El domingo comenzó a marchar desde el estado de Chiapas, situado en el extremo sur de México, una caravana conformada por cerca de 13.000 migrantes que tienen la intención de doblegar la resistencia de las autoridades migratorias mexicanas para que les otorguen permisos de tránsito y así poder desplazarse libremente por el país con la finalidad de llegar a Estados Unidos.

A fines de octubre había partido desde el mismo lugar otra caravana que tenía la misma finalidad.

Luis Rey García Villagrán, uno de los principales impulsores de la caravana y director del Centro de Dignificación, dijo en una entrevista con el portal mexicano Animal Político que la caminata tiene el objetivo de llamar la atención de autoridades y de la opinión pública para que se atiendan las peticiones de los migrantes.

“Viendo el contingente que somos, para mí no es caravana, para mí es un éxodo de la pobreza, un éxodo de la injusticia, un éxodo de menesterosos y de la gente más pobre, porque esta región se ha convertido en una cárcel migratoria”, denunció.

El activista detalló que el 60% de las personas que participan en la movilización masiva son originarias de Honduras, Cuba y Haití; también hay guatemaltecos, salvadoreños, venezolanos, nicaragüenses, colombianos, dominicanos, ecuatorianos, peruanos y brasileños.

En total hay personas de 24 nacionalidades, porque además de los países mencionados hay ciudadanos de Mauritania, Malí, Bangladesh, Siria, India, China, Congo, Guinea Bissau y de otros países africanos.

Del total, García Villagrán explicó que hay unas 1.300 personas en condiciones de particular vulnerabilidad, entre ellas mujeres embarazadas, adultos mayores, niños, personas con discapacidad y algunas que padecen enfermedades crónicas.

El activista detalló que desde setiembre el Instituto Nacional de Migraciones “cerró las puertas” al otorgamiento de permisos para circular por México a los extranjeros que permanecen en Tapachula, una pequeña localidad del estado de Chiapas, por donde suelen entrar miles de migrantes al país.

“Fue tal vez una orden que les dio Estados Unidos, no sabemos, pero hay un tapón y un nudo humano que está reflejado en este grupo de personas que hoy encabezamos”, explicó García Villagrán.

De acuerdo a lo que informó la agencia de noticias AFP, la caravana comenzó dos días después de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunciara un acuerdo con Washington para realizar una mayor contención del flujo migratorio en México.

El mandatario también informó que el miércoles llegará a la capital mexicana una delegación estadounidense de alto nivel para abordar la “extraordinaria” situación migratoria que se está viviendo en la zona.

López Obrador adelantó que en el encuentro con los enviados de Washington “básicamente” se tratará de tomar medidas para reforzar el freno de migrantes en el sur del país.

El mandatario mexicano reconoció la semana pasada que el flujo de migrantes aumentó, un fenómeno que expone a su par estadounidense, Joe Biden, a fuertes ataques de la oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

En las últimas semanas, la Policía fronteriza estadounidense notificó sobre una cifra de 10.000 cruces por día, un ritmo sustancialmente más intenso que en semanas previas.