El anuncio de que Yolanda Díaz quiere conformar un nuevo movimiento político captó la atención de muchos en España, donde la imagen de la ministra de Trabajo y Economía Social es una de las más populares. El exlíder de Podemos Pablo Iglesias dijo tiempo atrás que Díaz va a llegar a encabezar el gobierno, y el grito de “presidenta, presidenta” se oye en algunos de los actos a los que asiste la dirigente. Ella dice que no quiere ocupar ese lugar, pero reconoce que tampoco quería ser ministra ni vicepresidenta y finalmente lo fue.

Díaz, de 50 años y nacida en Fene, en La Coruña, se afilió al Partido Comunista de España (PCE) y a la coalición Izquierda Unida a los 15 años. Fue candidata a la Junta de Galicia y encabezó la lista al parlamento gallego, donde ocupó una banca. En el PCE milita hasta hoy, y aunque dejó de pertenecer a Izquierda Unida en particular, es integrante de la alianza Unidas Podemos.

Ahora se propone crear una formación política más amplia, que no quede relegada en “una esquinita” situada “a la izquierda del PSOE”, el Partido Socialista Obrero Español del presidente Pedro Sánchez. “Lo que me seduce es pensar un país en grande”, dice.

Un estudio del Instituto DYM publicado por 20 Minutos que midió la popularidad de los dirigentes políticos concluyó que Díaz sólo es superada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular. Y si se toma en cuenta sólo a los votantes de Unidas Podemos la ministra aparece como la dirigente favorita, seguida por Ione Belarra, quien fue electa líder de Podemos cuando Iglesias dejó el cargo de secretario general. La misma encuesta señala que los españoles prefieren que Díaz no se postule con el lema Unidas Podemos.

Camino a Madrid

La popularidad de Díaz creció en poco tiempo y también su carrera política. Después de su carrera política en Galicia, llegó a diputada en el Parlamento español, en 2016. En enero de 2020, fue designada ministra de Trabajo y Economía Social, un cargo que le permitió impulsar un aumento del salario mínimo, supervisar las condiciones laborales del sector rural y tomar medidas para proteger a los trabajadores durante la pandemia con la prohibición de los despidos y los ERTE (Expediente Temporal de Regulación del Empleo), un seguro de desempleo específico para una situación de crisis que facilita a las empresas y los trabajadores acceder a esa prestación aunque no se cumplieran las condiciones habituales.

“Quien se opone a subir el salario mínimo nunca lo ha cobrado y no sabe de lo que habla”, dice Díaz, que como abogada se especializó en asuntos laborales.

Cuando Iglesias dejó su cargo de vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales para presentarse a las elecciones en la Comunidad de Madrid, la ministra de Trabajo fue nombrada también vicepresidenta tercera, en mayo de 2021, y dos meses después, a partir de otros movimientos en el gabinete de Sánchez, pasó a ocupar el cargo de vicepresidenta segunda.

Para después de las fiestas

Díaz anunció que comenzará un proceso de “escucha” y recorrerá España para oír “hablar la sociedad española” después de Navidad, a comienzos de 2022. Lo que la mueve e impulsa ese proyecto es una convicción de que éste debe ser “transversal”, dice, que no debe restringirse a un número de agrupaciones políticas sino incluir a los votantes que coincidan en la necesidad de implementar ciertas políticas. Si bien muchas de las iniciativas que propone son las que siempre defendió la izquierda, Díaz aspira a que aquellos que no se identifican como de izquierda o no comparten ciertas consignas se puedan sumar. Una visión similar de “transversalidad” fue motivo de debate para Podemos años atrás.

Díaz combina una clara definición partidaria –sigue afiliada al PCE– con esa intención de unir bajo consignas amplias a quienes defienden la salud pública, la educación pública, los derechos de los trabajadores. “La sanidad pública no es de derechas ni de izquierdas, sino de la ciudadanía española que paga impuestos”, dijo en una entrevista publicada por El Mundo. En otra entrevista, con Radiocable, la ministra afirmó: “Yo no quiero unir a la izquierda, quiero que la sociedad española sea la protagonista de un proceso en el que quiero que esté todo el mundo”.

La dirigente también tiene claro que hoy ocupa un lugar desde el que puede hacer transformaciones. “La vivienda hoy, junto con el paro, es el principal problema que tiene nuestro país. Esto es por lo que van a valorar al gobierno progresista”, dijo al diario Público. “Nos van a valorar por arreglar los problemas cotidianos de la gente”, agregó, y consideró que “el empleo, la precariedad y la vivienda son el pulmón social por el que se está desvertebrando un modelo que ya no es el de nuestros padres. El gobierno progresista no puede funcionar con las reglas de juego marcadas por el neoliberalismo. Por primera vez una crisis económica no se salda con un ajuste enorme de empleo”.

También pone énfasis en el feminismo, el cuidado del ambiente y la presencia de la sociedad civil.

Planes y expectativas

Varios dirigentes están atentos ante la iniciativa de Díaz. “A la Yolanda Díaz dirigente la miramos con atención”, dijo Teresa Rodríguez, exintegrante de Podemos y actual líder de Adelante Andalucía. “El PSOE debería preocuparse con Yolanda Díaz porque representa una esperanza”, afirmó por su parte Héctor Illueca, dirigente de Unidas Podemos muy cercano a la ministra y vicepresidente segundo del gobierno de Valencia.

Iván Redondo, exasesor de Pedro Sánchez, dijo en una columna en La Vanguardia que “si enfocamos bien el ajedrez político que se avecina deben saber que Yolanda Díaz tiene altas probabilidades de ser la primera mujer presidenta del gobierno de España”. Semanas después, Redondo agregó: “Yolanda Díaz capta un 20% del voto socialista, puede ser presidenta”.

Por su parte, Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, que ha participado en actos con la ministra, afirmó: “España ahora necesita un liderazgo como el de Yolanda Díaz. La voy a forzar a que sea candidata”. Agregó que si se decide, Díaz “no va a estar sola”.

Del mismo modo, en un encuentro de Podemos, Iglesias afirmó: “La dirección de Podemos es la mejor que hemos tenido nunca; estoy convencido de que van a saber acompañar a Yolanda para construir el frente amplio con el que mejorar la vida de la gente de este país”.

“Me da miedo [despertar demasiadas expectativas]”, reconoció Díaz en la entrevista con el diario El Mundo. Consultada sobre lo bien que la valoran otros dirigentes, consideró que “el hecho de ser gallega influye mucho. Si estuvieran aquí Ana Pastor, que es del PP, o Pilar Cancela, del PSOE, se sentirían reflejadas. Somos más prudentes y no nos gusta el ruido en general”.

Sobre su proyecto, Díaz afirmó: “Estamos trabajando con normas del año 85, de los 90, y hemos vivido una gran transformación en el siglo XXI. Lo que quiere la sociedad española es que avancemos más allá de las fronteras ideológicas en temas clave como el cambio del modelo productivo, la economía circular, el cambio climático... Pienso en mis amigas, ingenieras, procuradoras, abogadas, que me escriben para criticarme cuando el gobierno no hace las cosas muy bien: si las convoco para una reunión partidaria es probable que no les seduzca la idea, pero si lo hago para hablar de cómo industrializar España, sí. La buena política es que nos entendamos aunque pensemos distinto”.