Después de ser reelecto con más del 85% de los votos en las elecciones realizadas a comienzos de febrero, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, asumió este sábado su segundo mandato, que lo mantendrá al frente del gobierno de su país hasta 2029.

La ceremonia se realizó en el Palacio Nacional de San Salvador, la capital del país centroamericano, situado en el centro de la ciudad, frente a la plaza Capitán General Gerardo Barrios, en la que se congregaron miles de simpatizantes del mandatario, de 42 años, líder del partido Nuevas Ideas.

Acompañado por su esposa Gabriela y sus pequeñas hijas, Laylah y Aminah, Bukele salió a saludar desde el balcón del edificio presidencial, en un acto que contó con la presencia de numerosos invitados extranjeros, entre quienes estaban, entre otros, el rey de España, Felipe VI, y los presidentes de Argentina, Paraguay, Ecuador, Honduras y Costa Rica, Javier Milei, Santiago Peña, Daniel Noboa, Xiomara Castro y Rodrigo Chávez, respectivamente.

En su discurso, Bukele remarcó el éxito de su primer período de gobierno, que estuvo signado por el combate a las maras, en medio de un régimen de excepción que viene siendo renovado por el Parlamento de manera continua desde que se impuso por primera vez, en marzo de 2022.

El presidente salvadoreño insistió en que su gobierno logró reducir los homicidios en un 97%, volviendo a su país en “el más seguro del hemisferio”.

“En cinco años le dimos vuelta a una situación que llevaba más de medio siglo sin resolverse, con más de 70.000 terroristas que controlaban el país y que dejaron más muertos que el conflicto armado”, expresó Bukele, que agregó: “Sin el éxito de esta guerra contra las pandillas, muchos de los que nos ven por televisión y por redes sociales ya estarían muertos”.

De acuerdo a lo que informó el diario local La Prensa Gráfica, en su discurso Bukele declaró que la tarea primordial de su segundo gobierno será atender la economía del país. “Ahora que arreglamos lo más urgente, que era la seguridad, vamos a enfocarnos de lleno en los problemas importantes, empezando por la economía”, dijo el mandatario.

“La sociedad salvadoreña sigue enferma, pero ya no tiene cáncer”, refiriéndose a las pandillas que durante décadas asolaron al país. “Ya se curó de las pandillas, y ahora tiene que curarse de la mala economía”, agregó Bukele, que advirtió que los que vienen serán tiempos duros.

“En este nuevo tratamiento para sanar la economía, quizá también haya que tomar medicina amarga”, añadió el presidente, quien dijo que para que la economía mejore, harán falta tres elementos: “La guía de Dios, el trabajo incansable del gobierno y que el pueblo vuelva a defender a capa y espada cada una de las decisiones que se tomen (...), sin titubeos”.

Al mismo tiempo, Bukele les pidió a los salvadoreños abandonar lo que llamó “la mentalidad del fracaso”. “También es urgente que cambiemos algo más: la idea de que nos merecemos sólo lo malo y lo feo. De quejarnos cuando las cosas cambian para bien. A eso le llamo yo mentalidad del fracaso, y debemos combatirla nosotros mismos”, expresó el presidente, quien para ello aconsejó a su pueblo: “No hagan caso de las voces que los quieren envenenar”.