El diputado Rodrigo Goñi, del Partido Nacional, pidió y obtuvo una sala del edificio anexo del Palacio Legislativo para que se hiciera en ella, el martes 10, lo que se presentó en el formulario de solicitud como una “conferencia internacional sobre paternidad responsable”, pero resultó ser una charla de presentación de El libro negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural (2016), a cargo de sus autores, los argentinos Nicolás Márquez y Agustín Laje. El legislador dijo a la diaria que “tres o cuatro organizaciones” le pidieron que hiciera ese trámite, y que él accedió sin saber de qué se iba a hablar, aunque no era muy difícil deducirlo porque los convocantes eran los grupos A mis Hijos no los Tocan y Varones Unidos.

Laje y Márquez, autodefinidos como “escritores independientes”, recorren América Latina para exponer posiciones reaccionarias. En internet hay numerosos videos y grabaciones que muestran su modus operandi en los medios de comunicación: cuando el ambiente es amigable, adoptan un estilo entre sereno y canchero para denostar ideas y personas, con abundantes sofismas y unos cuantos bolazos; cuando se los contradice, sacan a relucir modales de barrabrava.

Márquez, también autor de El canalla, la verdadera historia del Che, recibió en 2005 el Premio a la Libertad otorgado por la Fundación Atlas para una Sociedad Libre, cuyo nombre les puede sonar a nuestros lectores. Esa institución argentina está, según declara, “inspirada en varias organizaciones afines de los Estados Unidos”, aunque no integra la Red Atlas, sobre la cual nuestra revista Lento publicó un informe en diciembre del año pasado. Una muestra de las opiniones de Márquez acerca de los homosexuales y del estilo que prefiere para expresarlas es su artículo “El puterío argentino”.

Hace unos meses, Márquez dijo en Colombia que, “como la academia y todo lo intangible, lo comunicacional, lo cultural y lo intelectual suele estar en manos de la izquierda, es imperativo que el ambiente militar se rodee también de intelectuales propios”, pero si consideramos el calado de su producción resulta más apropiado decir que él y Laje (graduado en el Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa, del Departamento de Defensa estadounidense, que le concedió una beca para que estudiara allí) son ante todo propagandistas y provocadores.

Los dos argentinos habían anunciado otra charla, el lunes 9 en la Universidad de Montevideo (UM). Iba a realizarse en la librería Aquileo, ubicada en las instalaciones de ese centro de estudios pero no perteneciente a él. Las autoridades de la UM dijeron a El País que se trataba de una “presentación comercial” no autorizada y que la cancelaron para que no fuera confundida con una actividad académica. Es una lástima que esa universidad privada, vinculada con el Opus Dei y a la que nadie puede considerar izquierdista o favorable al feminismo, haya procedido con mayor sensatez y prudencia que un integrante del Poder Legislativo.