Este lunes, uno de los líderes de la oposición israelí, Benny Gantz, se reunirá con la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, en un encuentro que tiene una significación particular, porque Gantz viajó sin la autorización del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
Desde que comenzó la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza, el 7 de octubre, Gantz, un excomandante en jefe del Ejército que lidera el partido centrista Unión Nacional, se integró al gabinete de guerra que lidera Netanyahu, pero de inmediato marcó un perfil muy distinto al del mandatario.
En el actual contexto, en el que las posiciones del presidente estadounidense Joe Biden y las de Netanyahu son muy distantes respecto a los pasos que hay que dar en Gaza, Gantz pretende hacer valer su peso político, ya que su posición es bastante más razonable que la de Netanyahu, quien por todos los medios está entorpeciendo las negociaciones que lleven a una tregua en busca de su supervivencia política.
Este domingo, horas antes de reunirse con Gantz, la vicepresidenta estadounidense pidió que se acepte la propuesta de un alto el fuego de seis semanas en la guerra en el enclave palestino.
“Dada la inmensa escala de sufrimiento en Gaza, debe haber un alto el fuego inmediato durante, al menos, las próximas seis semanas, que es lo que está actualmente sobre la mesa”, dijo Harris durante un discurso conmemorativo de una marcha por los derechos civiles en la localidad de Selma, en el estado de Alabama.
El sábado, un alto funcionario estadounidense había declarado que Israel había aceptado en líneas generales el acuerdo, que supondría un cese de las hostilidades por seis semanas si Hamas acepta liberar a los rehenes más vulnerables que tiene en su poder, de acuerdo a lo que informó AFP.
“Esto sacará a los rehenes y permitirá la entrada de una cantidad significativa de ayuda”, declaró Harris sobre el tema, e instó a Hamas a aceptar el acuerdo.
“Hamas asegura que quiere un alto el fuego. Bueno, hay un acuerdo sobre la mesa. Y, como hemos dicho, Hamas tiene que aceptar ese acuerdo”, agregó Harris.
La vicepresidenta también exigió al gobierno israelí del primer ministro Netanyahu que tome medidas para aumentar la ayuda a Gaza. “El gobierno israelí debe hacer más para aumentar significativamente el flujo de ayuda. No hay excusas”, expresó Harris.
Al tiempo que se trabaja para llegar a una negociación exitosa, en Gaza los combates continúan y en las últimas horas se registraron enfrentamientos muy duros en la ciudad de Jan Yunis, en el sur del territorio gazatí.
En esa zona, de acuerdo a lo que informaron fuentes militares israelíes, Hamas aún tiene varios de sus escuadrones operativos y la victoria todavía no está consolidada.
Mientras la guerra sigue, los datos sobre la situación humanitaria en Gaza son elocuentes.
Este domingo, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) confirmó que al menos diez niños murieron en los últimos días a causa de la deshidratación y la desnutrición en Gaza, donde casi el 16% de los menores de dos años sufre desnutrición aguda.
“Las muertes infantiles que temíamos están aquí, ya que la desnutrición hace estragos en la Franja de Gaza”, confirmó la directora regional de Unicef para Oriente Próximo y el Norte de África, Adele Khodr, quien detalló que los diez niños murieron en el hospital Kamal Adwan, en el norte del enclave palestino.
Según informó la agencia Efe, la funcionaria de la Unicef además lamentó que “es probable que haya más niños luchando por su vida en alguno de los pocos hospitales que quedan en Gaza”, mientras que otros tantos no pueden recibir ningún tipo de atención debido a la destrucción de la infraestructura sanitaria en el territorio palestino.
Khodr precisó que estas muertes son “predecibles y totalmente evitables”, a la vez que recordó que la escasez generalizada de alimentos nutritivos, agua potable y servicios médicos está afectando a niños y madres, dificultando su capacidad para amamantar a sus bebés, especialmente en el norte de la Franja.
“La gente está hambrienta, agotada y traumatizada. Muchos se aferran a la vida”, dijo Khodr, quien puntualizó que en la ciudad de Rafah, en el extremo sur de la Franja y donde se agolpan casi un millón y medio de desplazados, el 5% de los niños menores de dos años están “gravemente desnutridos”.
Para paliar la situación, la representante de Unicef pidió que las agencias de ayuda humanitaria puedan acceder al enclave palestino a través de “múltiples puntos de entrada fiables”, debido a que actualmente varios países tuvieron que recurrir a lanzar asistencia desde el aire por los obstáculos que pone Israel para el ingreso de ayuda por vía terrestre.