Un libro que son tres: para abrir, Algo que flota, que fue publicado en 2005 por el extinto sello artefato (dos años y dos libros después, Alejandro Ferreiro pasaría a la escudería Sudamericana, hoy Random House Mondadori). El protagonista de ese relato de apertura, el cura Bastarrica, es el autor del epígrafe que abre el segundo tramo del compilado, llamado Repelús, que podría describirse como una meditación poética entrecortada, conformada por aforismos, frases sueltas e ideas que aparecen en en el entresueño. A Bastarrica, que también orbita en la novela Pavura (Hum, 2013) se le atribuye además uno de los epígrafes de la tercera parte, que le da nombre a todo el libro, y que, con un estilo gráficamente experimental, gira sobre un personaje que pide llamarse “Comadreja” y habita una transfiguración del barrio Sayago.