Son mayormente jóvenes, desinteresados en la política y cercanos a los partidos de la coalición, porque votaron a alguno de ellos en 2019 o porque se inclinan a votarlos el 27 de octubre. Algunos analistas los asocian a un perfil socioeconómico bajo, con bajo nivel educativo y poco informado, y comparativamente están más presentes en el interior del país que en Montevideo. Se trata de los llamados “indecisos”, un grupo muy aludido en la campaña electoral y que, pese a la heterogeneidad, las consultoras se han esforzado en caracterizar, por ser un botín de alto interés para los partidos políticos.

La última encuesta de intención de voto de la Usina de Percepción Ciudadana ubicó en 6% la cifra de indecisos –quienes respondieron “no sabe” o “no contesta”–, mientras que en la última medición de Equipos este grupo llegó a 13%. Opción, en tanto, unifica las variables de indecisos con los posibles votos en blanco o anulados, lo cual en el último reporte implicó un total de 13%, y Cifra consignó un 13% de indecisos en su medición de setiembre. Distinto es el caso de Factum, que no distingue la categoría de indecisos en sus presentaciones, si bien en su último informe consignó que los “indefinidos puros” ascienden a 6%.

Para el director de Opinión Pública y Estudios Sociales de Opción, Rafael Porzecanski, 13% “es un guarismo esperable” de indecisos a esta altura del año electoral. Porzecanski explicó que el grupo de “indefinidos” que distingue la consultora incluye también a quienes piensan votar blanco o nulo, o lo que ellos llaman “electores refractarios, es decir, que no encuentran en la oferta sistémica en la política una representación adecuada para sus intereses, sus valores, etcétera”, porque, “generalmente, la declaración de voto blanco o nulo en las encuestas a estas alturas puede ser mayor a lo que es el verdadero voto blanco o nulo luego en las urnas”.

Porzecanski discrimina dentro de ese universo a lo que llama “indecisos puros”, que son los “más difíciles de prever” y que representan a 4% o 5% del electorado. Luego, identifica a los “indecisos cercanos” a un bloque de partidos o a un partido político, que precisamente por ello son “los más fáciles de convencer” en campaña.

Otro grupo dentro del heterogéneo mundo de los indecisos es el de los “electores inseguros”, que Porzecanski describió como un electorado “especialmente relevante en términos de la lucha interpartidaria dentro de la coalición”. “Estos electores tienen una preferencia y la declaran, pero cuando se les pregunta si están seguros o si el voto podría cambiar, nos declaran que podrían cambiarlo, mayormente dentro del bloque, pero hay algunos inseguros que podrían variar de un bloque al otro, y eso tiene implicancias muy fuertes”, profundizó.

Porzecanski resaltó que si se suman los electores indecisos e inseguros se puede hablar de uno de cada cuatro uruguayos, lo que puede ser desequilibrante en el contexto de “una lucha que es pareja entre los bloques [de la coalición y el Frente Amplio]”, en la que “pequeñas variaciones de dos o tres puntos en favor de un bloque o del otro pueden dar lugar a resultados muy diferentes”. El sociólogo puso como ejemplo la posibilidad de alcanzar la mayoría parlamentaria o incluso de ganar en el balotaje.

Eduardo Bottinelli, director de Factum, explicó que a partir de la metodología que utiliza la consultora, que es con la pregunta dirigida –qué partido votaría y la lista de opciones–, “el porcentaje que dice que no sabe o no contesta, o sea que no quiere responder, es del 6%”. Factum también distingue las categorías “voto débil” y “voto fuerte”, a partir de una serie de preguntas que demuestran el nivel de definición del encuestado a la hora de responder.

Es dentro del universo del voto débil que “entra lo que podemos llamar estrictamente indecisión: gente que hoy elige, pero no está completamente decidida”. “Lo que tiene es una inclinación si fueran las elecciones el próximo domingo, pero no es una decisión firme de cara a mantenerla hacia adelante”, explicó Bottinelli.

Caracterización

Según un análisis elaborado por la Usina de Percepción Ciudadana, en términos generales, con respecto a los que declaran que ya definieron su voto, los indecisos son más jóvenes, hay más mujeres, están menos interesados en la política que la mayoría, tienen una imagen más positiva del presidente, Luis Lacalle Pou, y su gestión, y son más propensos a votar por el candidato nacionalista, Álvaro Delgado, en un escenario de balotaje.

