“La izquierda de América Latina en la encrucijada. Alternativas para avanzar”. Con esa frase se tituló la actividad que anoche se realizó para presentar el Tercer Encuentro Nacional del Espacio 567, creado en 2012, entre cuyos integrantes está la ex candidata a la Intendencia de Montevideo Virginia Cardozo. Justamente fue ella quien presentó a este sector del Frente Amplio (FA) como “un espacio alternativo” que todavía se “está construyendo”, con una fuerte impronta del interior del país (especialmente de Salto, Colonia y Canelones). En este sentido, Mónica Cabrera, una de las dirigentes que llegó a la Huella de Seregni desde Salto, celebró que el Espacio 567 “devuelve una visión global de todo el país” y permite “trabajar con las bases en todas las áreas y sectores”, y no sólo en Montevideo. Tanto Cabrera como Jannet Suárez, de Canelones, señalaron la falta de militancia política por parte de los jóvenes y consideraron que es necesario ocuparse de ese tema y ver “por qué los gurises no están acompañando”, en palabras de Cabrera.

A su turno, Suárez destacó los avances feministas de los últimos años y recordó que en su último Congreso Nacional el FA se definió como una “fuerza política antipatriarcal”, algo que consideró “un logro mayúsculo” por el que “se viene trabajando desde hace muchísimos años”. Sin embargo, apuntó: “No alcanza con definirse, hay canalizar y darle sentido a lo que es ser antipatriarcal”.

Por su parte, Eugenio Petit, de Colonia, abogó por un giro a la izquierda del gobierno del Frente Amplio y consideró necesario “empezar a tocar” los intereses de los sectores con más recursos para apostar a un cambio social más profundo.

En la misma línea, Cardozo dijo que hay que abogar por nuevas prácticas políticas cotidianas, porque “es imposible construir algo nuevo si la práctica es la misma de siempre”, y criticó que el FA ha tenido “poca determinación política para avanzar en la redistribución de la riqueza” y ha sido demasiado conciliador con el capital. “Nos fuimos conformando con la realidad”, lamentó.

Una nota común a los cinco discursos de anoche fue en referencia a la realidad de los gobiernos de izquierda en la región. Todos señalaron que hay notorios avances de las fuerzas de derecha y que es necesario contrarrestarla. “El avance neoliberal debemos pararlo firmes con nuestra voz y movilización”, indicó Suárez. Otro punto de coincidencia fue el reclamo para que aparezca con vida el joven argentino Santiago Maldonado, quien desapareció el 1º de agosto en una protesta que estaba siendo reprimida por la Gendarmería.

Por último, el viceministro de Coordinación con Organizaciones Sociales, Alfredo Rada, celebró la efervescente “vida orgánica” del FA. Agregó que “mucho se idealiza el modelo boliviano” de gobierno, pero hace falta trabajar en “la estructura de cuadros”, algo que el FA sí tiene, consideró.

En su exposición, Rada se preguntó por qué la economía boliviana no ha entrado en recesión si ha caído el precio de las materias primas, que son los principales productos de exportación del país. Consideró que esto se debe a la nacionalización y estatización llevada adelante por el gobierno de Evo Morales, en particular la de empresas vinculadas a la gestión y explotación de los recursos naturales. De esta manera, se pudo “incrementar a niveles nunca vistos la inversión pública” y fomentar el consumo interno. Estas decisiones “han permitido que la economía resista en tiempos de caída de precios” de las materias primas a nivel internacional y “explican la estabilidad económica”. Esta economía fuerte de base permite que el Poder Ejecutivo despliegue nuevas estrategias de gobierno, de forma tal que “le da fortaleza a la parte política del proceso” boliviano.

Rada dijo que el gobierno boliviano no sólo está debatiendo extender nacionalizaciones y estatizaciones a la industria, sino que también un cambio de un modelo capitalista a otro socialista. El viceministro indicó que es una “contradicción estructural” mantener el sistema capitalista en gobiernos “revolucionarios”, porque “cualquier avance que se logre siempre va a estar en riesgo en tanto perpetúe el sistema capitalista”. En este sentido, agregó: “Tengo problemas con el término progresismo. Yo no soy progresista, soy socialista. El problema con el progresismo es que es dentro del sistema capitalista”.

Por último, el viceministro se refirió a Venezuela. Consideró que los países de la región que tienen gobiernos de izquierda deben respaldarla ante las amenazas “del imperio” y valoró las elecciones para Asamblea Nacional Constituyente como una demostración de que se trata de un gobierno democrático. Además, opinó que los más de ocho millones de votos vertidos en esa instancia demuestran que se mantiene el vínculo del gobierno de Nicolás Maduro con “la base popular que apoyó desde siempre” al proceso chavista.