Este lunes el presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, presentará a los integrantes del gabinete ministerial que integrarán su gobierno, que comenzará oficialmente con el acto de asunción que se celebrará el domingo 14 de enero.

Vencedor en la segunda vuelta electoral celebrada en agosto, desde que fue electo Arévalo viene afrontando directos ataques desestabilizadores por parte de la Fiscalía, el último de ellos de hace menos de un mes, cuando el Ministerio Público declaró inválidas las elecciones, decisión que fue revocada posteriormente por otros tribunales de mayor jerarquía.

Los embates de la Fiscalía, comandada por María Consuelo Porras, comenzaron incluso antes de que Arévalo ganara los comicios, denunciando irregularidades en la primera vuelta, prosiguiendo luego incluso con acusaciones penales contra Arévalo, un hecho que generó que durante más de tres meses pueblos indígenas y otras organizaciones sociales se manifestaran en las calles respaldando al político socialdemócrata de 65 años, fundador del Movimiento Semilla.

La permanencia de Porras al frente de la Fiscalía es un tema que Arévalo piensa encarar en los primeros días de su gestión, de acuerdo a lo que informó el diario guatemalteco Prensa Libre.

El próximo mandatario del país centroamericano fue muy concreto y dijo que espera que la jerarca renuncie a su cargo inmediatamente después que él asuma la presidencia.

“Yo espero que Consuelo Porras renuncie el día que yo tome posesión y se lo voy a reiterar”, expresó la semana pasada Arévalo, al ser cuestionado sobre cómo visualizaba el escenario de gobernar con la fiscal general aún al mando del Ministerio Público.

Arévalo dijo además que la Corte de Constitucionalidad (CC) fue clara en su resolución que dicta que se debe garantizar la toma de posesión de todas las personas que fueron electas en los comicios del año pasado. “La CC fue clara y ya llegado el 14 de enero empezaremos a tomar medidas, vamos a reunirnos con la fiscal general para pedirle la renuncia”, aseguró Arévalo, que dijo también que quienes intentan un “golpe de Estado” “están desesperados”.

Lo concreto es que Arévalo y su vicepresidenta, Karin Herrera, tienen una enorme tarea por delante, porque a las dificultades que ya tienen se le sumará el hecho de no tener mayoría en el Parlamento, lo cual los obligará a tejer una red de apoyos con otras fuerzas políticas para poder sacar adelante sus iniciativas.

Guatemala, que con 17,1 millones de habitantes es el país más poblado de América Central, también es el más pobre de todo el continente -únicamente superado en este aspecto por Haití-, y reducir este problema será una de las tareas primordiales del gobierno que viene.

Según datos oficiales, algo más del 60% del total de los guatemaltecos son pobres y, de acuerdo con Unicef, casi el 50% de los niños del país sufren desnutrición crónica.

En este contexto dramático, durante la campaña Arévalo remarcó la importancia de “rescatar las instituciones” de la corrupción como paso inicial para comenzar a salir de la actual situación.

Sólido apoyo de la comunidad internacional

Así como Arévalo tiene las contras mencionadas anteriormente, su gestión también comenzará siendo seguida muy de cerca por varios actores internacionales relevantes, que ya manifestaron de manera contundente y en más de una ocasión su apoyo total al nuevo gobierno electo democráticamente por los guatemaltecos.

La Unión Europea y toda la comunidad de países latinoamericanos respaldan a Arévalo, e incluso la propia Organización de Estados Americanos (OEA), omisa o directamente intervencionista en otros casos, en este adoptó un rol legalista, respaldando el proceso electoral que lo llevó al gobierno.

Por supuesto que el más importante de los apoyos hacia el próximo gobierno proviene de Estados Unidos.

No es por cierto una novedad la intromisión de Washington en las cuestiones internas de Guatemala. Pero en este caso, la administración que lidera Joe Biden tiene particular interés en promover al gobierno de Arévalo, aunque no por filantropía, ni con el ánimo de reparar las numerosas crueldades perpetradas bajo patrocinio estadounidense en este país durante buena parte de su historia moderna.

Según argumentó el analista Ollantay Itzamná en una entrevista publicada por el medio digital El Destape, Estados Unidos maneja la posibilidad de instalar en Guatemala un “corredor” para que sus mercaderías puedan pasar entre los océanos Atlántico y Pacífico, algo que considera fundamental para contener el avance de los países nucleados en el mecanismo de los Brics: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

“La preponderancia norteamericana en el Canal de Panamá está decreciendo. Nicaragua ya firmó con China para construir y controlar el canal que unirá y permitirá el flujo de carga entre el Atlántico y el Pacífico. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, ya inauguró el ferrocarril que une ambos océanos y es una empresa pública. Estados Unidos está cada vez más limitado para mover su cargamento de costa a costa. El único territorio, geopolíticamente con posibilidades fácticas es Guatemala (desde Puerto Barrios, en el Atlántico, al Puerto San José, en el Pacífico)”, aseguró Itzamná en su análisis.

Ante los problemas internos que tendrá que manejar, Arévalo se viene moviendo inteligentemente desde hace meses sumando a los apoyos externos que ya tiene, el de otros gobiernos centroamericanos, realizando una serie de visitas previas a su asunción para ir moldeando un escudo regional.

En ese contexto, luego de estar en Belice, Panamá, Costa Rica y República Dominicana, Arévalo estuvo la semana pasada en Tegucigalpa, la capital de Honduras, donde mantuvo un encuentro con la mandataria Xiomara Castro, en buena medida afín ideológicamente con su futuro par guatemalteco.

“Tuve el honor de reunirme con la presidenta Xiomara Castro en Honduras. Nuestros pueblos hermanos están unidos mediante nuestra historia y nuestra cultura, y nuestras relaciones serán más sólidas que nunca”, escribió Arévalo tras la reunión en su cuenta de X.

Por otra parte, en un acto celebrado el sábado, el actual presidente Alejandro Giammattei retó a Arévalo durante una actividad de apoyo a grupos de adultos mayores y expresó de forma pública que espera acciones del próximo gobierno a favor de la población más vulnerable como “nosotros hicimos”, declaraciones recogidas por el diario local La Hora.

La gestión de Giammattei ha sido cuestionada y rechazada de manera abrumadora por la población guatemalteca por medio de masivas manifestaciones que exigieron su renuncia.

Además, organizaciones internacionales sostienen que tiene una popularidad extremadamente baja y es considerado por la ciudadanía como el peor mandatario de toda la región centroamericana.