El ex presidente José Mujica cerró la apertura del décimo congreso del Movimiento de Participación Popular (MPP) con un discurso en el que incluyó algunas pautas para la discusión programática, pero también dio rienda libre a su costado más filosófico, recalcando, en un Platense a pleno, que “felicidad es tener tiempo para cultivar los afectos” sin dejarse llevar por el consumismo.
“No estamos sobre la Tierra para acumular plata, darnos bombo o creernos más que otro, estamos para sentirnos felices y, si podemos, para que nuestro pueblo pueda dar pasitos adelante”, dijo Mujica, tras asegurar que “la cultura consumista es la sangre que necesita el capitalismo para tener al conjunto de la gente alienada y sometida permanentemente”. “Hay que salir de la gilada, de tener que trabajar y trabajar para amontonar basura. Hay que darse cuenta de que si no podemos cambiar el mundo, podemos cambiar nuestra forma de vivir”, agregó, despertando uno de los mayores aplausos de la noche.
En el plano de lo programático, Mujica llamó al MPP a una apertura a los sectores medios de la sociedad. “Peleamos por los trabajadores y por los más pobres, pero tenemos que darnos cuenta de que para que el país cambie necesitamos el esfuerzo, la colaboración y el entusiasmo de los sectores medios de la sociedad, que componen la mayoría del campo del trabajo y la creación”, aseguró el ex presidente. También criticó las políticas de inversiones y la falta de una política única en América Latina en este sentido para evitar peleas entre los países para que una empresa se instale en uno u otro territorio.
Además, Mujica se refirió al Estado uruguayo y, en particular, a su tamaño: “No podemos seguir mirando al Estado sólo desde el punto de vista de los derechos laborales; tenemos que verlo como una herramienta que le sirve al pueblo, porque si tenemos un Estado debilitado, estamos fritos”, aseguró, antes de agregar que el Estado “tiene que cumplir una función de defensa de la nación, fundamentalmente de los más débiles”. Por otra parte, Mujica aseguró que no se puede renunciar a la utopía del socialismo y que este debe ser “un paso superior de la civilización humana o no será”.
Por último, el ex presidente llamó a cuidar al Frente Amplio (FA), al que definió como “la construcción histórica de generaciones”, y a reconocer que también la izquierda tiene “patologías”: “la tendencia a caer en el infantilismo y a confundir deseo con realidad”.
No sólo Mujica mencionó la unidad de la izquierda, también la convocaron los otros tres oradores de la noche: el ex mandatario de Ecuador Rafael Correa, el diputado Alejandro Sánchez y el presidente del FA, Javier Miranda, quien aseguró: “El futuro de la izquierda en Uruguay y de Uruguay exigen un FA con sectores unitarios fuertes que forjen una unidad formidable”.
A su turno, Sánchez sostuvo: “Por más importantes que sean, nuestros partidos y sectores no tienen sentido fuera de la unidad de la izquierda; sólo la unidad de la izquierda nos trajo hasta acá y es a lo que más miedo le tiene la derecha”. Denunció que en América Latina hay “una brutal campaña mediática” que busca instalar la “idea del fin del ciclo progresista”, así como “echar un manto oscuro” sobre los cambios que ha promovido la izquierda. “No hay ningún fin de ciclo progresista, porque la izquierda no está derrotada ni está de rodillas”, aseguró.
Además, Sánchez reconoció que el MPP se ha “concentrado mucho en el gobierno”, que se ha acostumbrado a trabajar y comunicarse con la población desde ese lugar. “Precisamos volver a las calles” para construir una nueva propuesta, aseguró.
Por su parte, el ex presidente Correa hizo hincapié en los puntos en común que tienen las historias de los países latinoamericanos y los procesos progresistas de los últimos años. “América Latina ha estado históricamente dominada por elites que excluyeron de los beneficios del progreso a las grandes mayorías”, aseguró, antes de puntualizar que “la esencia” de las transformaciones promovidas por los gobiernos progresistas está en “el cambio de las relaciones de poder en favor de las grandes mayorías: transformar el Estado burgués en un Estado popular”, porque “el problema fundamental” es si en una sociedad “mandan las elites o las grandes mayorías”.
Correa presentó en el congreso del MPP el socialismo del bien vivir, la política que ha sido la base de la Revolución Ciudadana que su gobierno ha llevado adelante en Ecuador. Entre otras cosas, destacó que este es adaptable a las condiciones de cada país, a diferencia del socialismo tradicional, que cometió el “gran error” de intentar “estandarizar” su modelo sin tener en cuenta las particularidades. También señaló que este nuevo socialismo reconoce a los mercados como una realidad económica y no busca erradicarlos, sino limitarlos, porque “la sociedad no puede estar en función de las necesidades mercantiles, el mercado es el que debe estar en función de las necesidades sociales”. Correa dijo que “tal vez el error más grande del socialismo tradicional” es nunca haberle disputado al capitalismo la noción de desarrollo”, y señaló que esta nueva propuesta incluye una definición alternativa que no implica sólo lo económico sino también la dignidad y la paz, entre otras cosas.
Además, el ex presidente ecuatoriano dijo que la izquierda debe reivindicar a la política “entendida como la forma racional en la que una sociedad toma sus decisiones” y a los políticos, porque son los que necesitamos para dirigir a nuestros países, “no a gerentes como nos quieren hacer pensar”.