En el marco del encuentro VoyxLaPaz Uruguay 2018, se realizó en el Auditorio Nacional del SODRE la conferencia denominada “Sin permiso: libertad de expresión y democracia”, en la que participaron dos ganadores del premio Nobel de la Paz, la iraní Shirin Ebadi y el polaco Lech Walesa, junto al conductor y empresario argentino Mario Pergolini.

Ebadi es una abogada de 70 años que fue galardonada con el Nobel en 2003 como consecuencia de su labor en defensa de la democracia y los derechos humanos en Irán. Fue la primera mujer en convertirse en jueza en su país, pero luego del triunfo de la Revolución islámica de 1979 fue despojada de su cargo, y a partir de ese momento comenzó su lucha, que continúa hasta el día de hoy.

Más conocida es la trayectoria política de Walesa, que luego de su enfrentamiento con el gobierno pro soviético de Polonia como dirigente sindical del Movimiento Solidaridad, cobró notoriedad mundial y recibió el premio Nobel de la Paz en 1983. Fue presidente de su país entre 1990 y 1995, y luego se retiró de la política, aunque en el año 2000 se postuló nuevamente a la presidencia y sólo obtuvo 1% de los votos. Entre dos premios Nobel, la presencia de Pergolini puede resultar algo extraña, pero se explica porque el encuentro VoyxLaPaz es organizado por la Fundación para la Democracia Internacional, entidad que es presidida por el argentino Guillermo Whpei, a quien en el sitio de la mencionada institución se define como “un empresario social pionero en su país en la lucha contra la esclavitud contemporánea y la promoción de la cultura de la paz”. Whpei, quien fue empresario de medios, al igual que Pergolini, presentó la conferencia que tuvo como primer exponente a Ebadi, quien afirmó que “la libertad de expresión es el primer escalón de la democracia”, y, refiriéndose indirectamente a la situación que se vive en su país, dijo que “uno de los derechos fundamentales es el de poder expresarse con libertad, porque sin ese derecho el tener una creencia o una religión no tiene ningún sentido. Porque uno se puede sentir libre de tener una religión cuando se tiene la libertad de expresar esa creencia. De lo contrario no es posible”.

Ebadi también hizo foco en la situación de China, donde, según afirmó, existe una censura similar a la que hay en Irán. Recordó el caso del intelectual y poeta Liu Xiaobo –premio Nobel de la Paz en 2010–, quien murió en julio del año pasado a causa de un cáncer. Encarcelado durante años, no se le permitió acceder a un tratamiento y recién fue liberado dos días antes de su fallecimiento. “En este caso el gobierno chino dejó claro en forma explícita dónde están los límites de la libertad de expresión. ¿Pero el mundo se enteró de lo que le estaban haciendo a ese hombre? No, porque debido al enorme poder de China, nadie se atrevió a denunciar esta situación. Y esto es también una forma de autocensura”, sentenció.

Luego tomó la palabra Walesa, que llamó a perfeccionar la democracia actual, a la vez que aseguró que “ninguna generación anterior tuvo las oportunidades que hoy tenemos de enfrentar los problemas que hoy tenemos, que no son tan grandes como los que había en el pasado”. El ex líder polaco resaltó en varias oportunidades la importancia de la integración regional en Europa, y llamó a hacer lo mismo en América.

Por último habló Pergolini, que en su corta participación básicamente realizó preguntas acerca de cómo nos paramos como ciudadanos ante la libertad de expresión. “¿Cómo nos estamos comportando ahora, que tenemos todos los medios que hoy existen para expresarnos? Cuando no entendemos al otro, o no estamos de acuerdo con el otro, ¿qué es lo que estamos haciendo? ¿Qué decimos cada vez que tenemos que hablar sobre el otro o cuando un colectivo no está de acuerdo con otro? Los medios son importantes, es cierto, pero yo considero que cada vez menos. Ya no es lo mismo que cuando había unos pocos diarios y canales de televisiónno se tenía idea de cuán tendenciosos eran esos canales de comunicación. Estamos en una época de libertad de expresión, ¿pero la estamos usando con responsabilidad y entendiendo al otro?”, interrogó.

Más adelante se refirió al caso de filtración de datos que realizó Facebook, “el cuarto país del mundo, 1.500 millones de usuarios”, y cuestionó la actitud que tomaron los estados y los propios usuarios de la red social. “El mundo occidental no castigó a Facebook por lo que hizo. Es ínfima la cantidad de personas que se fueron de Facebook, y las acciones de la empresa ya están casi al mismo nivel en el que estaban antes del incidente”, dijo el argentino. “Tenemos que hacer mucho para desconcentrar la información, pero cuando tenemos mucha información no nos estamos comportando responsablemente como sociedades. Es hora de replantearnos cuál es nuestra responsabilidad para no ejercer la violencia que estamos utilizando con esta libertad de expresión”, sentenció.