La extrema derecha ha sido la gran ganadora durante la primera vuelta de las elecciones legislativas celebradas este domingo en Francia y quedó a un paso de convertirse en la primera fuerza parlamentaria en la segunda vuelta, que tendrá lugar el 7 de julio.

Los comicios tuvieron un récord de participación ciudadana, con alrededor del 65% del electorado, y significaron un fuerte rechazo a la estrategia del presidente Emmanuel Macron, quien, tras conocerse el resultado, llamó a todos los sectores políticos a unirse para impedir la victoria de la extrema derecha en la segunda vuelta.

Con el categórico triunfo alcanzado, el partido Agrupación Nacional que lidera Marine Le Pen obtuvo un récord histórico. Según los sondeos, alcanzaría un 34,2% de los votos y tiene chances de convertirse en la primera fuerza parlamentaria en la segunda vuelta. En tanto, el izquierdista Nuevo Frente Popular alcanzaría el 29,1%, y el oficialista Juntos por la República, apenas un 21,5%.

Aún queda por confirmar si el partido de Le Pen logrará obtener los 289 escaños que le permitirían designar a un primer ministro.

De esta manera, los resultados del domingo echaron por tierra la arriesgada jugada de Macron de adelantar las elecciones durante la mitad del mandato y dejaron a la ultraderecha a un paso de concretar su máximo anhelo: llegar al gobierno en Francia por primera vez desde 1945.

De las elecciones legislativas surgen los 577 diputados de la Asamblea Nacional que ocuparán sus bancas hasta 2027. El partido que resulte más votado puede imponer un primer ministro, encargado de designar el gabinete.

En caso de que la ultraderecha obtenga la mayoría, se instalaría un escenario político complejo de cohabitación de poder que se da cuando la mayoría en el Parlamento pertenece a un partido contrario al del mandatario, lo que genera que el jefe de Estado y el primer ministro sean de formaciones diferentes. La última cohabitación que tuvo Francia ocurrió entre 1997 y 2002.

Reacciones desde el gobierno

Luego de que se conocieran los resultados preliminares, el presidente Macron pidió a los ciudadanos que impulsen una “unión amplia, democrática y republicana” contra la ultraderecha.

Por su parte, el primer ministro, Gabriel Attal, reconoció que la “extrema derecha está a las puertas del poder”, por lo que pidió a la ciudadanía que ningún voto más vaya para Agrupación Nacional. “Francia necesita que no dudemos, [...] debemos impedir que suceda lo peor. Mi historia personal y mi recorrido político me llevan a levantarme contra el proyecto funesto de la extrema derecha porque reduciría nuestros valores a nada”, afirmó en una conferencia de prensa.

Attal sostuvo que el “reto” en la segunda vuelta es “privar” a la extrema derecha de una mayoría absoluta. “Francesas y franceses, estos últimos años quizás se han decepcionado y quizás han tenido rabia, pero siempre hemos avanzado protegiendo lo esencial: la República y nuestros valores. Tenemos que seguir avanzando. [...] Hoy ustedes le dieron vida a nuestra democracia, que es nuestro bien más querido. Estaremos avanzando y resistiendo. Votemos por los candidatos que defienden la República”, agregó.

La izquierda

Desde la vereda de enfrente, el exmandatario francés y candidato a diputado por la alianza Nuevo Frente Popular, François Hollande (2012-2017), sostuvo que la unión de las izquierdas logró evitar que la extrema derecha obtuviera en primera vuelta una mayoría absoluta. “Si no nos hubiéramos movilizado como nunca antes, si no nos movilizamos ahora, la amenaza [de la extrema derecha] sería una realidad”, afirmó.

Además, indicó que es una “obligación imperiosa” evitar la victoria de la extrema derecha, ya que si se concreta, “mancillará los valores de igualdad y pluralismo”.

“Nos dirigimos hacia una segunda vuelta de una intensidad excepcional. El país debe elegir. ¿Va a agravar lo peor de sus divisiones, las de sus desigualdades sociales, de religión, de color de piel, de origen social y geográfico, o va a unirse para formar un solo pueblo sin condiciones previas? Ese es el dilema de la segunda vuelta. [...] En estas condiciones, no podemos tener otras propuestas, otra demanda razonable que esta: ¡es necesario dar una mayoría absoluta al Nuevo Frente Popular!”, agregó.

Hollande sostuvo que en caso de que su partido quede en una tercera posición, retirará la candidatura para evitar que gane Agrupación Nacional.

La izquierda y los socialdemócratas, que en otras elecciones compitieron entre sí, esta vez se unieron en el Nuevo Frente Popular, integrado por La Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon, los socialistas, los comunistas y los verdes.

Las declaraciones de Le Pen

Por su parte, Le Pen celebró los resultados y aseguró que “ningún francés perderá ningún derecho”. Además, llamó a los electores a votar de forma masiva en la segunda vuelta.

Por otro lado, la líder de Agrupación Nacional afirmó que “la democracia ha hablado” al dar la victoria a su partido y “aniquilar al bloque macronista”. La alta participación da “una fuerza particular al voto” y confirma “la voluntad del pueblo francés de pasar página” tras siete años de un “gobierno despreciativo y corrosivo”, agregó.

Con respecto a la izquierda, afirmó que es “extremadamente violenta” y “antisemita”, aprovechando el temor de una parte del electorado moderado de que ocupe el puesto de primer ministro en caso de victoria de la izquierda. “Nada está ganado y la segunda vuelta será determinante para evitar que el país caiga en manos de la coalición Nupes, de una extrema izquierda con tendencia violenta”, advirtió.

Asimismo, consideró que la segunda vuelta será “determinante para dar a Jordan [Bardella] una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, para iniciar la próxima semana el rescate de Francia y el restablecimiento de la unidad y la concordia nacional”.

En tanto, Bardella, de 28 años, dijo que quiere convertirse en “primer ministro de todos los franceses”, respetuoso de la Constitución y en “cohabitación” con Macron, pero “intransigente”.

¿Por qué elecciones anticipadas?

A pesar de que el mandato de Macron termina en 2027, se realizaron las elecciones parlamentarias luego de que el mandatario decidiera anticiparlas tras los resultados de las contiendas europeas, en las que la extrema derecha de Le Pen duplicó en votos al partido oficialista.

Varios analistas consideraron que la apuesta de Macron no fue del todo clara y consideraron que es posible que el presidente francés confíe en una reedición del llamado “pacto republicano”, que una a la izquierda y la derecha en la segunda vuelta para poner freno a la extrema derecha. Ese pacto se puso en marcha en varias elecciones, incluidas las últimas presidenciales. Dicha estrategia política ha sido utilizada por el Partido Socialista Obrero Español de Pedro Sánchez.