El viernes, en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue consultado por periodistas sobre la información acerca de que su par venezolano, Nicolás Maduro, intenta una negociación política con Washington. “Él me ha ofrecido de todo. Tenés razón. ¿Sabés por qué? Porque no quiere meterse [fuck around] con Estados Unidos”, respondió Trump.

Días antes, el diario The New York Times informó que Maduro le habría ofrecido al gobierno de Trump contratos preferentes para las empresas estadounidenses en las áreas de petróleo y oro, y también dar por terminados sus contratos mineros y energéticos con Irán, China y Rusia.

A su vez, el diario Miami Herald publicó que la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, le ofreció a Washington, con el visto bueno de Maduro, dos propuestas para que ella lidere un gobierno de transición. Una de estas incluiría garantías de seguridad para Maduro a cambio de su renuncia y de que Rodríguez quedara a cargo de la presidencia temporalmente. La otra, dejaría al frente del gobierno de transición a la vicepresidenta y al general retirado Miguel Rodríguez Torres, y Maduro se exiliaría en Qatar o Turquía, informó la agencia Efe. Aclaró, sin embargo, que Delcy Rodríguez negó haber presentado esas propuestas.

Según el Miami Herald, las dos iniciativas se habrían presentado como una manera de preservar la institucionalidad y garantizar una transición pacífica en Venezuela, en momentos en que el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, cerca del país, se intensifica.

Un nuevo ataque estadounidense en el Caribe

Trump anunció el viernes un nuevo ataque a supuestos narcotraficantes venezolanos y dijo que esta vez el objetivo fue un submarino. “Atacamos un submarino, un submarino cargado de drogas, construido específicamente para transportar grandes cantidades de droga”, dijo. “Para que entiendan, no se trataba de un grupo inocente. No conozco a mucha gente que tenga submarinos y ese fue un ataque a un submarino cargado de droga”, insistió. Este anuncio llega después de que Estados Unidos reportara que hundió con misiles cinco embarcaciones desde agosto y mató a todos sus tripulantes, supuestos narcotraficantes.

Estas acciones han sido equiparadas con ejecuciones extrajudiciales por organizaciones defensoras de los derechos humanos. A su vez, la oposición demócrata en el Congreso estadounidense también ha cuestionado estos ataques, en los que supuestamente murió una veintena de personas, y señaló que no se brindó información sobre la identidad de ninguna de ellas. Se trata además de un avance militar del Comando Sur de Estados Unidos cerca de aguas de Venezuela y una intimidación a este país, y con las semanas ha ido aumentando en infraestructura y en acciones.

Estos despliegues militares, que incluyen ocho buques de guerra, un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear y más de 4.500 soldados, el jueves sumaron operaciones militares con helicópteros cerca de Venezuela.

Trump defendió esta semana los ataques. Dijo que los intentos de frenar el narcotráfico por parte de la Guardia Costera habían sido ineficaces por haber actuado de manera “políticamente correcta”. Cuestionado por las muertes que causó, dijo que esos barcos “estaban llenos de polvo de fentanilo”, “estaban cargados de droga y eso es lo que importa”. El presidente afirmó: “Eran embarcaciones muy rápidas y modernas, pero no tan rápidas como un misil”.

El ataque del viernes contra un submarino tuvo la particularidad de que sobrevivieron dos de las personas a bordo. Según informaron las autoridades estadounidenses, las dos están bajo su custodia.

La CIA desplegada

A todo esto se sumó esta semana el anuncio de que Trump autorizó a la CIA a llevar adelante operativos encubiertos en Venezuela. Consultado por periodistas sobre si esa autorización permitía a la CIA matar a Maduro, el presidente estadounidense dijo que sería “ridículo” responder a esa pregunta.

En la misma conferencia de prensa, Trump informó que analiza la posibilidad de pasar de las operaciones marítimas a las operaciones en tierra bajo el argumento de atacar al narcotráfico. “Lo hemos frenado casi por completo por mar. Ahora lo frenaremos por tierra”, dijo. Como marco para todos estos ataques y amenazas, Estados Unidos declaró previamente como organizaciones terroristas a grupos de narcotraficantes que operan en Venezuela, como el Tren de Aragua, y estableció una recompensa por la captura de Maduro, al que considera el líder del supuesto Cartel de los Soles, que, según medios especializados, no es tal.

El presidente estadounidense, además, reiteró sus acusaciones de que Venezuela “vació sus cárceles” y envió a sus delincuentes a Estados Unidos, y de que el gobierno permite el narcotráfico hacia su país. Dijo que los líderes venezolanos “están sintiendo la presión” de sus acciones.

El gobierno de Maduro manifestó el miércoles su “extrema alarma” ante la amenaza de que se utilice a la CIA contra Venezuela, en el marco de “maniobras” que apuntan a “legitimar una operación” de “cambio de régimen”. De todos modos, ha llamado a la población a conformar milicias que responden al gobierno para defender al país y el viernes, mediante Telegram, pidió a militares, policías y ciudadanos de Caracas y Miranda que activen “toda la fuerza de defensa integral” para proteger “montañas, costas, escuelas, hospitales, fábricas, mercados y comunidades”.

“El gobierno de Estados Unidos decide mandar a la CIA para Venezuela”, dijo el jueves Maduro en la televisión estatal. “Jamás ningún gobierno anterior, desde que la CIA existe, dijo públicamente que mandaba a la CIA a matar, a derrocar y acabar a los países”, manifestó. Reiteró que “por primera vez en la historia” un gobierno en Estados Unidos dice que ha “dado autorización y orden para ir a atacar un país”. “Les tengo malas noticias a los intrigantes, a los imperialistas y a todos sus medios, portales y agencias: hoy el alto mando político-militar de la revolución estamos más unidos y resteados [comprometidos] que nunca en defender nuestra patria, imbéciles”, concluyó.

Respuestas diversas

El gobierno venezolano anunció que denunciaría ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas estas acciones estadounidenses para lograr una “rendición de cuentas”. A su vez, el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, informó que un organismo de su país, el Consejo Nacional por la Soberanía y la Paz, pedirá a la Fiscalía de Caracas que se “establezcan responsabilidades de carácter penal” contra Estados Unidos por sus “amenazas y agresiones”.

Al mismo tiempo, el despliegue militar estadounidense ha generado diversas reacciones de rechazo en la región. El jueves, el Partido de los Trabajadores de Brasil manifestó que la afirmación de Trump de que autorizó a la CIA a organizar operaciones secretas en Venezuela es “inaceptable y deplorable”. Consideró que esos dichos “son una afrenta a la soberanía del país suramericano y una violación al derecho internacional”, y además repudió las “ejecuciones sumarias de vidas humanas por fuerzas militares estadounidenses, lo que es una práctica inadmisible y sin base legal”.

Por su parte, la flamante Nobel de la Paz María Corina Machado, líder opositora venezolana, que le dedicó a Trump su premio, dijo el viernes que Venezuela “está atravesando la coyuntura más decisiva de su historia contemporánea”, pero “está cada día más cerca de recuperar la libertad y la democracia”.