Después de recorrer dos centros educativos en el barrio Marconi, el precandidato del Partido Nacional (PN), Jorge Larrañaga, se dirigió este jueves a una plaza donde lo esperaban un grupo de militantes y vecinos para entregarle firmas para habilitar la reforma constitucional. Un señor, al entregarle una pila de papeletas, le dijo: “Usted fue el único que plasmó todo esto en un papel. Muchísimas gracias”.
Larrañaga aprovechó la oportunidad para sacarse fotos y conversar con las personas que se acercaban a la plaza. “Hay muchísima gente que me agradece por llevar adelante esta campaña. Fijate que recorrimos de punta a punta el país y conseguimos miles y miles de firmas. Quizás esto puede tener algún efecto, pero se sabrá más adelante de cara al proceso electoral”, comenta a la diaria.
El número de las firmas recogidas hasta el momento lo posicionan cada vez más cerca de cumplir su objetivo: lleva 212 mil firmas recolectadas y necesita unas 58 mil más para poder plebiscitar la reforma constitucional. La iniciativa impulsada por Larrañaga promueve la creación de una guardia nacional conformada por militares para cumplir funciones de seguridad pública, la autorización de los allanamientos nocturnos y la prisión perpetua revisable para algunos tipos de delitos.
Larrañaga se muestra confiado y aspira incluso a superar el número de firmas requeridas para poder plebiscitar la propuesta. “Nos sentimos con una enorme tranquilidad porque la lucha ha sido nuestro camino y estamos haciendo lo que la gente nos pidió hace mucho tiempo: trabajando por la seguridad”, dice, y añade: “Tengo una convicción muy fuerte de que la elección de junio del año que viene es una elección en la que se determinará quién va a ser el próximo presidente de los uruguayos. Yo tengo la confianza de poder ser el candidato único del PN”.
“Jugar al todo o nada”
El escritor Fernando Butazzoni publicó el 31 de octubre, en el portal de En Perspectiva, una columna de opinión en la que resalta el “formidable empeño” de Larrañaga “para preparar, lanzar y sostener una iniciativa que desde el principio apareció como riesgosa, compleja y de resultado incierto”. Más allá que el escritor se muestra radicalmente en “desacuerdo” con el contenido de la iniciativa, entiende que es necesario “atribuirle [a Larrañaga] la decisión de Alianza Nacional de jugar al todo o nada, y luego el acicate permanente a los recolectores de firmas, la presencia en ciudades y pueblos del interior, en barrios de Montevideo”.
“Yo, que soy y seré siempre frenteamplista, y que en casi nada coincido con las ideas del doctor Larrañaga, veo sin embargo, en esa lucha por reformar la Constitución, una conducta inspiradora de la que todos deberíamos tomar nota”, dice Butazzoni y agrega que con esta iniciativa logró “colocarse en las gateras” y lo hizo “al viejo estilo, sin mucho paramento, bien lejos de la frivolidad tan en boga actualmente”.
Para Butazzoni, cabe destacar “el gesto cívico de la ciudadanía −tanto de quienes firmaron como de aquellos que no lo hemos hecho−” y “la seriedad política y el tesón de su principal impulsor”. Más allá del resultado final, concluyó, “su sola existencia es un gran aporte a la vida democrática”.
Los distintos pasos
El politólogo Daniel Buquet entiende que Larrañaga ha sido “muy hábil” con la propuesta de reforma constitucional, en parte porque supo leer los distintos momentos que atravesó su sector y liderazgo: “En la elección pasada, pierde inesperadamente con [Luis] Lacalle Pou, y sale derrotado, molesto, anunciando que subiría por última vez las escaleras del directorio del PN”. Esa decisión, dice Buquet, generó movidas internas en su sector, y los dirigentes blancos empezaron a buscar “cómo sustituirlo”. Los más cercanos abandonaron el espacio liderado por Larrañaga, como la senadora Verónica Alonso, el diputado Pablo Iturralde y el grupo de los intendentes.
Otros, al verse prácticamente “huérfanos”, agrega Buquet, le pidieron que no abandonara la carrera. Al poco tiempo de que trascendieran esos alejamientos, en junio del año pasado, Larrañaga anunció en un video que “muchos –muchísimos– vecinos” le pidieron “que siga y continúe luchando” y que había decidido lanzarse otra vez como precandidato a la presidencia por el PN. “Sepan que venimos de vuelta, que no se agotaron nuestras ganas, que no han matado nuestros sueños, que no hemos olvidado nada. Compañeras y compañeras, venimos de vuelta a la lucha, venimos de vuelta y venimos juntos”, concluyó. El politólogo entiende que existió una intención de “cortar con las especulaciones”, además de impedir nuevas fugas, pero la sola decisión de volver no lograba “reconstruir su posición de líder del espacio wilsonista”. Con la campaña “Vivir sin miedo”, agrega Buquet, el líder de Alianza Nacional logra reposicionarse en la interna blanca.
