El Estadio General Seyni Kountché, situado en la ciudad de Niamey, la capital de Níger, el más grande del país, albergó este domingo a más de 30.000 personas que asistieron a apoyar a los integrantes del Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria, el órgano integrado por el grupo de militares de alto rango que el 26 de julio derrocó al presidente del país, Mohamed Bazoum, quien desde entonces permanece cautivo en su residencia.
El golpe de Estado en Níger –el sexto que hay desde 2020 en la región subsahariana del Sahel, una extensa franja de más de 5.000 kilómetros de extensión que va desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo– generó de inmediato repercusiones en los países vecinos y también es seguido de cerca por las potencias occidentales, empezando por Francia, que colonizó el actual territorio nigerino hasta su independencia, en 1960. El fin de semana pasado, en una cumbre que se realizó en la ciudad de Abuja, en Nigeria, los países integrantes de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) dieron un ultimátum a los golpistas y enfatizaron que no descartan el uso de la fuerza si no liberan y devuelven el poder en una semana al presidente depuesto.
El plazo venció este domingo y los golpistas no cedieron.
También el sábado se había referido al ultimátum de la Cedeao la ministra de Asuntos Exteriores francesa, Catherine Colonna, que en una entrevista con el portal France24 dijo que “los golpistas tienen hasta mañana [por el domingo] para renunciar”. La jerarca del gobierno que lidera Emmanuel Macron remarcó: “Los Jefes de Estado Mayor de la región se han reunido y han hecho preparativos. Así que ha llegado el momento de que los golpistas abandonen su aventura”.
Níger, uno de los países más pobres del mundo, quedó desde la consumación del golpe bajo control de una junta militar encabezada por Abdourahamane Tiani, que derrocó al gobierno de Bazoum. Los golpistas advirtieron que responderían de forma inmediata a cualquier “agresión o intento de agresión contra el Estado de Níger” de la Cedeao, y aclararon que la amenaza no estaba dirigida a los “países amigos” suspendidos de la comunidad africana, en referencia a Burkina Faso y Mali, dos de los países, también excolonias francesas, en los que hubo golpes de Estado recientemente. De hecho, representantes de los gobiernos de estos dos estados manifestaron estar en contra de cualquier intervención militar en Níger, y advirtieron que, si esto pasara, lo considerarían como una declaración de guerra contra ellos.
Poseedor de enormes reservas de uranio y también de yacimientos de petróleo y oro, Níger vive una situación muy turbulenta hace varios años, con enfrentamientos constantes de las fuerzas armadas con grupos yihadistas que operan en algunas zonas del país, como las facciones locales de Al Qaeda y Estado Islámico. Las potencias occidentales apuntaron a Rusia como patrocinador de este quiebre institucional, argumentando que intentan minimizar la influencia francesa e imponer la suya, teoría que se vio alimentada por las numerosas banderas rusas que se vieron recientemente en manifestaciones a favor del golpe en Níger, incluso el domingo en el Estadio Kountché.
Hace pocos días, durante un contacto con medios de prensa, el portavoz de la presidencia rusa Dmitri Peskov expresó que “difícilmente la intervención de fuerzas no regionales podría mejorar la situación”. El funcionario del Kremlin se refirió así a un llamamiento planteado por el depuesto presidente Bazoum a Estados Unidos y otros países para que le ayuden a restaurar el orden constitucional en Níger.
En una columna publicada la semana pasada en el periódico The Washington Post, desde su domicilio en Niamey, Bazoum dijo que “toda la región central del Sahel podría caer bajo la influencia rusa a través del grupo Wagner, cuyo terrorismo brutal se ha visto claramente en Ucrania”.
Actualmente, de acuerdo a lo que recordó Efe, Estados Unidos tiene en Níger unos 1.100 soldados dedicados a tareas antiterroristas, de vigilancia y de inteligencia, en cooperación con las fuerzas nigerinas, pero por el momento no dieron ninguna señal de que vaya a replegar a esos militares del país. También Francia tiene cerca de 2.000 militares en Níger, además de material militar como aviones y drones.