En una ceremonia que se realizará este lunes en el Palacio de Queluz, muy cerca de Lisboa, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva le entregará a su compatriota, el músico y escritor Chico Buarque, el Premio Camões, el principal honor literario otorgado a los autores de lengua portuguesa.
Buarque, que en junio cumplirá 79 años, había obtenido el galardón en 2019, pero en aquel momento no pudo recibir el premio porque el entonces mandatario brasileño Jair Bolsonaro se negó a firmar la documentación necesaria, debido a la reconocida militancia izquierdista del artista carioca.
En aquel momento, según recordó la revista Veja, el cantante expresó en sus redes sociales que la negativa de Bolsonaro a permitir que se le otorgara el premio fue como “ganar un segundo Camões”.
Pero más allá de esta instancia, la visita de Lula a Portugal que comenzó el viernes y finalizará el martes estuvo centrada en numerosos acuerdos en varios temas que se firmaron en ambos gobiernos, pero también en la guerra de Ucrania.
En la primera conferencia de prensa que ofreció en Lisboa luego de reunirse con el presidente lusitano, Marcelo Rebelo de Sousa, las preguntas sobre el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia fueron inevitables. Hace poco más de una semana, durante su viaje a China, el presidente brasileño equiparó la responsabilidad de Kiev y Moscú en la guerra, provocando una fuerte reacción en los círculos diplomáticos de Europa y Estados Unidos.
En esa línea, el presidente Rebelo de Sousa dijo que las visiones sobre la guerra de Brasil y Portugal, país que integra la OTAN y la Unión Europea (UE), son distintas. Para los europeos, subrayó el portugués, una negociación sólo es aceptable si los rusos retiran las tropas de las zonas invadidas.
Cuando le tocó hablar sobre el tema, Lula matizó en parte lo dicho por el presidente lusitano y recordó que en la ONU su país votó en línea con la condena de Rusia por violar la integridad territorial ucraniana. De acuerdo a lo que informó Carta Capital, Lula dijo entender tanto la posición de la UE como las razones de Vladimir Putin y volvió a defender la creación de un grupo de líderes con credibilidad para negociar el alto el fuego. “Es mejor para el mundo encontrar una salida en la mesa de negociaciones que en el campo de batalla. No quiero quedar bien con nadie, quiero paz”, agregó Lula.
El sábado, en una entrevista con la cadena pública Radio y Televisión de Portugal, el presidente brasileño profundizó la postura de su país sobre el conflicto armado que comenzó en febrero del año pasado, cuando las fuerzas rusas invadieron territorio ucraniano.
Lula aclaró que “Brasil no tiene una posición ambigua” respecto a la guerra. “No sé quién puede interpretar esto de otra manera. Brasil tiene una posición clara, Brasil condena a Rusia por invadir el espacio territorial de Ucrania. Lo que Brasil no quiere, agregó, “es alinearse con la guerra. Lo que quiere Brasil es aliarse con un grupo de países que trabajan para construir la paz”.
Según consignó la revista Forum, Lula expresó además en la entrevista: “No tengo experiencia en guerras, la última guerra de Brasil fue en Paraguay, hace mucho tiempo. Pero tengo experiencia en muchos conflictos, entre trabajadores y empresarios. Y cada vez que se radicalizan las posiciones, hay que encontrar alguien que establezca un punto de equilibrio entre las conversaciones. Hoy no tenemos ese punto de equilibrio. Putin piensa que seguir disparando a Ucrania es el punto de equilibrio. Europa y Estados Unidos piensan que forzar a Rusia es el punto de equilibrio. Y los datos concretos son que la guerra sigue. La palabra paz ha desaparecido”.
En esta búsqueda de una solución diplomática, el secretario general de la Presidencia, Márcio Macêdo, anunció que Celso Amorim, asesor especial del gobierno en temas internacionales, irá a Kiev en los próximos días, tal como estuvo en Moscú. Pero Lula dijo que él no planea visitar al presidente Volodímir Zelenski. “No he estado en Rusia y no iré a Ucrania”, dijo al respecto.
Este lunes, antes de entregar el premio a Chico Buarque, Lula viajará junto al primer ministro portugués Antonio Costa hacia la localidad costera de Matosinhos, a unos 300 kilómetros de Lisboa, ubicada muy cerca de Oporto, la segunda ciudad más importante del país, donde ambos mandatarios participarán en un foro que reunirá a 150 empresarios de ambos países.
Lula y Costa retornarán juntos a la capital a bordo de un avión militar KC390, fabricado por la empresa brasileña Embraer, a la que Portugal compró recientemente cinco naves. El miércoles, Lula viajará hacia Madrid, donde se reunirá con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.