El presidente ruso Vladimir Putin culpó directamente a Ucrania por la explosión de parte del puente sobre el estrecho de Kerch, que une Rusia y Crimea, describiendo el ataque perpetrado el sábado como un “acto de terrorismo” llevado a cabo por los “servicios secretos ucranianos”.

“No hay duda. Este es un acto de terrorismo destinado a destruir infraestructura civil de importancia crítica”, dijo el presidente ruso en un video publicado en la noche de este domingo en la cuenta de Telegram del Kremlin. “Esto fue ideado, llevado a cabo y ordenado por los servicios especiales ucranianos”, agregó el mandatario ruso.

El puente sobre el estrecho de Kerch fue inaugurado en 2018 y con sus casi 18 kilómetros de extensión es el más largo de toda Europa. La destrucción de parte de esta infraestructura, que es una ruta de suministro clave para las fuerzas de Moscú en el sur de Ucrania, generó mensajes de alegría por parte de funcionarios ucranianos el sábado, pero ninguno de ellos se responsabilizó por el hecho. El puente también es una arteria importante para el puerto de Sebastopol, donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro, agregó el diario británico The Guardian.

Como era previsible, Moscú respondió a esta acción atribuida a los ucranianos con un bombardeo en la madrugada del domingo sobre instalaciones civiles de la ciudad de Zaporiyia, que causó la muerte de al menos 13 personas y heridas a decenas. Las explosiones dejaron un edificio de apartamentos de gran altura parcialmente derrumbado y volaron las ventanas de los edificios adyacentes.

Las explosiones en Zaporiyia provinieron de seis misiles lanzados en áreas ocupadas por Rusia, informaron fuentes de la fuerza aérea ucraniana. La región de Zaporiyia es una de las cuatro que Rusia reclama como territorio propio luego de los referéndums del mes pasado, pero la capital de la provincia, la ciudad de Zaporiyia, permanece bajo control ucraniano.

Luego de conocido el ataque, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski prometió en un mensaje publicado en su página de Facebook que aquellos que ordenaron y realizaron los ataques “despiadados” en Zaporiyia serán responsables. Zelenski dijo que el ataque fue “malvado” y que todos los involucrados en el incidente “tendrán que rendir cuentas”.

Los avances ucranianos que se constatan desde hace varias semanas, particularmente en el noreste y en el sur del país, generaron mucha inquietud en Rusia, donde además de la movilización de más de 300.000 reservistas forzaron cambios dentro del comando militar de las fuerzas del Kremlin.

Con este contexto, el sábado Putin informó sobre la designación del general Sergei Surovikin como máximo responsable de las tropas rusas que están combatiendo en Ucrania. El nombramiento se produjo tras la destitución de dos altos comandantes militares rusos, quienes fueron responsabilizados por las recientes derrotas.

Surovikin, de 55 años, nacido en la ciudad siberiana de Novosibirsk, participó en la Guerra de Afganistán a fines de los ochenta y posteriormente tuvo una destacada actuación militar en las dos guerras que el ejército ruso libró en Chechenia, en Tayikistán, así como en la Guerra de Siria, donde Rusia jugó un papel muy activo en favor del gobierno que lidera Bashar al-Assad.

De hecho, Surovikin fue acusado de comandar un brutal bombardeo que destruyó gran parte de Alepo, ciudad siria en la que entre 2012 y 2016 se libró una durísima batalla entre las partes en conflicto, que costó la vida de más de 30.000 personas.

La cadena Al Jazeera recordó además que Surovikin, conocido por su crueldad, fue procesado con prisión dos veces. La primera vez fue después que soldados bajo su mando mataran a tres manifestantes en Moscú, durante el intento de golpe de agosto de 1991 que precedió al colapso de la Unión Soviética. Seis meses después fue puesto en libertad sin juicio. Cuatro años más tarde, Surovikin recibió una sentencia –que posteriormente fue anulada– por tráfico ilegal de armas.