El jueves se colocará una placa de memoria en el ex Centro General de Instrucción para Oficiales de Reserva (CGIOR), antiguo lugar de detención y torturas desde 1968 y durante el último período dictatorial. El acto tendrá lugar a las 18.30 en el edificio ubicado en Eduardo Víctor Haedo 2020, donde hablarán el ex rector de la Universidad de la República Rodrigo Arocena, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, e integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y del Ministerio de Educación y Cultura.
La iniciativa se encuentra enmarcada en la Ley 18.596, de reconocimiento y reparación a las víctimas de la actuación ilegítima del Estado desde el 13 de junio de 1968 hasta el 28 de febrero de 1985. Adriana Cabrera, hija del detenido desaparecido Ary Cabrera Prates, contó a la diaria que por ese lugar pasaron estudiantes, dirigentes sindicales, bancarios y presos políticos. Durante la presidencia de Jorge Pacheco, con la implementación de las medidas prontas de seguridad, la represión de la lucha estudiantil y sindical se recrudeció. En ese escenario, el 24 de junio de 1968 fueron detenidos en el ex CGIOR unos 5.000 funcionarios del Banco Central y el Banco República. Entre ellos se encontraba su papá: “Yo tenía 12 años, recuerdo haber entrado y ver un gran patio. Él venía caminando y me acuerdo de correr a encontrarlo a medio camino y abrazarlo”, relató.
Cabrera recuerda que por allí también pasaron presos de la Agrupación de Funcionarios de UTE, el dirigente sindical Gerardo Gatti y Arocena, que en ese momento era responsable de asuntos gremiales de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), entre muchos otros. También allí, en un armario, en 2006 se encontraron tres millones de archivos de inteligencia militar, conocidos actualmente como los “archivos Berrutti”, en honor a su descubridora.
Esto es importante, explicó Cabrera, porque muchas veces los vecinos recuerdan cosas pero “los relatos, cuando no se verbalizan, desaparecen”. La iniciativa apunta a “recuperar esa memoria” y “romper el pacto de silencio” que continúa en la actualidad. Eso, aseguró, es “reparador y sanador”, así como es una forma de “recuperar la verdad histórica”, ya que muchas veces las piezas no encajan y hay que seguir buscando esa reconstrucción de la verdad, aseguró.