El papa emérito Benedicto XVI murió este sábado a los 95 años de edad en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde residía desde su renuncia al pontificado en 2013, confirmó hoy el Vaticano en un comunicado.

El funeral será el jueves 5 de enero en la plaza de San Pedro, según informó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni. Según dijo, Benedicto XVI pidió que su funeral fuera “lo más sencillo posible. Solemne pero sobrio”. La capilla ardiente de Benedicto XVI tendrá lugar desde el lunes 2 hasta el 4 de enero en la basílica de San Pedro del Vaticano.

El seguimiento del estado de salud del papa y teólogo alemán surgió el miércoles 28 de diciembre, cuando su sucesor, el papa Francisco, reconoció que estaba “muy enfermo” y pidió “una oración especial” por él. Un día después se aseguraba que Benedicto XVI había “logrado reposar bien en la noche, estaba absolutamente lúcido y atento” y permanecía “estable” pese a la gravedad.

Benedicto XVI, cuyo nombre era Joseph Ratzinger, asumió el papado el 19 de abril de 2005, con 78 años. Había sido estrecho colaborador del papa Juan Pablo II. Fue histórica su renuncia, que anunció el 11 de febrero de 2013 y se concretó el 28 de febrero, la primera vez en seis siglos, desde tiempos de Gregorio XII. Benedicto prometió mantenerse en silencio tras su renuncia en señal de respeto por su sucesor, aunque en algunas ocasiones ha reaccionado a algunas cuestiones de actualidad que le afectaban de algún modo.

Por ejemplo, en febrero de 2022 pidió perdón por los abusos ocurridos durante sus mandatos en los distintos cargos que ha ostentado, tras la divulgación de un informe sobre abusos sexuales a menores en Alemania en el que se le acusaba de estar al corriente en su época como arzobispo de Múnich (1977-1982) y no haber hecho nada al respecto.