Las primarias en las que cada partido elige sus candidatos a congresista, senador y gobernador para las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre son el objetivo electoral más cercano del expresidente estadounidense Donald Trump y sus seguidores, que intentan acaparar las nominaciones del Partido Republicano.

El martes tenían sus expectativas concentradas en el estado de Georgia. Allí Trump tenía la meta personal de derrotar al gobernador Brian Kemp, a quien responsabiliza por su derrota en las presidenciales de 2020.

Después de las elecciones del 3 de noviembre de ese año, cuando Trump declaraba, sin pruebas, que se había cometido fraude a favor de su rival, Joe Biden, puso el foco en el estado de Georgia. Allí Biden había ganado por sólo 12.000 votos, y era la primera vez que ganaban los demócratas en ese estado desde 1993, cuando Bill Clinton le ganó a George Bush padre.

Kemp se negó entonces a convocar a una sesión especial del Congreso del estado para que se anularan los resultados, como reclamaba Trump, que todavía no se lo perdona. Para colmo, Kemp cuenta con el apoyo de otro dirigente republicano que en cierto momento se negó a apoyar las alegaciones de fraude, el exvicepresidente Mike Pence.

Trump llamó a los votantes a responder con su voto a lo ocurrido aquella vez y aportó recursos para financiar la campaña del rival de Kemp, David Perdue. Por todo esto, la derrota de Perdue a manos de Kemp en las primarias republicanas del martes fue leída como una derrota del expresidente, que controla parte del Partido Republicano y que podría postularse a la presidencia en 2024.

Kemp, que quedó habilitado para buscar la reelección en noviembre, aclaró que el malestar de Trump hacia él no es correspondido. “Nunca he dicho nada malo sobre él y no pienso hacerlo. No estoy enojado con él. Creo que él está enojado conmigo”, dijo, según citó The New York Times. “Los conservadores de todo nuestro estado no escucharon el ruido”, declaró Kemp, de acuerdo con CNN. “No se distrajeron. Conocían nuestro historial de lucha y victoria por los georgianos trabajadores”. Pese a estas palabras, Kemp es tan de derecha como Perdue, y la mayor diferencia en sus discursos es que el gobernador se niega a alinearse con el discurso de Trump sobre el fraude electoral.

Otro dirigente que se ha negado a hacerlo es el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, cuyo cargo también es electivo y consiguió la nominación el martes para presentarse a la reelección. A él Trump le había reclamado en 2020, según se hizo público, que “encontrara” los votos a su favor que necesitaba.

Por otra parte, el mismo martes otros candidatos trumpistas lograron triunfos en algunos estados. Una es Marjorie Taylor Green, vinculada con el movimiento QAnon, que consiguió la candidatura republicana para competir por un escaño de congresista por Georgia. A su vez, la exvocera de Trump en la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders, hija del exgobernador Mike Huckabee, ganó las primarias republicanas para competir por el cargo de gobernadora de Arkansas. También consiguió la candidatura Kay Ivey, gobernadora de Alabama que competirá por la reelección. Según señaló la agencia Efe, aunque se trata de una dirigente defensora de las armas y contraria al aborto, competía con otros políticos todavía más conservadores que ella.

Otros triunfos de candidatos de Trump fueron el del exjugador de fútbol americano Herschel Walker, que consiguió la candidatura al Senado por Georgia, y el de Vernon Jones, que se postula para una banca de congresista por ese estado.

El 8 de noviembre se elige la totalidad de la Cámara de Representantes, un tercio de las 100 bancas del Senado y varios cargos estatales y locales. Uno de ellos es el de fiscal general. En Texas se postulaba para ese cargo George P Bush, nieto de George Bush padre, sobrino del también expresidente George W Bush e hijo del exgobernador de Florida Jeb Bush. Pero no consiguió la candidatura. Quien le ganó en segunda vuelta en estas primarias fue un partidario de Trump, el dos veces fiscal general de Texas Ken Paxton, que en su momento impulsó una demanda para anular las elecciones de 2020 y que contaba con el apoyo del empresario.

El martes anterior, el 18 de mayo, otros candidatos respaldados por Trump consiguieron triunfos en las primarias republicanas. En Carolina del Norte, ganó Ted Budd, que competirá por uno de los dos escaños de ese estado en el Senado, mientras que otro seguidor del expresidente, Doug Mastriano, será el candidato republicano a gobernador de Pensilvania. El dirigente es un senador estatal de ultraderecha, contrario al aborto, que defiende las acusaciones de Trump sobre fraude electoral y que se ha mostrado cerca de simpatizantes de QAnon.