Cada año, desde 2010, la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) convoca a dirigentes y militantes de extrema derecha en las afueras de la ciudad de Washington, en su sede de National Harbor. Entre sus participantes figuran integrantes de la familia Bolsonaro, representantes de los gobiernos y partidos más conservadores de Europa, asesores y activistas de la nueva derecha estadounidense, como Steve Bannon, y los exponentes más radicales del Partido Republicano. También asisten representantes de distintos lobbies, como el del petróleo.

“Dios, ayúdanos a unificar este increíble movimiento que se ha expandido por el mundo”, pidió el presidente de la CPAC, Matt Schapp, al abrir el encuentro de este año. “Vamos a proteger nuestros valores, nuestra libertad y nuestros derechos divinos”, proclamó, según una crónica de la agencia Efe. “Tenemos que acabar con los comunistas, con la ONU, con la Organización Mundial de la Salud”, dijo.

En año electoral para Estados Unidos, está previsto que la conferencia cierre hoy con un discurso del expresidente y candidato a la reelección Donald Trump, que también ha sido el principal orador en las últimas ediciones de este encuentro. Mientras se espera su participación, la cumbre, que comenzó el miércoles, ha estado marcada por la presencia de la extrema derecha latinoamericana.

Está previsto que hoy participe en la CPAC el presidente argentino, Javier Milei, cuyo gobierno ya está representado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. También asistió el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, y el público ovacionó al recién reelecto presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

Mercedes Schapp, una de las dirigentes de la CPAC y exfuncionaria de la Casa Blanca, dijo a la prensa que la invitación a dirigentes de América Latina busca fortalecer los vínculos con la región. Además, en año electoral, los republicanos buscan captar a votantes de origen latinoamericano.

Esto no evitó que muchos de los discursos estuvieran marcados por el rechazo a la inmigración ilegal, que varios oradores identificaron como uno de los peligros compartidos por numerosos países. Otras amenazas identificadas por los exponentes de la cumbre son las organizaciones sociales y los diferentes ámbitos de la ONU.

“Sin fronteras no se puede tener un país”, dijo el británico Nigel Farage, impulsor del Brexit. Otro de los asistentes, Tom Homan, exdirector del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, manifestó en la conferencia: “A mí me han llamado xenófobo y racista y, honestamente, ya me importa una mierda”.

Lecciones de Bukele

Uno de los discursos más esperados y festejados fue el de Bukele. El presidente salvadoreño dijo que su país debió pelear una “segunda guerra civil”, esta vez contra las maras, que controlaban la sociedad y la política.

“Ustedes están a tiempo” de tomar medidas antes de llegar a ese punto, les dijo a los estadounidenses. Por el contrario, El Salvador actuó cuando ya la situación era crítica, afirmó. “Teníamos que limpiar nuestra sociedad de las pandillas, arrestar a los terroristas, remover a los jueces corruptos, los abogados corruptos, los fiscales corruptos”, dijo, y recibió una ola de aplausos. Su discurso coincidió con las acusaciones que hace Trump contra los jueces que lo investigan.

Bukele, que tiempo atrás aprovechó su mayoría parlamentaria para designar en el máximo tribunal de su país a magistrados favorables a su gobierno, dijo que los jueces y abogados “corruptos” dejaban salir a los “terroristas” a las calles, y que este “sistema corrupto” estaba “involucrado con la comunidad internacional, las organizaciones civiles”.

El presidente celebró haber ganado las elecciones con más de 84% de los votos y, pese a que la oposición denuncia que desconoció la Constitución, que le prohibía ser reelecto, y de aprovecharse electoralmente del Estado, afirmó: “En El Salvador no perseguimos a nuestros oponentes políticos”.

Sobre su política de seguridad pública, Bukele dijo que la Policía tenía miedo de cumplir con sus funciones y sufrir consecuencias, y que esto cambió con su gobierno. “Si la Policía fue creada para traer ley y orden, déjenla traer ley y orden”, dijo, y celebró que los salvadoreños ahora “despertaron”.

El momento de Bullrich

Sobre seguridad también habló la ministra argentina Patricia Bullrich mientras Milei seguía en Buenos Aires, donde recibió el jueves a la número dos del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, y se reunió ayer con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

Según informó la agencia Télam, Bullrich habló sobre “la necesidad de ver a América Latina como un socio en la seguridad global” y contribuir “coordinadamente con los esfuerzos del mundo libre y democrático”. Dijo que de esa manera se puede avanzar en “el camino de cambios iniciados para desbaratar las organizaciones criminales”. Mencionó al Primer Comando Capital, Hezbolá y Hamas, y también aludió a “Irán, que enfrenta a Israel y a las democracias con sus organizaciones criminales y desestabilizadoras”.

Hubo otras menciones a Israel, a cuyo gobierno le manifestaron apoyo varios de los participantes de la CPAC. La ultraderecha israelí estuvo representada por el legislador Simcha Rothman, del Partido Sionista Religioso, que integra la coalición liderada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, y que en un panel sobre lucha contra el antisemitismo habló en contra de la creación de un Estado palestino.

Durante su discurso, Bullrich recibió aplausos cuando dijo que Argentina debe fortalecer sus fronteras porque “luego del acuerdo de Bolivia con Irán” tienen “a Hezbollah y a la teocracia iraní en la frontera”, según informó la presidencia argentina.

Después, en un breve encuentro con Bukele, Bullrich le manifestó al presidente salvadoreño: “Queremos seguir el modelo que ustedes están llevando adelante”. Dijo que las políticas del gobierno salvadoreño son “una experiencia donde se cuida a la gente y el delincuente no es bienvenido”, y agregó: “¡Hacia allí vamos!”.

La ministra también abogó ante periodistas por un endurecimiento en la política de Estados Unidos frente a Venezuela. Según informó Efe, Bullrich manifestó que se opone a flexibilizar las sanciones económicas a cambio de negociaciones con la oposición, y afirmó: “El continente tiene que tener valores democráticos [...], no se puede apoyar a dictaduras, no se puede cambiar dictadura por petróleo”.

“Tenemos a [Nicolás] Maduro en Venezuela, a [Daniel] Ortega en Nicaragua [...] necesitamos todo el apoyo para que Argentina sea una luz del cambio”, concluyó Bullrich.

Hoy, antes de que Trump cierre la conferencia, están previstos otros discursos, entre ellos el de Bannon y el de Milei, que se centrará en su política de recortes y desregulaciones. Según informó el diario Perfil, la CPAC comunicó que el presidente argentino hablará de “la lucha contra el socialismo y la corrupción” en su país, y transmitirá un mensaje a la comunidad latinoamericana de Estados Unidos.