En el FA comenzó la carrera por definir al candidato para las próximas elecciones. En las últimas semanas las figuras del ex presidente José Mujica y del ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, acapararon toda la atención. En un primer momento, Mujica rechazó apoyar una posible candidatura de Astori, luego amagó con lanzar la suya y finalmente desistió. Por último, señaló que el próximo candidato tenía que ser independiente y sugirió el nombre del ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, quien aceptó la propuesta.
El intercambio entre ambos dirigentes tuvo un nuevo capítulo el jueves. El ministro de Economía y Finanzas señaló en el programa Todo pasa, de Océano FM, que las declaraciones públicas del senador sobre las conversaciones que mantuvieron por el tema de las candidaturas “son cosas que no se deben hacer, porque cuando se trabaja en la política, la privacidad es un elemento que puede ayudar a una decisión”. En el acto por el Día Internacional de Nelson Mandela, Mujica le respondió: “Al candidato a presidente le van a pegar en todos los boliches. Esa es la ley del juego. Y el que no tenga el cuero duro, que no critique a los otros y se oponga”. Antes, en una entrevista con Telemundo, el ex mandatario ya se había referido a las reglas de juego y al lugar que le gustaría ocupar en las decisiones: cuando el periodista Emiliano Cotelo le preguntó por qué no apoyaba a Daniel Martínez, respondió: “Nadie me pidió que lo apoyara. Jamás se habló ni nadie nos pidió”.
Aunque no hizo manifestaciones públicas, el otro integrante de la tríada, Tabaré Vázquez, también esbozó algún movimiento esta semana. Por ejemplo, al designar a la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, otro de los nombres que suena para las precandidaturas, como principal oradora en el acto por la Jura de la Constitución. Ese mismo día, la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, destacó en la radio Montecarlo las aptitudes de Cosse: “Reúne más virtudes que defectos”.
Más allá de las posibles candidaturas de Martínez o Cosse, algunos dirigentes jóvenes frenteamplistas evalúan el papel de los líderes históricos y ponen sobre la mesa que las sucesiones no son espontáneas ni fáciles de procesar.
La renovación
La necesidad de trabajar en torno a la renovación se instaló con fuerza en el FA luego de las últimas elecciones. El diputado socialista Gonzalo Civila considera que si bien las nuevas generaciones han ganado terreno en el oficialismo, es necesario redoblar la apuesta. En su opinión, el proceso de recambio no pasa sólo por la incorporación de nuevas personas a la fuerza política sino por buscar la renovación de las ideas. Es por eso que se muestra crítico a pensar sólo en las candidaturas e insiste en que la discusión programática es clave para pensar en el futuro del FA. “Venimos de tres períodos [consecutivos] de gobierno y eso tiene una contracara: nos quedamos en cierta zona de confort”, explicó.
Bettiana Díaz (MPP), la diputada más joven del Parlamento, opinó que el proceso de renovación que vive el FA es un reflejo de lo que sucede en la sociedad: “Vivimos en un país donde seguimos teniendo pautas culturales machistas y una población muy envejecida; el FA no es ajeno a todo eso”, explicó. Para Díaz, el oficialismo está “transitando como puede el proceso de recambio, enfrentando sus propios obstáculos y dificultades”. De todas formas, señaló que hay varios nombres que están surgiendo con fuerza y eso es mérito de la construcción política que ha hecho la fuerza de gobierno. Sobre su sector y la posibilidad de un MPP sin Mujica, la diputada señaló que le parece que es el momento de empezar a “gestar” la continuación del proyecto: “El MPP tiene que presentar una figura de renovación. A mí Mujica siempre me va a parecer un buen candidato, pero soy consciente de que no va a seguir para siempre en el sector”, reflexionó.
Otra de las caras de renovación, el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, considera que lo importante no es el recambio generacional sino la capacidad de crear nuevas iniciativas. Para él, enmarcar la discusión en quién debe ser el candidato es “reducirla a la nada”, porque entiende que no es lo más relevante que tienen para discutir. “¿De qué me sirve un candidato con más o menos edad si todavía no terminamos de entender que un país pequeño como Uruguay debe estar lo más inserto posible en el mundo? ¿De qué sirve hablar de edades si seguimos discutiendo si la calidad de la gestión y el cuidado de los dineros es fundamental o no para un gobierno de izquierda?”, manifestó.
El dos del ministerio de Economía y Finanzas, integrante del Frente Liber Seregni, señaló que los espacios se “conquistan con trabajo, no con la cédula”. “Siento que muchas veces nos agarramos de un eslogan porque nos es conveniente a los de nuestra generación. Y ojo, me sería más cómodo sostener eso, pero no es lo que creo”, indicó. También recalcó que su sector le ha dado oportunidades a gente “joven” y “muy talentosa”, por ejemplo, a Gimena Urta, presidenta de la Junta Departamental de Montevideo, o Carlos Varela, alcalde del Municipio B.
Otra es la postura del diputado comunista Gerardo Núñez, que considera que la “renovación” en la próxima campaña es “absolutamente necesaria”. “Tenemos que proponer a nuevos compañeros y compañeras, no porque los dirigentes históricos sean malos candidatos, sino porque el FA necesita transitar un recambio generacional. Esto está atado a darle continuidad al proyecto frenteamplista. Nos tenemos que mostrar como una fuerza viva, con nuevos compañeros y compañeras, esto también tiene que ser una carta de presentación muy importante”.
