Pocos son los que arriesgan qué sucederá hoy en el Plenario Nacional del Frente Amplio (FA). Las certezas sobre el resultado final de la votación no abundan en el oficialismo, aunque los sectores se mantienen firmes en sus posiciones. Mientras el Partido Socialista, el Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Frente Liber Seregni apoyarán la aprobación del tratado de libre comercio (TLC) con Chile, el Partido Comunista del Uruguay (PCU), Casa Grande y el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) ya han manifestado que votarán en contra.

El asunto estaba en el orden del día del Plenario del 5 de mayo, pero en esa oportunidad se resolvió postergar la votación y pedir al Poder Ejecutivo un análisis de impacto del tratado. El Ejecutivo elaboró un informe de 70 páginas que fue distribuido a toda la estructura orgánica. Sin embargo, y a pesar de señalar cuáles serían las ventajas de firmar este acuerdo, los sectores que no acompañaban en un primer momento la iniciativa no cambiaron su posición. Para Juan Castillo, senador del PCU, el estudio presentado por el Ejecutivo no muestra “elementos que contribuyan a votarlo”. Los comunistas, agregó el senador, “no encontramos ningún elemento que nos haga ver cuáles serán los elementos positivos para la economía uruguaya, la producción o la vida de los trabajadores y trabajadoras”. Y agregó: “No hay nada, nada, que nos aliente a acompañar este tratado”.

El documento mostró una simulación del impacto del TLC en las exportaciones de bienes en Uruguay. Según lo informado, se estima que las exportaciones de bienes a Chile aumentarán unos 15 millones de dólares anuales, pero no se establece cuál será el impacto de las importaciones chilenas a Uruguay. “El estudio no aclara, más bien oscurece. Se habla de lo relativo a la facilitación de comercio, unos 15 millones de dólares, pero no explican cómo se van a ganar. Las listas negativas, la cláusula trinquete y statu quo [que impiden que el Estado que firma un tratado pueda realizar modificaciones una vez que ya firmó] van a ser tomadas como antecedentes para otros acuerdos de apertura comercial que queramos realizar”, aseguró una fuente en contra del tratado. Carlos Coitiño, diputado del PVP, hizo hincapié en que el informe de impacto muestra que el motivo de este TLC es “político”, ya que Uruguay tiene interés en suscribir acuerdos con la Alianza del Pacífico. Aseguró además que el informe los “defraudó” porque muestra que Chile se va a ver beneficiado, pero no indica cómo Uruguay se puede beneficiar del acuerdo.

Juan Carlos Mahía, diputado de Asamblea Uruguay, aseguró que “aparentemente viene mejor la cosa”, en referencia a la aprobación del TLC con Chile. Aseguró que tiene una “visión optimista” de que el TLC va a ser aprobado, pero agregó que hasta último momento no se sabe qué puede pasar. Más allá del estudio de impacto y las ventajas que enumera, Mahía consideró que el asunto de fondo es tener “confianza en el rumbo y en el manejo de las herramientas por parte del gobierno frenteamplista”. También indicó que es “muy difícil” plantear negociaciones bilaterales con “condiciones estrictas de antemano”. Desde el MPP, algunos dirigentes evalúan que la votación va a ser favorable porque los sectores con amplia mayoría “están para aprobarlo”. Si bien reconocen que el PCU tiene peso en las bases, en el interior se han manifestado mayoritariamente a favor, aseguraron.

Si bien en el último plenario se definió que la decisión debería tomarse en el seno del Plenario y no del Parlamento, hay quienes vaticinan que, en caso de que resulte negativo, el Poder Ejecutivo podrá presentar la iniciativa en el palacio de Avenida Las Leyes. En ese escenario, lo ideal, indican algunos, sería que el Plenario habilite a la bancada de diputados del FA a resolver el tema y que la bancada otorgue libertad a aquellos sectores que no quieren votarlo, ya que aseguran que la oposición acompañaría y, de esta forma, “no tensás las cuerdas de la interna”. Consultado sobre este escenario, Castillo indicó que “ojalá no suceda”, y añadió que “ninguna cosa es para siempre ni es trágica; lo trágico es que la fuerza política se debilitara” por no poder convivir con sus diferencias.