Alrededor de las 22.00 de este domingo, la vocera de la presidencia argentina, Gabriela Cerruti, comunicó oficialmente que Silvina Batakis era la persona elegida por el mandatario argentino, Alberto Fernández, para reemplazar a Martín Guzmán, quien el sábado había presentado su renuncia al Ministerio de Economía.

Batakis es una economista de 53 años que, actualmente, se desempeñaba como secretaria de Provincias, una dependencia del Ministerio del Interior, y que fue ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015, cuando Daniel Scioli era el gobernador. Si bien Batakis no pertenece a La Cámpora ni es afín a la vicepresidenta Cristina Fernández, en estos últimos años durante su gestión en el Ministerio del Interior estrechó sus vínculos con el titular de la cartera, Eduardo Wado de Pedro, quien sí es muy cercano a la vicepresidenta, por lo que su nombre parece haber sido consensuado entre el mandatario y la exgobernante.

Esta salida política se conoció luego de que el mandatario estuviera reunido durante muchas horas el domingo en Olivos con varios funcionarios de su confianza, entre los que estaban el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, el canciller Santiago Cafiero y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz. Los movimientos en la residencia presidencial empezaron en la mañana y se prolongaron durante casi toda la jornada. Según informaron medios argentinos, sobre las 20.00, y luego de muchas conversaciones entre representantes de todo el arco de la coalición, el presidente dio el paso esperado y llamó a Cristina Fernández desde su despacho. En ese diálogo, le comunicó a la vicepresidenta el nombre de la funcionaria designada para suceder a Guzmán.

Más allá de su valía técnica, la elección de Batakis es eminentemente política y busca calmar los ánimos en la interna de la coalición gobernante, el Frente de Todos, que desde hace largo rato dejó al descubierto las enormes divisiones que existen entre el sector que apoya al presidente y el que responde a Cristina Fernández. De hecho, el diálogo entre el mandatario y su vice es escaso, lo que no hizo otra cosa que corroer la gestión del Ejecutivo, al que todavía le resta casi un año y medio de gobierno.

Uno de los principales puntos de fricción dentro de la coalición gobernante era justamente la gestión de la economía y Guzmán era blanco frecuente de las críticas desde el kirchnerismo.

Guzmán, quien le había manifestado su decisión de dejar su cargo al presidente algunas horas antes en una conversación telefónica, dio a conocer su renuncia el sábado por la tarde en Twitter, cuando publicó una carta de siete carillas en la que explicaba los motivos de su salida del Ejecutivo. En ese mismo momento, Cristina Fernández estaba hablando en un acto en la localidad de Ensenada, muy cerca de La Plata, en conmemoración de los 48 años de la muerte de Juan Domingo Perón.

El acuerdo de refinanciación de la deuda que el Estado argentino contrajo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) durante el mandato de Mauricio Macri llevó al extremo las tensiones entre el ministro, quien siempre contó con el apoyo irrestricto del presidente y la oposición del kirchnerismo.

A pesar de que los indicadores macroeconómicos mejoraron y que la economía argentina creció durante los dos últimos años, la situación económica y financiera del país es sumamente delicada, por lo que Batakis tendrá una ardua tarea por delante. El dólar paralelo está en cifras nunca antes vistas y la fuerte inflación –la mayor en 30 años–, acompañada de una persistente suba de precios, está afectando directamente a buena parte de la ciudadanía, particularmente a los más pobres.