Para el politólogo, la campaña es una “movida técnicamente correcta, casi de manual. ¿Un político qué quiere? Que la gente lo vote. ¿Y cómo lo logra? Observa lo que la gente quiere y les dice: ‘Yo les voy a dar lo que ustedes piden’. El político no le propone a la gente sus propias ideas, sino que le propone lo que la gente quiere, para así ubicarse lo más cerca posible a sus preocupaciones o preferencias”. Como lo indican todas las encuestas, dice Buquet, la principal preocupación de la gente es la inseguridad. Por otro lado, agrega que el espacio “mano dura” quedó “huérfano” luego de que el senador colorado Pedro Bordaberry anunciara que se retirará de la política partidaria y que Lacalle Pou optara por “no cultivarlo”. La iniciativa de la campaña, dice Buquet, le “salió bien”, porque le está dando “mucha visibilidad en un contexto donde técnicamente no estamos en campaña, con un tema que preocupa a la gente y él logró hegemonizar”. De todos modos, entiende que “el punto acá es si este protagonismo y esta sintonía con la gente se va a traducir en votos en la interna y, después, eventualmente, si él llegara a ganar, en la instancia nacional. Yo la veo muy difícil”, señala.
Una jugada “riesgosa”
El diputado Jorge Gandini, del sector Por la Patria, que apoya la precandidatura de Larrañaga, percibe que la campaña le dio un “fortalecimiento a su personalidad política y a su liderazgo”, pero, sobre todo, le dio “un rumbo y eso lo pone en competencia real”. Muchas personas, opinó Gandini, tienen la “visión de que los políticos se ocupan de sus temas y no de la gente; Larrañaga tomó uno de los temas principales que preocupan a la gente”. También recalca que lo hizo tomando “muchos riesgos, en absoluta soledad y sabiendo que si no juntaba las firmas le iba a pesar muchísimo políticamente”. El resultado de esa decisión es notorio, dice Gandini, porque Larrañaga quedó “posicionado como alguien con coraje que toma las decisiones que tiene que tomar, no mide lo que le puede significar y, además, tiene éxito”.
Si bien la campaña no contó con el apoyo de los sectores del PN, varias figuras de diferentes tiendas políticas adhirieron a la campaña, como el senador Germán Coutinho (Partido Colorado) y los intendentes de Treinta y Tres, Dardo Sánchez (grupo Mejor País) y de Florida, Carlos Enciso (sector Todos). Gandini, por su parte, destaca el trabajo en solitario de Larrañaga para impulsar esta campaña y agrega: “Quizás algún dirigente del herrerismo o algún dirigente colorado ha dado individualmente su apoyo, pero es una campaña que lleva Larrañaga, punto. Así como si no juntaba las firmas la responsabilidad iba a recaer sobre él, ahora está liderando él un proceso importante de una reforma constitucional”.
Por su parte, el diputado Gustavo Penadés, de la lista 71, que promueve la candidatura de Lacalle Pou, entiende que la “jugada” de Larrañaga “fue muy riesgosa” y, además, “es inocultable que su sector venía perdiendo elecciones y fue el que tuvo los desgajamientos más importantes en este período y, sin embargo, ha logrado posicionarse como el contendor de quien hoy es mayoría en el partido, Lacalle Pou”. Para él, la campaña lo “vigorizó” y le “dio fuerzas” para hacer lo que a Larrañaga le gusta: estar en contacto con la gente. “Hoy, todas las encuestas de opinión están marcando que, a pesar de que existe una distancia considerable, es el competidor de Lacalle Pou”. Penadés dice que Larrañaga encontró “un elemento de sensibilidad pública” que le ha permitido posicionarse y ”relegar a un tercer lugar” a Alonso y al grupo de intendentes.
Penadés precisa que los sectores que no estaban a favor de la campaña dejaron en libertad de acción a sus militantes. También entiende que no es “un cálculo aritmético ni matemático”: “No se puede decir que todo aquel que haya firmado va a votar por Larrañaga en la interna. Ese es un razonamiento muy lineal”. Lo que sí señala como “evidente” es que “los presagios sobre la suerte de Larrañaga, a la fecha de hoy, podemos decir que no se han cumplido o que eran equivocados”.
