Desde que el expresidente Jair Bolsonaro fue condenado a 27 años de cárcel por liderar un intento de golpe de Estado, crecieron las especulaciones sobre quién sería el candidato de la ultraderecha brasileña a las elecciones de 2026, en las que el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, se postulará a la reelección.
Se habló de la posibilidad de que el bolsonarismo llevara como candidata a Michelle Bolsonaro, la esposa del expresidente. Pero si bien ha sido muy activa en captar votos de mujeres y crear un ala femenina de la ultraderecha que lidera su esposo, también había adoptado un discurso más conservador sobre el papel de la mujer en la vida pública.
Sonó también el nombre de Eduardo Bolsonaro, el hijo del presidente que ha tejido las redes de contactos con la ultraderecha internacional y que tiene mayor visibilidad en redes y medios. Sin embargo, el diputado optó por pedir licencia en su banca a comienzos de este año e instalarse en Estados Unidos. Desde allí promovió presiones de Washington a Brasilia, primero para que su padre no fuera juzgado y luego para que reciba un indulto o amnistía. En caso de regresar a Brasil, debería presentarse ante la Justicia que lo requiere por promover acciones contra su país, por ejemplo, los altos aranceles que utilizó el gobierno de Donald Trump para intentar evitar que se juzgara al expresidente.
Finalmente, el viernes, otro integrante de la familia, el senador Flávio Bolsonaro, anunció su candidatura a la presidencia, y dijo que fue su padre quien le encomendó postularse. “Con gran responsabilidad confirmó la decisión del mayor líder político y moral de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, de confiarme la misión de dar continuidad a nuestro proyecto de nación”, manifestó en X.
“No voy a quedarme con los brazos cruzados viendo cómo la esperanza de las familias se apaga y nuestra democracia sucumbe”, agregó. “Nuestro país vive días difíciles, en los que muchos se sienten abandonados, el propio gobierno roba a los jubilados, los narcoterroristas dominan las ciudades y explotan a los trabajadores, las empresas estatales han sido saqueadas de nuevo, se crean o aumentan constantemente nuevos impuestos, y nuestros hijos no tienen perspectivas de futuro”, dijo.
“Me pongo ante Dios y ante Brasil para cumplir esta misión. Sé que Él irá delante de nosotros, abriendo puertas, derribando muros y guiando cada paso de este viaje”, afirmó.
Otro candidato posible en el arco de la derecha, era el gobernador de San Pablo, Tarcísio de Freitas, que si bien pertenece al Partido Republicano, tiene gran afinidad con Jair Bolsonaro, del Partido Liberal.
En su primera entrevista después de anunciar su candidatura, Flávio Bolsonaro dijo que su postulación fue bien recibida por De Freitas. Según informó el portal Metrópoles, el hijo del expresidente afirmó: “Cuando hablé con él para comentar cómo se había tomado la decisión con el presidente Bolsonaro, mantuvo la misma postura que yo habría adoptado si la situación hubiera sido la contraria, la misma postura que habría adoptado si Tarcísio hubiera sido nominado por el presidente Bolsonaro: total apoyo, colaboración y respeto. Y lo dijo explícitamente”.
Cuando se le preguntó sobre la primera reacción de los mercados, que fue una caída en la bolsa, el senador manifestó: “Conozco la preferencia de algunos en el mercado, pero lo que tengo que decirles a todos es que mantengan la calma, porque sin duda el programa económico que propondremos para nuestro país será exactamente lo mejor, no para el mercado, sino lo mejor para el pueblo brasileño. Con mucha previsibilidad, mucha estabilidad y con personas muy serias a nuestro lado en el ámbito político”.
Desde su familia, tanto Jair como Eduardo celebraron la candidatura. El expresidente dijo que Flávio será su candidato a la presidencia, y el diputado dijo que su hermano asume un “desafío gigantesco” y se hace eco de los ideales de su padre en las próximas elecciones.
Eduardo Bolsonaro afirmó que recibió la noticia “con profunda admiración, alegría y un inmenso orgullo” y agregó: “Todos sabemos que el pueblo quería a nuestro padre como candidato. Esa era la voluntad popular. Pero la tiranía que avanza sobre nuestra nación le arrebató esa opción al pueblo. Pensaron que esto nos silenciaría. Pensaron que nos quebrarían. Que nos rendiríamos. Pero no entendieron con quién estaban tratando”.