gobierno de coalición, liderado por el Partido Nacional”, aseguró. “Van a contar siempre con mi apoyo y con el de todo el equipo, porque estamos convencidos de este rumbo que marcó el gobierno de Luis Lacalle Pou”, agregó Raffo, en palabras que ya aventuraban la posibilidad de que se estuviera despidiendo de su candidatura a la vicepresidencia.
Cuando terminó de hablar, hubo aplausos y varios gritos de “Arriba, Laura”. Minutos después, Raffo emprendió la caminata hacia la casa del PN, abrazada de su pareja, rodeada de una comitiva que durante el corto trayecto permaneció en un silencio absoluto.
Mucho más temprano, cuando todavía era posible la chance de convertirse en la segunda mujer candidata a la vicepresidencia por el PN, Raffo tuvo un intercambio con una decena de observadores internacionales de la Fundación Konrad Adenauer, que le preguntaron cómo evaluaba el proceso previo a esta jornada electoral. “Estoy súper contenta, hicimos una campaña basada en propuestas. Con pasión, con la energía de que construimos algo”, respondió ella, sonriente, convencida, mientras abría los brazos como simulando armar algo grande en el aire. Y agregó: “Dimos todo lo que podíamos dar”.