El diputado distingue dos momentos en torno a esta iniciativa: uno, el que se desarrolla ahora, que implica la recolección de firmas; otro, que sucederá si se alcanzan las firmas requeridas para plebiscitar la reforma. “El segundo momento todavía no llegó. Por ahora, estamos esperando a ver si se recogen o no las firmas necesarias para la consulta popular. Si se llegan a alcanzar, ahí evidentemente todo el mundo dentro del PN tendrá que replantear su estrategia”.
El norte
La polarización de la interna blanca, dice Gandini, parece algo evidente. “Se vuelve a repetir la dicotomía Lacalle Pou-Larrañaga, pero en este caso Larrañaga es el desafiante. Es el que viene de atrás, pero creciendo”. El diputado no sólo destaca la campaña “Vivir sin miedo” como uno de los elementos que fortalecieron su precandidatura, sino también la elaboración del documento programático “Agenda para el progreso”, que presentó en febrero de este año al Honorable Directorio del PN.
En setiembre de este año, Larrañaga sumó el apoyo de la intendenta de Lavalleja, Adriana Peña, que había abandonado el sector, así como la adhesión de Juan Andrés Ramírez Saravia, líder del movimiento Orejanos, quien se bajó de la carrera electoral para sumarse al bloque del líder de Juntos. A pesar del reposicionamiento de Larrañaga, el grupo de los intendentes se mantiene firme atrás de la precandidatura del intendente de Maldonado, Enrique Antía. Uno de sus integrantes, el intendente de Treinta y Tres, Dardo Sánchez, visualiza a Larrañaga “bien” posicionado y espera que su campaña sea “fructífera” para el país. Asegura, no obstante, que “no está dentro de las conversaciones bajar la candidatura [de Antía] antes de las elecciones internas” y sostiene que van a “seguir hasta el final”, porque considera que tienen todos los elementos “para ganar la interna y, por tanto, seguir apoyando esta opción”, aunque también esboza que “en política nunca se sabe qué puede pasar”.
Larrañaga insiste en que “todas las internas son diferentes”, aunque tengan a los “mismos protagonistas”. El precandidato blanco, por ahora, está concentrado en “luchar” y “cumplir con su deber con la gente: hacer algo por la seguridad”. Él dice que continúa caminando como “caballo de verdulero; con las anteojeras que sólo le permiten ver para adelante”.
El aparato
Mientras el líder nacionalista estaba en el colegio Obra Banneux, en el marco de su recorrida por Marconi, Mabel, Daniela y Amanda están con las planillas en mano en la plaza de enfrente y cuentan cómo viven la juntada de firmas de la campaña “Vivir sin miedo”. Amanda explica que cuando empezaron a juntar firmas se acercaban personas solamente vinculadas al partido, pero después que la gente se “interiorizó” con la campaña, empezó a “venir gente joven y de otros partidos políticos”. Daniela agrega que no bien arrancó la campaña era “muy difícil” encontrar a un votante frenteamplista firmando: “Ahora, incluso te dicen: 'Soy comunista, voy a votar al Frente Amplio, pero estoy de acuerdo con la propuesta'”. Mario, otro de los militantes que estaba en la plaza, añade que “indudablemente los asesores identificaron un problema que es general” y Larrañaga “fue el único que tuvo la suficiente viveza de ver el filón, interesarse por el tema y posicionarse. Veníamos muy flojos. Hoy por hoy creemos que va a llegar con las fuerzas necesarias para poder ser el candidato del partido”.
Ya llevan dos movidas de “firmazos” y este fin de semana se preparan para impulsar una tercera edición. Se trata de una “convocatoria masiva” en las que los militantes salen por todos los departamentos, y diversos lugares, a recolectar firmas. Gandini considera que están “haciendo músculo” en la pretemporada y eso le viene “muy bien” a las agrupaciones, porque pusieron a “andar antes de tiempo una organización que se despliega en tiempos electorales”. Por otro lado, con esta movida se suma “gente nueva, que se siente representada y pide un lugar. Se lo incorpora, ya sea como vecino o militante”.
Para Buquet, con la campaña el precandidato nacionalista “dinamiza” su propia estructura que se encontraba “en estado latente” mientras existía la incertidumbre sobre su precandidatura, pero también puede “reclutar” nuevos militantes en la medida en que la gente se “entusiasme”. Agregó que habrá que ver si surgen nuevas estructuras políticas con esta convocatoria, que “pueden ser directamente absorbibles por Larrañaga o sólo están para el referéndum y quieren tomar distancia del movimiento partidario”.
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