Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumirá la presidencia brasileña por tercera vez el 1º de enero, se reunirá este lunes en Brasilia con el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.

De acuerdo a lo que informó el diario carioca O Globo, en el encuentro, además de tratar temas de interés para ambos países, se espera que Lula y Sullivan definan los detalles de la visita que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) le hará en los próximos días al presidente estadounidense, Joe Biden.

El viaje de Lula a Washington aún no tiene fecha definida, pero podría darse luego de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) declare formalmente ganador de las elecciones al exmandatario, ceremonia que tendrá lugar el 12 de diciembre. Se espera también que luego de esta fecha Lula comience a designar a los ministros que integrarán su gabinete, ya que, si bien se vienen manejando muchos nombres, todavía no hay definición concreta en ninguna cartera.

Respecto a su futuro encuentro con el mandatario estadounidense, el viernes durante una conferencia de prensa que dio en Brasilia, Lula dijo que en la reunión con Biden abordará el tema de la guerra en Ucrania. En la reunión también se abordarán cuestiones de la relación bilateral entre Brasil y Estados Unidos, que variarán sustancialmente luego de la asunción de Lula.

El próximo presidente brasileño dijo que él y Biden tienen “mucho de qué hablar” porque los dos países “sufren una necesidad democrática” después de los gobiernos del republicano Donald Trump y del actual mandatario, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

En un comunicado publicado por la Casa Blanca se informó que durante su visita a Brasil Sullivan discutirá la relación entre los dos países y planteará alternativas para que representantes de ambos países puedan trabajar de manera coordinada en áreas tales como la seguridad alimentaria, la inclusión, la migración, la democracia y el combate al cambio climático.

El texto emitido por Washington puntualiza que esta línea de trabajo se enmarca en el llamado que Biden le hizo a Lula tras ganar las elecciones, en el que el líder demócrata se comprometió a mantener abiertos los canales de comunicación con Lula durante el período de transición.

Estudio médico y la política de alianzas

En la mañana del domingo Lula estuvo en el Hospital Sirio Libanés de San Pablo, donde le realizaron una laringoscopía para saber cómo estaba su garganta luego de la operación a la que había sido sometido hace dos semanas aproximadamente.

Según informó el portal Brasil 247, el boletín difundido por los médicos que hicieron el estudio este domingo dejó claro que el futuro mandatario está bien y el examen dio resultados dentro de los “parámetros normales”.

Tras el estudio, Lula retornó a su casa en el oeste de San Pablo y por la noche tomó un vuelo hacia la capital. Este lunes en Brasilia, además del mencionado encuentro con el alto funcionario de la administración Biden, Lula seguirá teniendo reuniones con su equipo de transición y con otros referentes políticos en busca de terminar de consolidar alianzas que le den firmeza al gobierno del PT. Estos contactos con sectores de centro derecha y algunos directamente de derecha, con la coalición Unión Brasil, están generando críticas desde los sectores situados más a la izquierda del PT y también de otras fuerzas políticas progresistas, que entienden que, en pos de buscar estabilidad, el futuro presidente está cediendo demasiado.

Uno de los interlocutores que tuvo Lula en los últimos días fue el presidente del Partido Social Democrático (PSD), el exalcalde de San Pablo Gilberto Kassab. Este domingo, en una entrevista publicada por medios brasileños, el dirigente del partido centroderechista dijo que Lula va a empezar su gobierno con una buena base parlamentaria y defendió el apoyo del PT a la reelección del actual presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira. “Creo que apoyar a Lira es una decisión correcta, porque él ha demostrado en los últimos años que es perseverante y tiene un perfil pragmático. Lula comenzará su gobierno de una manera diferente a la de Bolsonaro, quien comenzó sin ninguna base hace cuatro años. Con los partidos que estaban en su coalición, más otros sectores como el PSD y el Movimiento Democrático Brasileño, ya podrá comenzar a gobernar con aproximadamente 250 diputados de su lado y llegará a 300 parlamentarios en algunas votaciones que se realizarán”, afirmó Kassab, y agregó: “También discrepo con la idea de que Lula se haya convertido en rehén del centrão. Él está buscando una tranquilidad que el PT no tuvo en el gobierno de Dilma Rousseff”.