La ultraderecha, que antes pedía la salida de la Unión Europea, últimamente cobró la fuerza necesaria en el bloque para cambiarlo desde su interior, dijo el francés Jordan Bardella. El dirigente, de 28 años, encabeza la lista para las elecciones europeas por la ultraderechista Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen, que aparece como el primer partido en intención de voto en Francia para las elecciones europeas que culminan el domingo.

El candidato a integrar el Parlamento Europeo llamó a los franceses a “que vayan a votar el domingo para dejar en minoría” al presidente Emmanuel Macron y abrir “el camino del posmacronismo y de la alternancia” en el poder en Francia.

También Macron llamó a participar en estas elecciones y advirtió que en “una Europa donde la extrema derecha sea fuerte”, incluso como partido minoritario, se podrían bloquear programas como el que permitió a la población acceder a vacunas contra la covid-19. El partido del presidente, Renacimiento, aparece segundo en las encuestas. Lo mismo les sucede a varios gobiernos de la región.

En Alemania, el Partido Socialdemócrata del canciller Olaf Scholz también ocupa el segundo lugar en los sondeos, después de la conservadora Unión Cristianodemócrata que por años lideró Angela Merkel. Los partidarios de Scholz empatan con Los Verdes y la ultraderechista Alternativa para Alemania.

Otro partido gobernante que figura segundo en intención de voto es el Partido Socialista Obrero Español, de Pedro Sánchez, que aun así tiene esperanzas de ganarle a una derecha “más que mala”, representada por el Partido Popular. “Se huele la remontada”, dijo el presidente del gobierno de España.

En Portugal, la derechista Alianza Democrática del primer ministro Luís Montenegro es superada en las encuestas por el Partido Socialista, mientras que la formación ultraderechista Chega se prepara para entrar por primera vez al Parlamento Europeo.

Las encuestas italianas, por su parte, se encuentran con las dificultades de medir la intención de voto en un escenario de gran abstencionismo. De acuerdo con el diario La Repubblica, es posible que la participación caiga esta vez por debajo del mínimo de 54% al que llegó en las elecciones europeas de 2019.