Los ciudadanos de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia podrán votar en el referéndum para decidir sobre su anexión a Rusia, cuyo ejército tiene bajo control a casi la totalidad de las zonas mencionadas.

Si bien esta votación no tendrá prácticamente reconocimiento alguno a nivel internacional es importante para el gobierno de Vladimir Putin, que pretende asegurarse dichos territorios ya conquistados mediante una vía, a su entender, legal, antes del comienzo del invierno que detendrá los avances de ambas partes.

Pero los últimos no fueron días tranquilos para el presidente ruso ni para la plana mayor del Kremlin, porque el avance de las fuerzas ucranianas en la región de Járkov, fronteriza entre los dos países, provocó que el gobierno ruso decretara la semana pasada la movilización militar parcial de 300.000 hombres. Esta decisión generó una ola de protestas dentro de Rusia, que, según organizaciones independientes que trabajan en el país, llevó a la detención de más de 2.000 manifestantes.

La agencia Reuters, citada por la cadena panárabe Al Jazeera, informó que la noticia de la movilización generó molestias dentro de amplios sectores de la sociedad rusa, incluyendo a medios afines a Putin. Según trascendió, un editor del canal de noticias estatal RT dijo que el envío de documentos de convocatoria a personas que no están capacitadas para ser citadas a combatir estaba “generando bronca entre la gente”.

Paralelamente, este domingo desde la Casa Blanca el asesor de Seguridad Nacional del gobierno de Joe Biden, Jake Sullivan, manifestó que Estados Unidos respondería con decisión a cualquier uso ruso de armas nucleares contra Ucrania: “Si Rusia cruza esta línea, habrá consecuencias catastróficas para Rusia. Estados Unidos responderá con decisión”, dijo Sullivan en una entrevista con la cadena NBC. Sullivan no entró en detalles sobre la naturaleza de la eventual respuesta planeada, pero dijo que funcionarios de alto rango de la Casa Blanca se comunicaron con Moscú y “explicaron exactamente lo que eso significaría”.

Sullivan agregó que los gobiernos de Washington y Moscú están en contacto frecuente, incluso durante los últimos días, para discutir la situación en Ucrania y las acciones y amenazas de Putin.

Los dichos de Sullivan son en respuesta a palabras que dijo el mandatario ruso el miércoles en un discurso emitido por la televisión rusa en el que mencionó el posible uso de “armas del futuro”, advirtiendo a Estados Unidos y a todos los países que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de que Rusia tiene un arsenal nuclear “sin parangón” que le permite contrarrestar cualquier amenaza occidental.