Unas pocas palabras del comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, al conmemorar el aniversario 206º de la fuerza, fueron suficientes para alborotar la tensa y delicada discusión sobre los retiros militares. Varios legisladores del Frente Amplio (FA) expresaron ayer su malestar con Manini Ríos, que al final de su discurso se quejó porque los militares deben “escuchar en silencio las discusiones sobre su futuro, a veces teñidas de falsedades y tergiversaciones mal intencionadas”. La referencia estaba clara: los planes del oficialismo para reformar el deficitario Servicio de Pensiones y Retiros de las Fuerzas Armadas (más conocido como la Caja Militar). Algunos dirigentes del FA piensan que Manini Ríos no respetó la cadena de mandos. El diputado socialista Roberto Chiazzaro, por ejemplo, calificó el discurso de “desubicado”; también dijo que no respetó “la cadena de mando” y desacató a su “superior jerárquico”, o sea, el presidente de la República. El diputado comunista Gerardo Nuñez anunció que el martes se reunirá el Comité Ejecutivo del Partido Comunista del Uruguay y evaluará las declaraciones del jerarca máximo del Ejército. Para Nuñez, las expresiones de Manini fueron “totalmente fuera de lugar, improcedentes”. “El presidente tendrá que evaluar si esto implica un desconocimiento de los lineamientos establecidos. Es una clara intromisión en asuntos políticos, en los que no debería expresarse en la manera en que lo hizo el comandante en jefe. Además no es nuevo. Ya habíamos tenido expresiones similares de mandos de otras fuerzas que en nuestra opinión no corresponden desde ningún lugar”, explicó el diputado a la diaria. En el FA hay una idea: los militares se retiran muy tempranamente de su actividad. De hecho se computan cuatro años del Liceo Militar y luego se desempeñan en la actividad privada, acumulando otra jubilación. Además, actualmente en las Fuerzas Armadas hay el doble de pasivos que de activos. “Si [Manini Ríos] entra en temas que son de política nacional, es algo que no puede hacer, está limitado. No sé si lo hizo o no”, dijo a la diaria Alfredo Asti, diputado de Asamblea Uruguay. Para Asti hay “necesidad y oportunidad de encarar una reforma estructural en ese servicio. […] Los parámetros se fueron generando en otra época, cuando la correlación entre activos y pasivos militares era muy distinta. El peso político que tenían en la sociedad también era distinto, porque formaban parte de un gobierno dictatorial. Con la iniciativa del dictador [Juan María] Bordaberry y la aceptación del futuro dictador Aparicio Méndez como consejero de Estado, votaron cambios en estos servicios de retiros que hoy todavía subsisten. Todas las instituciones que prestan ese servicio fueron modificadas: el Banco de Previsión Social, la Caja Policial, la Caja Bancaria, la Caja Profesional. Es necesario reformular”, destacó Asti. El diputado frenteamplista reconoce la especificidad de la tarea militar pero “no puede ser que haya retiros con menos de 50 años con pasividades que superan el ingreso que tenían al momento del retiro”. Asti subrayó que el primer objetivo de la reforma es “centrarnos en los oficiales y fundamentalmente los oficiales superiores, cuyas pasividades duplican o triplican los topes de los otros regímenes de pasividades”. El diputado informó que el déficit es creciente. “El año pasado se hablaba de 400 millones de dólares; este año se habla de 470 millones de dólares”.