La presidencia de la COP30, la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas sobre cambio climático que se desarrolla en Belém, Brasil, presentó el viernes un nuevo borrador de resolución para aprobar en este encuentro. El nuevo texto excluyó toda mención a una hoja de ruta para sustituir a los combustibles fósiles y tampoco contempló un plan contra la deforestación.

El jueves, 29 países habían enviado una carta a la presidencia de la COP30, a cargo de Brasil, en la que advertían que bloquearían cualquier acuerdo que no incluyera el compromiso de avanzar de manera gradual hasta la eliminación de los combustibles fósiles, según informó el diario The Guardian. Esa carta fue firmada por varios países europeos, y también por Chile, Colombia, Costa Rica y México, así como por estados insulares que corren riesgo de desaparecer por una suba del nivel del mar, como Palau y Vanuatu, publicó Folha de São Paulo.

Un borrador anterior sí preveía comenzar un proceso de elaboración de una hoja de ruta con el objetivo de lograr la transición hacia energías renovables. Establecía que se trabajaría durante un año o más y preveía que los distintos países aplicaran sus propias estrategias y políticas para lograr esa meta. Aunque algunos criticaban su gradualidad y flexibilidad, muchos países no estaban dispuestos a dar ese paso.

Ya en 2023, en la COP28 de Dubái, se había aprobado una declaración a favor de terminar con los combustibles fósiles y la intención de Brasil era establecer una hoja de ruta para lograrlo. Pero este punto dividió a los participantes de la cumbre en Belém, a la que asistieron más de 190 países.

Unos 80 países desarrollados y en desarrollo defienden la transición energética, pero un número similar de países, entre ellos, Arabia Saudita, Omán, Egipto, Rusia, Irán y Bolivia, que son productores de combustibles fósiles o tienen gran dependencia de ellos, no estaban dispuestos a aprobar esa hoja de ruta.

Ante esa división, André Corrêa do Lago, el presidente de la COP30, presentó el viernes el borrador que excluía ese punto. Pidió a las delegaciones que accedan a un acuerdo y defendió el multilateralismo frente a “los que dicen que este proceso no puede salir adelante”. “Sabemos lo difícil que es alcanzar un consenso. No podemos olvidar que el mismo consenso que exaspera a analistas, a delegados y a tanta gente es la enorme fuerza de este marco [del Acuerdo de París]”, dijo. Recordó los “enormes desafíos geopolíticos” que enfrenta el mundo, señaló que Estados Unidos salió del Acuerdo de París y argumentó que, en un “momento de caos, debemos actuar juntos”.

Las negociaciones sobre el borrador continuaban el viernes y posiblemente se extiendan durante el fin de semana, pero el nuevo documento estaba lejos de abrir paso a acuerdos.

Críticas al proyecto de resolución

“La Presidencia presentó un texto vergonzosamente débil que no menciona los combustibles fósiles, no establece responsabilidades con respecto a las obligaciones financieras de los países ricos y sólo hace promesas vagas sobre la adaptación”, afirmó en un comunicado Bronwen Tucker, responsable de finanzas públicas de la organización Oil Change International.

A su vez, la directora ejecutiva de Greenpeace Brasil, Carolina Pasquali, manifestó: “Este texto es prácticamente inútil, aporta muy poco para reducir la brecha de ambición de 1,5 °C y para presionar a los países a acelerar sus acciones. No queda otra opción que los países lo rechacen y lo devuelvan a la presidencia para su revisión”. Un grupo de 36 países manifestó en una nueva carta: “No podemos apoyar un resultado que no incluya una hoja de ruta para implementar una transición justa, ordenada y equitativa que nos aleje de los combustibles fósiles”. Agregó que “el mundo espera que esta COP” muestre avances y no que dé “un paso atrás”.

A su vez, la Unión Europea calificó la propuesta como “inaceptable” y manifestó que, frente a esa opción, era preferible que no existiera un documento final. El comisario de Clima del bloque, Wopke Hoekstra, dijo que no se aceptará un texto que no haga referencia a la necesidad de abandonar los hidrocarburos, según citó la agencia Efe. El funcionario agregó que sólo si se incluye ese punto la Unión Europea “se moverá de su zona de confort” en cuanto a la financiación a la adaptación al cambio climático que reclaman los países en desarrollo. Sobre esto, India rechazó que la discusión sobre la transición energética condicione la que refiere al aumento de la financiación a la adaptación climática.

Para la ministra de Medio Ambiente de Colombia, Irene Vélez, los países que se opusieron a incluir el abandono de los combustibles fósiles “están imponiendo consensos a través de vetos, están intentando silenciar a los países más ambiciosos” en la cumbre. En su opinión, “no es suficiente” hablar de financiación si no se ataca la “causa raíz” del cambio climático.

Las críticas al nuevo borrador también surgieron desde la ciencia. Un grupo de científicos, entre ellos, Thelma Krug, la presidenta del Consejo Científico de la COP30, y Johan Rockström, del Instituto de Investigación de los Impactos Climáticos de Potsdam, Alemania, manifestaron en un comunicado: “Esto es una traición a la ciencia y a las personas, especialmente a las más vulnerables, además de ser totalmente incoherente con los objetivos reafirmados de limitar el calentamiento a 1,5 °C”.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, había insistido el miércoles en que abandonar los combustibles fósiles debe ser la prioridad de la COP30, aunque cada país debe poder hacerlo a su ritmo “y dentro de sus propias posibilidades”. Lula agregó: “Hay que mostrar a la sociedad que queremos” abandonar esas energías, dijo. Sin embargo, su llamado a elaborar una resolución que no impusiera una misma velocidad a todos los estados, hasta el viernes, seguía lejos de allanar el camino a un acuerdo.