Alrededor de 80.000 personas que viven en el óblast (provincia) de Kursk, en el extremo occidental del territorio ruso, fueron evacuadas en las últimas horas ante el avance de las tropas ucranianas, que el martes comenzaron una sorpresiva incursión en dicha zona.
Los ucranianos lograron adentrarse en Rusia poco más de 20 kilómetros, en lo que fue el mayor avance en territorio enemigo desde que comenzó la guerra, el 24 de febrero de 2022, con la invasión rusa a Ucrania.
Este domingo, voceros del Ministerio de Defensa ruso citados por la agencia oficial TASS dijeron que impidieron los intentos del ejército ucraniano de penetrar más profundamente en la región de Kursk.
“A lo largo del día, las acciones activas de las unidades del grupo de batalla Norte y de las reservas que llegaban, los ataques de la aviación militar, los vehículos aéreos no tripulados y el fuego de artillería en las zonas de los asentamientos de Tolpino, Zhuravli y Obshchy Kolodez impidieron los intentos de grupos móviles del enemigo de penetrar más profundamente en territorio ruso utilizando vehículos blindados”, se expresó desde el ministerio.
Por otra parte, también desde el Kremlin, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajarova, acusó al gobierno ucraniano de Volodímir Zelenski de participar en actividades terroristas con el único objetivo de intimidar a la población civil rusa. Mientras tanto, el gobernador en funciones de Kursk, Aleksei Smirnov, informó que la situación en la zona se encuentra estable después de la entrada de un “grupo de sabotaje y reconocimiento ucraniano” en el distrito de Belovsky.
Según informó el portal Euronews, en medio de esta escalada, Rusia lanzó un ataque con drones y misiles contra Kiev, que resultó en la muerte de dos personas, incluido un niño de 4 años. El presidente Zelenski indicó que, según información preliminar, Rusia utilizó para dicho ataque sobre la capital ucraniana un misil norcoreano, renovando su llamado a los aliados occidentales para obtener un mayor apoyo en defensa aérea.
Este domingo, en declaraciones realizadas bajo condición de anonimato a la agencia AFP, un alto funcionario del gobierno de Kiev dijo que miles de soldados ucranianos están participando en la incursión sobre Kursk, que tiene como objetivo desestabilizar a Rusia, mostrando las debilidades militares del país.
“Estamos a la ofensiva. El objetivo es ampliar las posiciones del enemigo, infligir el máximo de pérdidas y desestabilizar la situación en Rusia, ya que no pueden proteger su propia frontera”, manifestó el funcionario ucraniano.
El Ejército ruso había dicho que aproximadamente un millar de soldados ucranianos estaban desplegados en la incursión transfronteriza que comenzó el martes y pareció tomar al Kremlin con la guardia baja, lo que les permitió a las fuerzas ucranianas penetrar como nunca antes las líneas defensivas rusas. Cuando AFP le preguntó al jerarca ucraniano si la cifra de mil era correcta, respondió: “Es mucho mayor, son miles”.
Después de varios días de silencio oficial, el presidente Zelenski reconoció la ofensiva del ejército de su país por primera vez en el discurso que brindó en la noche del sábado, diciendo que Kiev estaba “empujando la guerra hacia el territorio del agresor”, aunque no agregó más detalles sobre la operación.
El responsable ucraniano, que habló en condición de anonimato con AFP, reconoció que, aunque la incursión sobre Kursk pretendía inicialmente desviar a las fuerzas rusas de las regiones ucranianas de Járkov (noreste) y del Donbás (este) para aliviar su presión sobre las tropas de Kiev (superadas en número y escasas de armamento), hasta el momento, la operación en territorio ruso no parece haber tenido mucho efecto en el frente oriental, que es donde se siguen desarrollando los combates más intensos y donde verdaderamente se está decidiendo la guerra.
“En principio, la situación no ha cambiado. Su presión en el este continúa, no retiran sus tropas de esta zona”, aunque la “intensidad” de los ataques rusos en el este haya “bajado un poco”, detalló.
En cualquier caso, afirmó el funcionario, la que está en desarrollo es una operación que “levantó realmente nuestra moral, la del ejército ucraniano, la del Estado y la de la sociedad”.
“Esta operación ha demostrado que podemos atacar y avanzar”, destacó el funcionario, que reconoció que, para él, tarde o temprano Rusia “detendrá” a las tropas ucranianas en Kursk, pero si “pasado cierto tiempo no consigue retomar estos territorios, podrían ser utilizados con fines políticos”, por ejemplo, durante las negociaciones de paz.