Este lunes en Doha, la capital de Qatar, se reanudarán las negociaciones entre el gobierno de Israel y la organización islamista palestina Hamas, que cuentan con la intermediación de funcionarios qataríes, egipcios y estadounidenses.
La primera tregua de seis semanas culminó el 1° de marzo, y desde entonces el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu vino dilatando retomar los diálogos, aunque algunos hechos lo forzaron a hacerlo.
El principal es la gran preocupación que existe en el Ejecutivo israelí por las recientes negociaciones directas que se realizaron entre Estados Unidos y Hamas, entidad que es considerada por Washington como terrorista.
Pero eso no impidió que, en un nuevo ejemplo de su política de negociar a varias puntas, el presidente Donald Trump enviara al enviado especial para asuntos de rehenes, Adam Boehler, un avezado funcionario, para llevar adelante los contactos directos con representantes de la organización palestina.
Estas conversaciones se dieron la semana pasada en Doha, y según la Casa Blanca fueron “productivas”, porque Hamas está “orientado” a una tregua a largo plazo con Israel.
Uno de los funcionarios del gobierno de Netanyahu que manifestaron públicamente su molestia por los diálogos entre Washington y Hamas fue el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer. Pero este domingo, en una entrevista con el canal 13 de la televisión israelí, el estadounidense Boehler dijo que no le “importan mucho” las críticas. “Realmente no me importa mucho eso, sin ofender a Dermer”, dijo Boehler, aparentemente intensificando una pelea que se llevó a cabo en privado entre los dos el martes, horas después de que Israel se enterara de las conversaciones directas del enviado estadounidense con Hamas. “Respeto y comprendo su posición. Sin embargo, también en Estados Unidos tenemos nuestros propios intereses y creo y espero que algunas de esas interacciones [con Hamas] puedan acelerar las cosas”, agregó, de acuerdo con lo que consignó The Times of Israel.
Estos contactos fueron confirmados a la agencia Reuters por el asesor político de Hamas, Taher al-Nono, quien aseguró que se realizaron varias reuniones entre dirigentes de la facción palestina y Boehler.
La idea de estos contactos directos fue de la diplomacia qatarí, que le ofreció a Boehler conseguir la liberación del único rehén que queda en Gaza con nacionalidad estadounidense, Edan Alexander, además de los cuerpos de otros cuatro ciudadanos estadounidenses que murieron en cautiverio.
Esta iniciativa removió por completo a Netanyahu y dio un impulso serio a las negociaciones sobre la segunda etapa del acuerdo de los rehenes, según dijeron analistas políticos israelíes.
Después de reunirse con Trump en la Casa Blanca, Netanyahu creyó contar con un apoyo irrestricto del magnate republicano, pero esto no es así, porque Estados Unidos tiene sus propios objetivos, que son liberar a los rehenes, terminar con la guerra y poder establecer una paz regional que le permita enfocarse en otros intereses.
En las negociaciones entre israelíes y Hamas que se retomarán este lunes se tocarán muchos temas, pero todavía no la cuestión de fondo, que es saber quiénes y cómo gobernarán Gaza luego de que termine el conflicto.
En ese sentido, una cuestión clave es si la Autoridad Palestina, el gobierno del país que cuenta con reconocimiento internacional, participará en la reconstrucción y en el gobierno del enclave en el futuro.
Esta posibilidad fue incluso abierta por sus acérrimos adversarios políticos de Hamas, pero es rechazada abiertamente por el gobierno israelí, que por nada del mundo pretende darle al Ejecutivo palestino más legitimidad que la que tiene. Por otra parte, dentro de Israel las presiones internas sobre Netanyahu siguen muy activas.
Por un lado, nuevamente decenas de miles de personas se manifestaron en las calles para exigirle al primer ministro un acuerdo con Hamas, para así lograr la liberación de los 24 rehenes que aún quedan con vida en la Franja de Gaza y la repatriación de los al menos 35 cadáveres que siguen en manos de la entidad extremista palestina.
Pero, por otro, el ala más radical y ultraderechista del gobierno de Israel anunció este domingo la creación de una Dirección de Migración que tendrá como objetivo abordar el plan de Trump para el desplazamiento de los habitantes de Gaza.
“Estamos estableciendo una Dirección de Migración, nos estamos preparando para esto encabezados por el primer ministro y el ministro de Defensa. El presupuesto no será un obstáculo para esto”, dijo el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, líder del partido Sionismo Religioso. “Hay preparativos para una gran Dirección de Migración dentro del Ministerio de Defensa. Si sacamos a 5.000 [habitantes de Gaza] al día, tardaríamos un año. La logística es complicada, porque hay que saber quién va a qué país”, agregó Smotrich.