Durante su participación en la cumbre del G7, en Italia, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió su propuesta de aplicar un impuesto global a las grandes fortunas. “Ya es hora de que los superricos paguen los impuestos que les correspondan. Esta excesiva concentración de poder e ingresos representa un riesgo para la democracia”, afirmó, según comunicó la Presidencia de Brasil.
La propuesta de aplicar un impuesto global a los milmillonarios había sido presentada antes por Brasil a comienzos de este año en el marco del G20. Lula argumentó que es una medida para financiar políticas que apunten a erradicar el hambre y la pobreza.
También llamó al G7 a apoyar la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que Brasil propondrá en noviembre en la cumbre del G20, en Río de Janeiro, informó la agencia Efe.
Acerca de uno de los temas centrales de la cumbre del G7, la guerra en Ucrania, Lula manifestó que no asistirá a la Conferencia para la Paz en Ucrania que se celebrará este fin de semana en Suiza, que no contará con la presencia de Rusia. “Sin Rusia, no hay con quién negociar”, manifestó.
Antes del encuentro del G7 Lula se reunió con la presidenta suiza, Viola Amherd. Según el gobierno brasileño, Amherd intentó convencer al mandatario brasileño de participar en el encuentro, pero este reiteró que la solución al conflicto requiere de la representación de Kiev y Moscú.
Para los aliados de Ucrania, tanto Estados Unidos como los países europeos, la inclusión de Rusia implicaría poner en un plano de igualdad al país invasor y al invadido.
Varios países sudamericanos participarán del encuentro en Suiza, donde está previsto que se trate una propuesta de paz del gobierno ucraniano. Asistirán los presidentes de Argentina, Colombia, Chile, Ecuador y República Dominicana.
“Esta reunión internacional tendrá como tema central explorar un entendimiento común inicial entre los Estados participantes sobre la forma de actuar en favor de una paz estable y duradera en Ucrania”, manifestó la Presidencia colombiana.
Al final de la cumbre del G7, los países de este grupo -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido- emitieron una declaración en la que se comprometen a brindarle un préstamo a Ucrania de 46.000 millones de euros que se financiará con los montos que generen los activos rusos congelados en el mundo como sanción por este conflicto. Unos 260.000 millones de euros de activos rusos congelados en otros países generan unos 3.000 millones de euros anuales en beneficios.
De todos modos, para que esto sea posible, todos los países que integran la Unión Europea deben votar a favor de renovar por seis meses más las sanciones que se aplican a Moscú. La votación estaría asegurada si no fuera por las dudas que genera Hungría al respecto.
Desde Moscú, en un discurso televisado, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, llamó a los países occidentales a escuchar una propuesta de paz presentada por el presidente Vladimir Putin, que incluye un alto el fuego a cambio de que las tropas ucranianas se retiren de las zonas anexionadas por Rusia y que Ucrania renuncie a ingresar a la OTAN. “Cada vez que Occidente ha rechazado nuestras propuestas, eso no ha traído nada bueno”, dijo Lavrov.