Ricardo Alcántara nació en Montevideo pero se fue muy joven: a los 17, en cuanto terminó el liceo, viajó solo a San Pablo, donde estudió Psicología, aunque cuando se recibió, decidió dedicarse a la literatura. Con el cuento Guaraçú –escrito en portugués–, ganó sendos premios en San Pablo y en Río de Janeiro, lo que le permitió viajar a Barcelona, donde reside desde 1975. Por entonces, el dictador Franco todavía vivía: “Yo llegué en agosto y él murió en noviembre. A partir de ese momento, surgió, resurgió, se formó una nueva sociedad y yo hice parte de esa nueva sociedad que se estaba formando. Viví eso desde dentro, no como espectador. Por eso me siento parte de esa sociedad que tuvo que hacer un trabajo tremendo para recuperar 40 años perdidos”, le contaba en 2009 a la revista Planetario.

Exitoso escritor de libros para niños –tiene la friolera de 218 títulos publicados–, es, sobre todo, un apasionado de su trabajo. Sostiene que las historias están fuera y hay que ser capaz de verlas, y que el material de sus textos siempre surge de la realidad, en general de situaciones que le molestan y que le gustaría modificar. Aunque su obra no está tan difundida en Uruguay como en España, por ejemplo, en los últimos años algunos de sus libros, entre ellos la serie del entrañable oso Óscar (Óscar tiene frío, Óscar y la mentira, Óscar ya no se enoja, El secreto de Óscar, ilustrados por Emilio Uberuaga), fueron editados acá y permitieron tender puentes entre el autor y su país. Siempre mantuvo el contacto con Uruguay y este año estará en la Feria con su libro El viejo circo alegría (Santillana), que presenta este martes a las 10.00, y con el taller Escogiendo palabras para crear cuentos, que impartirá el jueves a las 18.30.

RP.