Este domingo, el presidente estadounidense, Joe Biden, tomó una decisión drástica respecto a la política de su país en la guerra entre Ucrania y Rusia al dar la autorización para que Kiev utilice misiles de largo alcance fabricados en Estados Unidos para atacar territorio ruso.
Si bien hasta entrada la tarde la Casa Blanca no se había pronunciado oficialmente sobre el hecho, fuentes del gobierno le manifestaron al diario The New York Times que la decisión estaba tomada.
La determinación de Washington podría darle cimientos a la posición negociadora de Ucrania, que claramente está perdiendo la guerra, aunque también la decisión de Biden podría dar lugar a una escalada, debido a que desde el Kremlin en numerosas ocasiones se habló sobre las consecuencias que podría tener la flexibilización de los límites del uso de armas estadounidenses.
El paso dado por Washington se dio apenas horas después de que en la noche del sábado y en las primeras horas del domingo Rusia lanzara un ataque masivo con más de 200 misiles y drones contra la red energética de Ucrania y matara a siete personas en el que fue su mayor ataque en meses, lo que obligó al gobierno de Kiev a anunciar un racionamiento eléctrico a nivel nacional a partir del lunes.
Ukrenergo, el principal proveedor de energía de Ucrania, dijo que habrá apagones y restricciones de consumo “en todas las regiones” mientras los ingenieros intentan reparar la mayor cantidad posible de daños a las instalaciones eléctricas, de acuerdo a lo que informó el diario británico The Guardian.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que se habían disparado unos 120 misiles y 90 drones contra Ucrania en un ataque a nivel nacional que describió como obra de “terroristas rusos”.
Fue el mayor ataque con misiles y aviones no tripulados contra Ucrania desde agosto y el primer gran ataque ruso desde las elecciones estadounidenses ganadas por el líder republicano Donald Trump.
Este triunfo del magnate neoyorquino trajo fundados temores a Kiev y a sus aliados europeos, porque Trump ha criticado en varias ocasiones la cuantiosa ayuda concedida por su país a Ucrania y afirmó poder resolver el conflicto en “24 horas”, aunque sin decir cómo.
Fue en este contexto que el sábado en una entrevista con una radio ucraniana consignada por AFP Zelenski dijo que quiere que la guerra se termine en 2025 por “vías diplomáticas”, aunque agregó que su homólogo ruso, Vladimir Putin, no busca la paz.
Zelenski también citó una situación “realmente complicada” en el frente este, donde el ejército ruso avanza rápidamente contra las tropas de Kiev, menos numerosas y con menos armamento.
“Por nuestra parte, tenemos que hacer todo lo posible para que esta guerra termine el año que viene. Tenemos que poner fin a esto por medios diplomáticos”, dijo Zelenski en la entrevista.
Interrogado sobre las condiciones necesarias para el inicio de las negociaciones, Zelenski afirmó que sólo será posible si “Ucrania no está sola con Rusia”.
“Si sólo hablamos con Putin, sólo con un asesino, y nos encontramos en las condiciones actuales, sin el refuerzo de varios elementos importantes, creo que Ucrania empieza perdiendo en las negociaciones”, afirmó el líder del Ejecutivo de Kiev.