Por cuarto año consecutivo, Uruguay no importa energía para la industria ni para los hogares. “Es seguro que 2017 va a ser el quinto año”, adelantó a la diaria Olga Otegui, directora nacional de Industrias.

83% de la potencia instalada para generar energía eléctrica en Uruguay es de fuentes renovables, destaca el Balance Energético Nacional (BEN) 2016, que se presentó esta semana. Entre 2015 y 2016 la generación eólica y solar crecieron 45% por la incorporación de nueve parques eólicos. En 2016, 59% del abastecimiento de energía se generó en Uruguay; en 2010, era de 50%. Durante 2016 el país tuvo una potencia instalada de 3.913 MW: 1.538 MW corresponden a las cuatro represas hidroeléctricas, 1.212 MW a los parques eólicos, 650 MW a las centrales térmicas, 425 MW a la biomasa y 89 MW a los generadores fotovoltaicos. La eólica tiene una participación de 22% en la matriz de generación eléctrica y el segundo lugar en generación después de la hidroeléctrica. Esta energía “se viene consolidando. En este BEN se muestra la instalación de nueve parques nuevos. La participación de la eólica permite gestionar la hidroenergía y tener un balance en la gestión de la fuente”, destacó Otegui.

La oferta de biomasa creció 5% y pasó a liderar la generación eléctrica con el impulso de la industria de la celulosa. El abasto de energía lo lideró la biomasa mediante la cáscara de arroz, bagazo de caña, licor negro, gases olorosos, metanol, casullo de cebada y los residuos de la industria maderera. La biomasa ocupó 41% en la matriz primaria, 40% de la demanda la absorbieron los combustibles fósiles, que por primera vez en la historia del país bajaron al segundo lugar. “Es un hecho relevante y es consecuencia de la transformación de estos diez años”, subrayó Otegui, en referencia al proceso de cambio en la matriz energética. “La biomasa supera a los derivados del petróleo. [...] Al no tener que usar generación térmica de gasoil la exportación fue menor. Esto hizo que la biomasa se presente en mayor porcentaje que el petróleo”, señaló Otegui.

La oferta bruta de la carga de la refinería de ANCAP creció 13% respecto de 2015. Aunque se refinó 51% menos de gasoil por la incorporación de fuentes renovables, las exportaciones de derivados del petróleo crecieron por la compra en el exterior de asfalto, explica el BEN. El año pasado la industria absorbió 42% de la energía consumida, el transporte 28% y 18% el sector residencial. 35% de la energía para las industrias la usaron las papeleras. El sector química y plásticos las siguió con 23% y los frigoríficos estuvieron terceros con 9%. El consumo del sector residencial subió 6%. Las ramas comerciales, de servicios y el sector público también registraron una subida de 4%. El transporte creció 3%, en base a gasolinas y gasoil. El uso carretero es la amplia mayoría de lo quemado en el país.

La térmica

En 2017 la generación térmica fue bien baja: 3,85%. Fue un respaldo. La energía principal fue la hidráulica (67,69%) seguida por la eólica más la solar (28%) y la biomasa (7,73%). Pero la falta de lluvias y el poco viento del verano consumieron más combustible fósil del habitual en las centrales termoeléctricas; entre el 25 de diciembre y el 4 de enero el porcentaje superó el 16%. “Hemos tenido hasta 30% de térmica en estos días”, informó la directora nacional de Industrias. “En estos momentos estamos utilizando energía térmica. Tenemos órdenes de despacho del entorno de 10% a 15%, casi todos los días. Es un tema coyuntural. El jueves pudo haber sido el pico más alto de consumo. Estamos con seca y baja hidraulicidad”, explicó Otegui.