Este fin de semana se llevó a cabo en la ciudad de Kingstown, capital de las islas San Vicente y las Granadinas, una nueva cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Esta nueva edición del foro regional se centró en los conflictos internos de los países de la región y en la no injerencia de países externos en dichos conflictos.

En este contexto, el encuentro sirvió para que Venezuela y Guyana rebajaran las tensiones que vienen teniendo respecto a la soberanía sobre la región del Esequibo.

De acuerdo a lo que informó el portal France24, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, y su par guyanés, Irfaan Ali, se mostraron juntos hablando de manera cordial, dejando clara su intención de resolver el conflicto de manera pacífica, apelando al diálogo, más allá de las diferencias que hay entre los gobiernos sobre el territorio del Esequibo, muy rico en recursos naturales, que ocupa dos tercios del total de la superficie de Guyana.

Para simbolizar el acercamiento entre las partes, los presidentes intercambiaron regalos: Ali le obsequió a Maduro una botella de ron guyanés –de enorme prestigio internacional– y también una medalla, y el venezolano respondió el gesto entregándole una enorme canasta con diversos productos de su país.

Otro de los temas de conversación en la cumbre regional fue la resolución de conflictos en el seno de los países miembros y entre estos.

Para algunos jefes de Estado, como el caso de la presidenta hondureña, Xiomara Castro, las “potencias extranjeras” no deben involucrarse en los procesos de paz de cualquiera de los 33 Estados que integran la Celac, para lo que argumentó que estos deben resolverse internamente.

Como era inevitable, durante el evento se abordó la situación de Haití, el país más pobre de América, que está sumido en una enorme crisis a todo nivel, intensificada desde el asesinato del primer ministro Jovenel Möise, perpetrado en extrañas circunstancias en julio de 2021.

Este domingo, día en el que se cerró la cumbre, se emitió una declaración en la que los países de la Celac instaron a abordar “con urgencia” y mediante “un diálogo amplio” el creciente deterioro de la seguridad pública y la situación humanitaria en Haití.

“La crisis actual exige una solución liderada por Haití que abarque un diálogo amplio entre la sociedad civil y los actores políticos”, manifiesta la declaración de Kingstown, consignada por la cadena venezolana Telesur.

Además, el documento dejó claro que los países y las organizaciones de la región reconocen su papel “en apoyar el diálogo político entre el gobierno y los diferentes partidos políticos e instituciones de la sociedad haitiana con el objetivo de trazar una hoja de ruta que permita superar la crisis actual”.

Paralelamente, los miembros de la Celac hicieron un llamado a “la implementación pronta y efectiva” de la resolución 2.699 de 2023 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.

En particular, los mandatarios de los países que integran el mecanismo regional destacaron la necesidad de establecer las condiciones de seguridad necesarias como medio para celebrar cuanto antes “elecciones libres y justas” en Haití.