Es una de las buenas noticias editoriales de fin de año: una reunión de cuentos que ofrece un panorama bastante amplio de la narrativa uruguaya actual, más allá de edades y corrientes. Autores debutantes, emergentes, notables: hay de todo en Género oriental, que apareció el mes pasado editado por Irrupciones, y lleva por subtítulo “Fantasía, terror, noir, ciencia ficción, cosas raras”.

“La idea siempre que armo una antología es la variedad. Puede atentar contra la homogeneidad del libro, pero considero que es una apuesta razonable si se logra dar cierta idea panorámica”, dice el escritor y periodista Gabriel Sosa, responsable del sello.

Entre las cosas que hizo posible esa amplitud está la apertura de la consigna: desde el prólogo, Sosa propone una muestra de narrativa no realista. “Soy lector de géneros de toda la vida, y hace años que tengo la idea de publicar algo así; incluso pensé en delirios como una colección dedicada a géneros y cosas similares (otros colegas lo han logrado). Me di algunos gustos, como publicar una de las primeras novelas de Carlos María Dominguez, que es una distopía, o los dos primeros libros de cuentos de Tarik Carson, que jugaba en el límite. Algunos me quedan en el debe (de momento), como reeditar a Raúl Blengio Brito o a Giselda Zani. Pero por suerte pude sacarme las ganas con Género oriental, descubrir autores nuevos e incluir a muchos reconocidos que admiro. Me hubiera gustado que se incluyera algo más de ciencia ficción pura, pero a medida que iba explorando y aparecían cuentos, en algún momento había que cerrar. No es una antología con estructura previa, se fue armando a medida que aparecían autores con cuentos meritorios”.

La ciencia ficción aparece, por ejemplo, en una mixtura con policial a lo Blade Runner en el cuento “El regreso del capitán Rayo” –de Pablo Dobrinin, uno de los consolidados–, que es también un homenaje cariñoso a la cultura televisiva de los años 70. Lucía Rehermann también la mezcla, pero con humor (“El Gran y Más Enorme Cuento”), igual que Juan Andrés Ferreira, que le agrega sexo y truculencia. Claro, hay otros “géneros” o “subgéneros”: aquello que se llama o llamaba “fantástico” –lo ponen, entre otras, Mercedes Rosende y Melina Regalini, por nombrar a dos autoras en tramos distantes de la carrera literaria–, aventura (Renzo Rosello, breve y poético), relatos inquietantes (aunque discutiblemente no realistas), como los de Andrea Arismendi, Horacio Cavallo y Pedro Peña, terror a lo Edgar A Poe (Henry Trujillo, Rodolfo Santullo).

En el prólogo, con talante polémico, Sosa opina que la crítica no quiere o no sabe cómo tratar a la narrativa no realista. “Es algo histórico, la literatura de género tiene orígenes populares, de escapismo puro. La primera novela pura de la historia, El Quijote, es una parodia, y por tanto una crítica, de un género popular y escapista, el romance de caballería. Ahora la academia es más tolerante, tiene un espacio en el que se analizan los géneros; incluso este año publiqué una novela de Marcelo Damonte, que es él mismo un estudioso del género, presenta ponencias en congresos, se toma el género muy en serio. Pero esos congresos son menores comparados con, no sé, un encuentro internacional sobre la obra de César Vallejo. Sin duda que se han ganado espacios, pero siguen siendo espacios muy menores”, aclara.

En ese texto introductorio, Sosa menciona Aquí, cien años de raros, la compilación que Ángel Rama preparó en 1966, en cuyo prólogo proponía la oposición “raros / realistas” en la literatura uruguaya. “¡Ojalá fuera una relación!”, dice Sosa. “La recopilación de Rama es uno de los grandes hitos rupturistas de la literatura uruguaya, admirable en el acuerdo o en el desacuerdo. Les dio un marco conjunto a un montón de gente extraña que andaba escribiendo por ahí, y definió lo más parecido a un género puramente uruguayo (aunque yo sostengo, sin tener herramientas ni teóricas ni intelectuales para fundamentarlo, que toda esa zona de la literatura uruguaya tiene un extrañísimo enlace casi diría que espiritual con la obra de una pandilla de varios escritores centroeuropeos de fines del XIX y principios del XX, empezando por Kafka y terminando tal vez con Witold Gombrowicz, y que incluyen, entre otros más, a Alfred Kubin, Robert Walser, Alexander Lernet-Holenia, Bruno Schulz o Arthur Schnitzler, al menos dentro de los que he podido leer). Respecto de Rama, en su prólogo muestra claramente cierta incomodidad con los géneros, incluso con el concepto de lo fantástico. Los autores que elige, dice, ‘interpelan a la Naturaleza’. Bueno, Ángel, está bien, si no querés decir que muchos son autores fantásticos, no pasa nada. De hecho su definición de ‘raros’ es un buen cajón donde acomodar a Felisberto, Armonía Somers, gran parte de la obra de Mario Levrero, LS Garini y tantos otros, incluso varios en actividad hoy (y espero que a futuro se incluyan en el canon a algunos de los que aparecen en Género Oriental). Pero del cajón se escapan Raúl Blengio Brito, Griselda Zani, Clotilde Luisi, Horacio Terra Arocena y un puñado de otros (incluyendo muchos de los de Género Oriental). Una tradición entera de la literatura nacional, fragmentada e inconexa, pero muy real”.

Hasta hoy, Irrupciones ha publicado tres compilaciones de autoras uruguayas contemporáneas (la serie 22 mujeres). ¿Se puede convertir en otra línea lo de “género oriental”? ¿Se puede jugar con la acepción literaria de “género” y la social? Contesta Sosa: “No creo, me encantaría poder continuar la serie de “género oriental” (autores siempre hay), pero las recopilaciones de cuentos de mujeres (que empezó como una aislada y terminaron siendo tres, y podrían haber seguido) tenían una función en sí mismas, y luego las dos recopilaciones de cuentos eróticos fueron un derivado de las generales. En el caso de los géneros (literarios), sigue siendo un terreno demasiado poco explorado y demasiado rico como para que atarlo al género (social) no sea nada más que un reduccionismo sin mucho sentido”.

Relatos de Andrea Arismendi, Nina Blau, Horacio Cavallo, Eduardo Cuadrado, Carolina Cynovich, Pablo Dobrinin, Juan Andrés Ferreira, Luis Gómez, Darío Iglesias, Matías Larramendi, Pedro Peña, LF Phipps, Melina Regalini, Lucía Rehermann, Mercedes Rosende, Renzo Rossello, Rodolfo Santullo, Brunella Tedesco, Henry Trujillo, Bolívar Viana y Guzmán Vila.