“El esfuerzo por los resultados positivos ya lo alcanzamos y ahora lo que tenemos que hacer es ejecutar”. Así resumió a la diaria el director general de Recursos Financieros de la Intendencia de Montevideo (IM), Juan Voelker, su plan después de entregar a la Junta Departamental la rendición de cuentas que contiene la gestión de recursos de la comuna para los próximos dos años.

La IM presentó resultados positivos por dos años consecutivos: 2016 y 2017. ¿La receta? Frente a la restricción de no aumentar los impuestos –tal como se había prometido en la campaña electoral–, Voelker optó por contener los gastos de funcionamiento de la comuna –en remuneraciones y gastos corrientes– y por incrementar los ingresos mediante el acercamiento de las bases de facturación a la realidad y el control de la morosidad.

Con estas líneas, el economista que en julio de 2015 pisaba por primera vez el ámbito público armó el marco de la sostenibilidad económico-financiera que se proponía convertir un déficit que en ese entonces se ubicaba en 23% de los ingresos de la IM a 10% para el fin del período.

Los planes anticiparon los resultados y ya en 2017 se logró la meta, lo que generó un espacio fiscal para 2018 por 32 millones de dólares anuales que para 2019 se propuso aumentar en 14, alcanzando los 46 millones. La idea, según contó, es destinarlos a “fortalecer las áreas prioritarias”: espacios públicos, mejoras de asentamientos, saneamiento, alumbrado público, transporte de pasajeros, vivienda y limpieza.

En cuanto a espacios públicos, se incluye la construcción de la primera fase de la rambla del Cerro, el reacondicionamiento del Ecoparque en Villa Dolores –la extensión del Parque de la Amistad, la modernización del Planetario, incorporando tecnología láser de última generación, y la continuación de la reconversión del zoológico en un parque temático–; también la de las plazas Agraciada, Oribe, el Parque Siete Hectáreas y Fogones. Asimismo, se destinan fondos para la recuperación y mantenimiento de instalaciones en parques y plazas como bombas, fuentes y monumentos.

El programa de mejora de asentamientos contempla distintos puntos, como la recuperación de los caminos de acceso para “facilitar la llegada de la limpieza, ambulancias, Policía y personas que circulan”, la instalación de iluminación y fondos para refacción de viviendas. De forma complementaria, en términos de políticas sociales se prevén montos para avanzar en la infraestructura de las policlínicas de atención en salud, así como para el fortalecimiento de sus programas de atención.

En materia de saneamiento hay tres componentes: la expansión de la red hacia la zona de Piedras Blancas, la mejora en el tratamiento de los efluentes en la playa Santa Catalina –“que implica interceptarlos y bombearlos a la estación más cercana”– y el mantenimiento de la red oeste del departamento. Sobre esto último, se procurará una mejora “sustantiva” de la calidad del agua en la bahía de Montevideo por medio del “desvío hacia un emisario submarino en la zona de Punta Yeguas para el tratamiento adecuado de los efluentes que hoy se descargan al costado de los arroyos Miguelete y Pantanoso”.

En términos de alumbrado público se prevé el recambio de 70.000 luminarias a tecnología LED, y en el área de transporte se incluye la mejora de la red cicloviaria de Montevideo así como del sistema de bicicletas públicas, además de la recuperación y mantenimiento de paradas en la búsqueda de “una puesta a punto de esta infraestructura”. En cuanto a vivienda, sostuvo que se prevé el “fortalecimiento de la cartera de tierras”, a los efectos de contar con “mayor capacidad de generación para emprendimientos de vivienda cooperativa”.

También en el área de limpieza, se habilitan mayores fondos a efectos de mejora de servicios de zona limpia, de fiscalización y atención a disposiciones en la vía pública.

Voelker recalcó que el presupuesto presentado incluye todos los egresos necesarios para el repago de las obligaciones de la intendencia hasta 2020 y también la rebaja tributaria prometida para este año, que incluye dos ámbitos. Por un lado, la bonificación de la tasa general municipal, con mayor acento en aquellas viviendas de menor nivel catastral, a las que se le aplicará un descuento de 100% de una de las seis cuotas –una reducción total de 13%–, y en el restante 80% de las viviendas, de la mitad en una de las cuotas –una quita total de 8%–. Esta disposición se aplicará cada vez que la intendencia obtenga resultados positivos en el año previo. Por otro lado, se realizará la reducción –de forma permanente– de tributos comerciales que benefician a empresas, ya que “si bien Montevideo es el departamento con menor carga tributaria en los 19, en el marco de un acuerdo del Congreso de Intendentes decidimos que con la fortaleza que tenemos en términos de resultados era posible hacerlo”. La primera decisión implica una renuncia tributaria de 190 millones de pesos y una segunda de 110 millones.