“A derribar barreras. A concretar derechos” fue la consigna de la 6ª marcha por la accesibilidad e inclusión, que salió ayer a las 19.00 desde la Universidad de la República y transitó por 18 de Julio hasta llegar a la explanada de la Intendencia de Montevideo, donde se leyó una proclama y se cerró el acto con música.

Fiorella Buzeta, de la coordinadora de organizaciones sociales que planifica la marcha, explicó que el lema tiene dos sentidos: “‘A derribar barreras’ apunta más a la sociedad, a derribar prejuicios, mitos que hay en torno a la discapacidad, y ‘A concretar derechos’ es más que nada a lo institucional, a que todavía falta mucho para hacer. Hay muchas leyes que se han hecho y no se terminan de aplicar, incluso organismos internacionales han hecho recomendaciones a Uruguay y no se aplican”. Para que esto pase, Buzeta aseguró que “debe haber voluntad política”. Al consultarle por las prioridades del colectivo de personas con discapacidad, Buzeta aclara que es difícil mencionar sólo algunas, porque “estamos hablando de derechos”, pero enumera, entre otras, la accesibilidad del medio físico y la inclusión educativa y laboral “para poder acceder a un trabajo digno. Sin subestimar, muchas veces se enfoca a las personas con discapacidad a trabajar en talleres o en manualidades, y hay otra demanda también”. Aseguró, además, que la accesibilidad en el transporte “es un debe muy grande con el colectivo de personas con discapacidad”. “Si no tenés cómo trasladarte a tu centro educativo, te quedás en tu casa encerrado, y actualmente pasa eso: la gente se queda encerrada en su casa”, afirmó Buzeta, que tiene una discapacidad motriz después de haber recibido un disparo hace 13 años mientras estaba en el liceo 13 de Maroñas.

“Nos cansamos de esperar y hay que tomar el toro por las guampas”, aseguraba Susana Carballido frente a la Universidad, antes de que saliera la marcha. Carballido es la presidenta de la asociación Esclerosis Múltiple de Uruguay, y es madre de una mujer con esa discapacidad. En diálogo con la diaria, afirmó que la discapacidad es “un tema tabú del que antes no se hablaba; cuando alguien tenía una persona con discapacidad la escondían... pero son personas, tienen derecho a todo: a la educación, al trabajo, al deporte, a disfrutar de la ciudad, al sexo –que es también otro tema tabú, porque se piensa que las personas con discapacidad no tienen sexo–”. Para ella, actualmente se habla más del tema, pero “falta abrir muchas cabezas, falta mucho para hacer”, y aseguró que “debe interesar a todos”, tengan o no discapacidad.

El énfasis estaba puesto en “concretar” y muchos de los manifestantes lo reiteraban. Gabriel Soto, presidente de la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay, aseguró que el motivo para marchar “es que, de una vez por todas, se empiecen a concretar acciones efectivas para que mejore la calidad de vida de las personas con discapacidad”. Entiende que hay dos asuntos que trancan la inclusión en distintos aspectos de la vida: por un lado, los recursos económicos para que las propuestas de accesibilidad se vayan concretando, y también “un cambio de mentalidad: tanto nuestro, de mostrarnos como personas con nuestros derechos y obligaciones, como de la sociedad, que nos pueda incluir como personas, sin importar la discapacidad. Para ese cambio falta todavía, pero tiene que ser de ambas partes”.

Al momento de priorizar, también elige destacar como urgente la accesibilidad en el ámbito educativo y laboral, porque “es lo que ayuda a la inclusión, competir en igualdad de condiciones”. El planteo de Soto es autocrítico, porque considera que a las organizaciones de personas con discapacidad “nos falta proponer medidas concretas que nazcan desde nosotros mismos; muchas veces pasa que nos ponemos del lado de la lástima”, aunque afirma, igualmente, que en estos últimos años se ha avanzado: “Es un proceso”.

Buzeta aseguró que las personas sin discapacidad “también tienen mucho por hacer” por la accesibilidad: “Lo primero es informarse. No tenemos por qué saber, porque no hay educación, y a veces es muy difícil saber cómo manejarse con una persona sorda o ciega, o con discapacidad intelectual. Lo prioritario siempre es preguntarle a la persona ‘¿cómo hago? ¿Cómo te ayudo?’, y si no es a él a la persona que está a su lado, con la que seguramente desarrolla estrategias para comunicarse”.

Que no sea una ley vacía

El Senado sigue discutiendo el proyecto de ley de empleo para personas con discapacidad en el sector privado, que propone que en las empresas de más de 25 empleados 4% de la renovación de la planilla sea ocupada por personas con discapacidad. El proyecto tiene media sanción de Diputados, pero desde el Poder Ejecutivo se ha planteado que la ley se aplique en las empresas con más de 200 trabajadores. “Hace cuatro años que se viene peleando por la ley; al final del camino no se debería incorporar elementos que hagan que sea una ley vacía”, afirmó Martín Nieves, integrante de la Comisión de Discapacidad del PIT-CNT, desde donde se ha impulsado la iniciativa. Nieves aseguró que en Chile, Brasil, Bolivia y Venezuela “se llegó a un porcentaje relativamente interesante”, y graficó que si se cuenta a las empresas con más de 25 trabajadores, la ley se debería aplicar en 5.000 empresas, mientras que sólo hay 750 empresas de más de 125 trabajadores: “Es una locura que sólo se aplique por encima de los 200 trabajadores”. Desde la Comisión se lanzó la campaña Yo apoyo/ Yo firmo, y ya van recolectadas más de 300.000 firmas de personas que apoyan la aprobación de la ley.