Los desafíos
Los recambios de los referentes políticos nunca son procesos sencillos. Para Verónica Pérez, del Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, es bastante común que se tienda a la perpetuación de los liderazgos en la política. Sin embargo, señaló que en el oficialismo asoman varios referentes nuevos. “Los políticos son personas que buscan su reelección, y es natural que no haya una sustitución voluntaria. Obviamente, la sustitución de liderazgo puede ser un poco conflictiva”, señaló.
Las generaciones más jóvenes son conscientes de que existen algunas resistencias en el oficialismo. “Hay aspectos de la sociedad que obviamente están presentes en nuestra fuerza política y que tienen que ver con el miedo a lo nuevo. Creo que eso es lo que nos genera la mayor cantidad de frenos”, señaló Núñez, y agregó que muchas veces existe una apuesta a continuar con lo que ya dio buenos resultados y en algún punto eso muestra que “tenemos actitudes conservadoras”. Para él, es necesario mover estas estructuras en la interna frenteamplista y, aunque vaticina que eso traerá tensiones, también piensa que “la síntesis seguramente sea buena y nos permita ganar un cuarto gobierno”.
Los cuadros más jóvenes también cuestionan la forma en la que se comenzaron a manejar las posibles precandidaturas. “Esto no puede ser un acuerdo cupular o un pacto entre caballeros, tiene que ser el resultado de una discusión lo más amplia posible, con todos los actores del FA involucrados”, manifestó Núñez, y agregó que hay que dar un paso más hacia el recambio, porque el “FA tiene una misión que va más allá de los hombres y mujeres que circunstancialmente lo integran”.
Por su parte, Ferreri opinó que “es muy malo” incurrir en “el manoseo de nombres” y generar una “especie de reality show”. Además, la elección de candidaturas no es “algo que defina una sola persona”, porque lo “vamos a resolver todos los frenteamplistas cuando sea el momento”.
La directora de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo (IM), Fabiana Goyeneche, apuntó que “tirar nombres para levantarlos”, así como “proponerlos para hacerlos caer” es una práctica que termina perjudicando a la coalición de izquierda. Asimismo, cuestionó que los líderes tradicionales sean los que determinen quién juega el partido. “Si esperamos que la renovación sea ponerles la mano en el hombro a los liderazgos actuales, estaríamos pensando en la sucesión, no en renovación”.
Las ideas pueden más
Para muchos jóvenes del FA uno de los desafíos más importantes es acercarse a las generaciones que nacieron en tiempos frenteamplistas y que encontraron formas de movilizar sus ideas y convicciones por fuera de la política partidaria. Civila sostiene que “la política tiene que catalizar y ser la expresión de la lucha de los jóvenes. No es simplemente mirarlos desde un escritorio, es también darles un lugar” y “fermentar el diálogo”, agregó. Para eso, la fuerza de gobierno tiene que construir una “política mucho más abierta a la sociedad”, y eso exige “mucha creatividad política, porque la participación ha cambiado muchísimo”. Según el diputado socialista, el FA tiene que salir de la “tendencia de conservar” todo lo que logró y apuntar a crear un “impulso renovador”. Para Ferreri, la “renovación de ideas del proyecto político” es lo que de verdad importa. Según expresó, “no es lo mismo pensar el Uruguay en un mundo de criptomonedas y revolución digital que lo que pretendíamos tan sólo una década atrás”.
Goyeneche entiende que es necesario construir “un nuevo FA”, y para eso es importante que “otras personas asuman el protagonismo, que no sean cambios solamente de nombres y edades, sino que emerjan nuevos perfiles”. Para ella, el FA necesita abrazar con más fuerza las temáticas vinculadas a los derechos humanos, la tecnología e innovación, el medioambiente y la agenda de derechos. Goyeneche concluyó: “Si hay una verdadera intención de renovar todas las estructuras, tenemos que aprovechar la oportunidad”.
“La cultura de recambio”
Santiago Brum, ex director de Información y Comunicación de la Intendencia de Montevideo y actual asesor del intendente, entiende que la ciudadanía le está reclamando a la política relaciones más horizontales, de mayor cercanía y menor cupulismo.
En su opinión, en Uruguay existe un gran problema con la “cultura de recambio”. Para él, basta con ver las demandas que la ciudadanía le hace al Maestro Óscar Tabárez: “Por un lado le piden continuidad y, por otro, una parte de la ciudadanía se pregunta si el Maestro no tendría que estar preparando el recambio”. En la política esta demanda se agrava porque existe una “ausencia de preparación para el recambio”.
Por otro lado, cuestionó que desde la alta dirección política muchas veces se construyen determinados estereotipos de la juventud. “En estos días escuché decir que los jóvenes no tienen el valor de la unidad. Y no estoy de acuerdo. Los jóvenes son el nexo con los nuevos movimientos sociales, que no están encontrando un lugar en las estructuras políticas convencionales”.
“Si el FA quiere volver a ganar, además de una propuesta programática e innovadora, debería tener otros dos pilares fundamentales que lo acompañen: una renovación a fondo en los cuadros ejecutivos y la paridad en toda su estructura”, concluyó.
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