Porzecanski coincidió en que, a diferencia de 2019, “en esta elección los indecisos están más cerca, promedialmente, de la coalición, tanto en el voto anterior como en el partido más cercano”, si bien aclaró que “esto no significa que votarían a la coalición necesariamente”. En términos sociodemográficos, el director de Opción señaló que los indecisos “tienen una sobrerrepresentación de la población más joven y, lo que es más importante, tienen una sobrerrepresentación de las personas con bajo conocimiento e involucramiento en la política”.

El sociólogo señaló que “hay un indeciso minoritario que, de pronto, está más en el centro del espectro político”, lo que llamó “el indeciso más ideológico”, que puede “votar tendiendo a la derecha del Frente Amplio o a la izquierda de la coalición”. No obstante, subrayó que “el perfil mayoritario es un elector poco interesado en los temas políticos, poco informado, que va a decidir su voto por lo que llaman atajos cognitivos, es decir, de pronto por cosas básicas”, como la influencia de sus grupos de pares o familia. “No es un elector sesudo, que está dudando porque leyó exhaustivamente los programas de gobierno de los partidos. Es un elector de muy bajo involucramiento e información sobre el tema político. Por lo tanto, de más difícil llegada”, profundizó Porzecanski.

En tanto, Bottinelli indicó que los indecisos están “levemente” más representados en el interior que en Montevideo y entre los jóvenes. “Proporcionalmente, dentro de los jóvenes es mucho mayor que en el resto de las edades, pero, además, cuantitativamente sobre el total del electorado también es más en los jóvenes, siendo que son menos [en el padrón electoral]”, ahondó. En ese sentido, el director de Factum resaltó que es “claro que a medida que aumenta la edad disminuye el porcentaje de debilidad del voto” y viceversa. “La historia de vida de las personas va solidificando su pertenencia partidaria, sus decisiones de voto”, explicó.

Al igual que Porzecanski, Bottinelli apuntó que “mayoritariamente son personas con bajo nivel de interés en la política” y que “no tienen pertenencias partidarias”. A su vez, señaló que esto se asocia al nivel educativo: “A medida que aumenta el nivel educativo, la fortaleza del voto aumenta”. A esto agregó el componente de la clase social, e indicó que, “a medida que descendemos en las clases sociales, aumenta el nivel de debilidad del voto”. “Son tres variables que están asociadas entre sí: la educación, la clase y el interés en la política”, sintetizó.

Otro factor que identificó Bottinelli como importante para caracterizar a los indecisos es “qué votaron antes y qué podrían llegar a votar ahora”. Al respecto, señaló que, “de los que votaron antes, más de la mitad votaron a alguno de los partidos de la coalición”, y apenas “menos de uno de cada siete votaron al Frente Amplio” en 2019. Por tanto, afirmó que “la indefinición de estas personas está mucho más asociada a una indefinición entre partidos dentro del bloque [coalicionista] que a la posibilidad de pasar de un bloque al otro”.

Bottinelli indicó que, dentro del grupo de indecisos, “los que están más lejos de la política, los que no tienen definición y esos que no dudan dentro de un partido de bloque, sino que dudan en general, son una minoría muy pequeña”, que representa a 3% o 4% del electorado, apuntó. “Ese es el núcleo duro más importante desde el punto de vista cualitativo”, porque si bien “es minoritario, puede tener efectos importantes” en lo que respecta a la composición del Parlamento o incluso “llegar a dar una segunda vuelta si la elección es muy reñida”, analizó.

Si bien la cifra de indecisos a esta altura del período es “habitual”, para Bottinelli, lo que ha variado es “el voto dudoso”, lo que atribuyó a que desde 2019 existe la coalición y “esto genera más debilidad en el voto a un partido dentro de la coalición”. Por lo tanto, el sociólogo señaló que “en términos proporcionales” tiene más para ganar la coalición del universo de indecisos, “lo que no quiere decir que el Frente no pueda llegar a captar una parte del electorado que está más hacia el medio de los bloques” o, “incluso, más alejado de la política”.